Los cristianos son los más perseguidos

GUSTAVO CHOPITEA (*)

Según Mare Fromager, director de una organización humanitaria católica dedicada a estudiar las persecuciones religiosas (AED), los cristianos conforman hoy el grupo religioso más perseguido y discriminado del mundo. En un estudio reciente, esa organización sostiene que nada menos que el 75% de los atentados contra la libertad religiosa que ocurren hoy tiene como blanco a los cristianos. La organización mencionada presta –además– socorro a los cristianos perseguidos en todo el mundo. El año pasado sus trabajos de asistencia alcanzaron los 82 millones de euros. La Corte de Justicia europea, recordemos, ha decidido que el ser objeto de persecución religiosa es suficiente para que una persona pueda solicitar y obtener el derecho de asilo. Además, ha confirmado que existe el derecho de vivir y practicar la religión propia, uno de los derechos fundamentales de la persona humana. Esto –cabe recordar– ha sido reconocido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, individual y colectivamente. También en el artículo 12 del Pacto de San José de Costa Rica (recientemente denunciado por Venezuela, que se ha retirado del mismo sin que una decisión de tal gravedad haya generado conmoción alguna). El informe antes aludido da cuenta de que el año pasado tres países hicieron pequeños progresos en materia de libertad religiosa: Sudán del Sur, Cuba y Myanmar (la ex-Birmania). Además, confirma que los tres países en los que la libertad religiosa hoy está más amenazada son Arabia Saudita, Corea del Norte y Paquistán. En el último de estos tres, aquellos que se han expresado en contra de la ley que castiga expresamente la blasfemia han sido asesinados. Existen, por otro lado, países en los que la libertad religiosa está severamente limitada; entre ellos, Nigeria, China, Túnez, Libia y Egipto, país este último en el que la población cristiana copta (que conforma el 10% del total de la población) y sus templos han sufrido atentados en los últimos meses. El caso de Nigeria es parecido al de Egipto, desde que grupos fundamentalistas musulmanes que operan en el norte del país han atacado –violenta y reiteradamente– templos cristianos durante los servicios dominicales, asesinado a los ministros religiosos y a los fieles e incendiado y destruido los respectivos templos. Recordemos que Nigeria es una nación predominantemente musulmana en el norte del país y fuertemente cristiana en el sur de su territorio. Queda visto que no sólo en épocas de los romanos los cristianos debieron refugiarse en las catacumbas en busca de seguridad. También hoy ellos sufren persecuciones, de lo que la comunidad internacional está felizmente tomando cada vez más conciencia pese a que todavía no existen instrumentos adecuados para asegurar, a todos y en todas partes, el debido respeto a la libertad religiosa. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional


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