Los migrantes venezolanos no somos criminales

Jefferson Díaz *


La xenofobia, y todo tipo de discriminación, no debe ser usada como herramienta política. Las autoridades no pueden caer en el discurso maniqueísta de ellos contra nosotros.


A los venezolanos todo se les ofrece, ¿qué garantías tenemos los colombianos?”, soltó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en una rueda de prensa improvisada tras el homenaje que le brindó la Policía Nacional de Colombia a uno de sus efectivos: Edwin Caro.

El 10 de marzo, Caro se encontraba realizando una requisa al norte de Bogotá cuando detuvo a dos hombres que minutos antes robaron un banco. Uno de ellos desenfundó un arma, y Caro y sus compañeros se enfrentaron a los delincuentes: uno de los ladrones murió, el otro huyó herido -luego fue capturado- y Caro, lamentablemente, fue asesinado. Tenía 24 años.

Los ladrones eran venezolanos. Ante eso, la alcaldesa de Bogotá no desaprovechó la oportunidad para apuntar y generalizar sobre este gentilicio como el causante de la inseguridad que vive la ciudad. No es la primera vez que López lanza estos dardos: “Yo no quiero estigmatizar, ni más faltaba, a los venezolanos, pero hay unos inmigrantes metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos”, dijo en octubre de 2020, luego del asesinato de Oswaldo Muñoz en el Transmilenio por una banda de ladrones.

Pero tal parece que a la alcaldesa se le olvidan las cifras que exponen lo contrario -o quizás escoge olvidarlas-: la criminalidad no aumentó en Colombia, Perú, Chile y Ecuador con la llegada de los migrantes y refugiados venezolanos en los últimos cuatro años.

Según un estudio publicado por el Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés), durante 2019, solo 2.3% de los arrestos violentos en Colombia involucraron a venezolanos. Los migrantes y refugiados desde Venezuela en Colombia representan 3.2% de la población total del país: 49 millones de personas. Y 24 concejales de Bogotá le recordaron a la alcaldesa -por medio de una carta- que, durante 2020, solo 1,645 de 82,169 hurtos que se cometieron en la ciudad fueron cometidos por venezolanos.

Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, informó en octubre de 2020 que de los 2,700 extranjeros privados de libertad en Colombia 1,500 son venezolanos, y que solo 0.08% del total de privados de libertad en Colombia son de esta nacionalidad. En su mayoría involucrados en delitos como hurto y por tener estupefacientes. “¿Es la migración responsable de la criminalidad en Colombia? No. Porque no podemos explicar con menos de 1% el más de 99% restante”, afirmó el funcionario.

Al 5 de marzo de este año, Colombia alberga a 1,742,927 venezolanos. Es el primer país del mundo en albergar a esta migración forzada, y en conjunto con Perú, que alberga a 1,043,460 venezolanos; Chile con 457,324; y Ecuador con 443,705 (todos los datos según la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas, representan 66.1% del total de la migración forzada venezolana en el mundo, que la Plataforma establece en 5,577,077 personas.

Perú tiene elecciones presidenciales en abril de este año, y candidatos como Daniel Salaverry, durante su campaña, han sido vehementes en el hecho de que deportarán a venezolanos. Pero en el mismo estudio publicado por el MPI se indica que en Perú, durante 2019, solo 1.3% de los privados de libertad fueron venezolanos y de otras nacionalidades.

En Ecuador se preparan para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y la migración forzada venezolana también ha sido tema de debate sobre seguridad ciudadana y económica. Pero según datos que me dio del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores, para julio de 2020 solo 946 venezolanos estaban detenidos por cometer delitos de una población total de privados de la libertad de 37,965.

En Chile, el MPI reporta que durante 2019 solo 0.7% de los detenidos por cometer algún crimen eran venezolanos.

La xenofobia, y cualquier tipo de discriminación, no debe ser usada como herramienta política. Las autoridades no pueden caer en el discurso maniqueísta de ellos contra nosotros, y cada vez que algún político -no solo a la alcaldesa de Bogotá- o medio de comunicación en Colombia, Perú, Chile o Ecuador, emita una declaración o publique algún titular donde se señale a los venezolanos como la causa principal del aumento de la criminalidad, es importante recordarle los datos.

* Periodista venezolano especializado en cubrir temas migratorios. Servicio The Whasington Post


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