Los amigos

Roca

Había dos trincheras con soldados enemigos, separadas por un amplio campo de batalla.

No podías ni fumar en la noche al borde de la trinchera porque, desde el otro lado, podían meterte un tiro en la cabeza apuntando a la luz roja de la punta de tu cigarrillo encendido.

Ese día se habían trenzado en una batalla campal.

Ya era casi de noche y el amigo de uno de los soldados no volvía. En la trinchera el soldado que allí se había quedado preguntó al capitán:

-Capitán, solicito permiso para ir al campo de batalla a buscar a mi amigo, que todavía no ha vuelto.

-De ninguna manera soldado -contestó el capitán-. Si vas allá encontrarás a tu amigo muerto y te matarán a ti también. Es una locura, y además estamos en desventaja, no puedo perder un soldado más.

Se queda. El capitán se va y el soldado se asoma desde el borde de la trinchera, se trepa y se interna en el campo de batalla a la búsqueda de su amigo. Recorrió y recorrió, y lo encontró.

Su amigo estaba tendido en el piso, herido de muerte, pero alcanzó a decirle algunas palabras y murió.

Él cargó el cadáver sobre sus hombros y emprendió el regreso. Pero en el camino de vuelta fue herido de muerte, aunque consiguió llegar a su trinchera. Cuando el capitán los vio, dijo al soldado todavía vivo:

-¿No te dije que no salieras? Sucedió exactamente lo que te dije. Ahora…

-Capitán, espere -dijo el soldado-. ¿Sabe qué me dijo mi amigo cuando me vio?

-¿Qué?

-Yo sabía que ibas a venir…

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481


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