Los mejores hacheros se lucieron en la Fiesta de la Nieve

El histórico concurso volvió a mostrar su vigencia en el Velódromo. Andrea Henríquez y Eulogio Quijada fueron los mejores de sus categorías. Mirá el video.

Los mejores hacheros se lucieron en la Fiesta de la Nieve

El frío en las manos no afectó a los hombres y mujeres que, con más técnica que fuerza, lograron quebrar la resistencia de los rollizos de madera que tuvieron frente a ellos. Este año el concurso de hacheros volvió al playón del Velódromo Municipal y no defraudó como uno de los eventos más convocantes en la agenda de la Fiesta Nacional de la Nieve.

En total fueron 34 los participantes que, sin importar edad, se dividieron entre hombres y mujeres como único requisito. Los primeros fueron mayoría y debieron sortear una etapa clasificatoria hasta lograr tener a los doce finalistas.

La consigna fue la misma para todos: hacha en mano, parados sobre un rollizo de casi un metro de diámetro, y el cronómetro siguiendo de cerca el tiempo que tardó cada uno en quitar astillas hasta separar el tronco en dos.

El payador Omar Quintero estuvo a cargo de relatar cada movimiento. Recordó a Celestino Quijada, el centenario poblador que se coronó como el mejor hachero durante siete años consecutivos, y mencionó a las familias que se dan cita cada año para participar del evento.

“Hay que ir de costado como pollo contra el viento”, recomendó Quintero sobre la técnica preferida de los leñadores de campo. Cada participante además tuvo a su lado a algún familiar que le dio indicaciones para mejorar los cortes o simplemente para apuntalar el rollizo y evitar que se moviera con cada golpe.

No hubo límite de edad para quienes desearan participar.
Marcelo Martínez

En un rincón, un hombre con camisa a cuadros tomó aire apoyado en su hacha y le reclamó más velocidad a su inmediato competidor. Uno, dos, tres golpes más y terminó por partir al medio el rollizo que se le adjudicó.

Eulogio Celestino Quijada (47) ganó la ronda clasificatoria y luego la final entre los doce mejores. Mientras intentaba controlar su respiración contó que las bromas fueron para su hijo Martín, quien le había prometido ganarle porque “ya estaba viejo”.

“Desde chico estoy en esto”, dijo el sucesor de la corona que dejó don Celestino. Heredero de una técnica insuperable, no tuvo problema alguno en revelar su secreto: “lo primero es hacer bien el corte como una `ve corta´ y ser medio ligero”, recomendó.

El hombre, que vive en el barrio Unión, atribuyó su éxito a nacer “con un hacha” a pesar de que hace quince años tiene gas de red en su casa.

La primera participación de Eulogio se dio cuando tenía 14 años y, desde entonces, ganó el certamen en diez oportunidades. Su más reciente participación fue en el aniversario de Villa La Angostura, donde también triunfó.

Pero su asistencia estuvo en duda hasta último momento. Eulogio se quejó por las fallas en la organización. “No iba a venir porque esto es una vergüenza”, aseguró acerca de la falta de entendidos en la temática, aunque confió que desistió en su actitud para darle continuidad al tradicional concurso.

Nancy recibió el aliento constante de los Quijada.
Marcelo Martínez

Perfume de mujer

Promediando el concurso fue el turno de las mujeres. Los rollizos fueron un poco más angostos pero la intensidad fue la misma. El aliento de familiares y amigos fue en aumento con cada hachazo y tampoco faltaron sugerencias para las participantes más jóvenes.

Una de las que recibió más atención fue Nancy Monsalves, ahijada de Celestino, y reconocida trabajadora en los campos de El Manso. “Esto se lo regalo a él”, aclaró acerca de su buen desempeño.

Sin embargo, la ganadora surgió del barrio Unión. Andrea Henríquez no descuidó su buen vestir ni su prolijo maquillaje antes de lanzar el último corte de su rollizo. “Estuve solo dos días practicando”, dijo antes de dejar caer su hacha para acompañar a su hija, quien también se sumó al concurso.

La tarde finalizó con Andrea y Eulogio como los mejores leñadores de la cordillera, relegando al segundo lugar a Nancy y Daniel Monsalves, quienes tendrán revancha el próximo año.

Resultó habitual ver a algunos hacheros con un limón entre sus manos. El secreto bien guardado es que el jugo de esa fruta no permite que se reseque la garganta mientras se esfuerzan, haciendo que no dependan exclusivamente del agua.

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Resultó habitual ver a algunos hacheros con un limón entre sus manos. El secreto bien guardado es que el jugo de esa fruta no permite que se reseque la garganta mientras se esfuerzan, haciendo que no dependan exclusivamente del agua.

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