Los millonarios y oxidados proyectos del MPN en Neuquén

El Tren Transandino y las calles calefaccionadas de Copahue fracasaron a poco de nacer. En la villa termal la nieve se pudo derretir solo en dos oportunidades. El cruce de los Andes acumula promesas.

En los últimos años el gobierno del Movimiento Popular Neuquino vendió dos proyectos que fueron presentados como revolucionarios en materia económica y comercial. Pero que por desidia o visiones poco acertadas, nunca funcionaron.

Uno fue el famoso Tren Trasandino que se reinventó tantas veces como fracasos tiene en su haber. El otro, las calles calefaccionadas de Copahue, que le permitiría ampliar los ingresos turísticos a una localidad que solo está activa la mitad del año.

Hoy, ambos solo acumulan óxido, dejando en evidencia millonarias inversiones que no dieron sus frutos .
Para el Trasandino se presupuestaron en 2002, 48 millones de dólares, pero solo se construyeron 24 kilómetros de vías desde Zapala hacia el norte. Para financiarlo, el entonces gobernador Jorge Sobisch tomó una deuda en bonos de 250 millones de dólares, que incluía otras obras para la Provincia. Como garantía puso las regalías hidrocarburíferas.
El recorrido quedó inconcluso porque nunca se pudo cruzar la cordillera para conectar con Chile, como pretendía el proyecto original.

En el caso del sistema de calefacción de las calles de Copahue la inversión fue de seis millones de dólares para la construcción de un vaporducto de 2.800 metros de longitud y un pozo geotérmico de más de mil metros de profundidad. La gran “estufa” que se alimentaba de las aguas termales del volcán Copahue, solo funcionó dos años y luego quedó a libre disposición del paso del tiempo. “Era una prueba piloto y como tal se hizo y se terminó”, reconoció años después el exintendente de la villa, Oscar Mansegosa.

En cuanto a las intenciones que perseguían estos dos ambiciosos proyectos del partido gobernante, el Tren Trasandino buscaba generar una nueva vía de intercambio comercial entre Chile y Argentina, comunicando a través del ferrocarril los puertos del Atlántico con los del Pacífico. Para esto se diseño un recorrido de vías desde la punta de rieles, Zapala, cruzando la cordillera por Pino Hachado, hasta la localidad chilena de Lonquimay.

La inversión total fue compartida entre ambos países. La provincia de Neuquén construyó sus primeros 24 kilómetros y Chile hizo lo propio. Pero en 2005 el país trasandino resolvió levantar toda la infraestructura existente, paralizando así las expectativas de este lado de los Andes. Hoy las vías neuquinas muestran el intenso color naranja cobrizo característico del óxido, a lo largo de los 20 kilómetros paralelos a la ruta 40, desde Zapala. En algunos tramos incluso, los yuyales ya se apoderaron del hierro y los durmientes.

La flora autóctona se apodera del proyecto en Zapala. (FOTO: Florencia Salto)

Hubo aquí quizás, una variable no considerada en toda su magnitud. A Chile nunca le interesó el cruce de los Andes por Neuquén, siempre aspiró unirse al Atlántico por Mendoza. Una de las razones es que en la zona de Cuyo existen mayores posibilidades de comercialización por la densidad de su población y actividades que en la región patagónica. Aún así el gobierno de Neuquén insistió y puso en marcha el proyecto, pagando luego las consecuencias del fracaso.

El gobernador Omar Gutiérrez reflotó una vez más la idea del Trasandino y le sumó el tren de carga a Vaca Muerta, propuesta que podría tener más chances que el oxidado sueño de cruzar la cordillera en el caballo de hierro.

Las pruebas de las malas decisiones están hoy a la vista de todos. (FOTO: Rosana Rins)

En el caso de Copahue, el vaporducto tenía la noble intención de derretir la nieve de las calles para que los turistas pudieran disfrutar de las bondades de las aguas termales más allá de mayo, cuando finaliza la temporada por el comienzo de las tormentas blancas. Se esperaba que los baños estarían abiertos más allá de junio.

Se construyeron tuberías por debajo del hormigón de veredas que transportaban el vapor geotérmico y calentaban las serpentinas que se ubicaban por debajo de las calles periféricas de la villa. Así, aún con temperaturas de entre cero y quince grados bajo cero, las arterias se mantenían en cinco grados, derritiendo la nieve, cuya acumulación máxima promedio es de 4,5 metros de altura.


Debajo del cemento roto, el paso del tiempo hace su trabajo. (FOTO: Rosana Rins)

Pero hubo un detalle que se pasó por alto: Copahue tenía transitables sus vías de circulación, pero no se pensó en resolver el problema de la ruta que conecta con Caviahue, puerta de entrada del turismo nacional e internacional a la villa termal. Son 19 kilómetros que quedan intransitables para la mayoría de los turistas, por la acumulación de nieve.
Desde su inauguración en 1999, dos años funcionó el sistema. Luego cayó en desuso y todo se fue deteriorando por falta de mantenimiento.

Las placas de hormigón que protegían las cañerías se fueron rompiendo, dejando a la luz la corrosión que va produciendo en los caños la alta concentración de minerales que habitan el agua, el suelo y el aire que rodean al volcán Copahue.
Frente al fracaso evidente, en 2001, el gobierno de Jorge Sobisch anunció que extendería el sistema de calefacción termal a los hoteles y restaurantes de la villa. Pero el proyecto quedó nuevamente en una promesa inconclusa.

En números

48
millones de dólares costó el frustado tren. Para financiarlo el exgobernador Sobisch tomó deuda por 250 millones.
6
millones de dólares se invirtieron para derretir la nieve de las calles de Copahue. Fueron 2.800 metros de caños.

La obra se inauguró con sopa y sin nieve

9 de abril de 1999, el día amaneció soleado en Copahue y había clima de fiesta. La noche anterior, los asistentes al evento fueron agazajados con un menú patagónico, que incluyó para algunas mesas, un plato de sofisticada sopa que vino bien para contrarestar el frío cordillerano.
Nadie faltó al convite. Funcionarios de todas las áreas del gobierno, intendentes, desarrolladores turísticos, empresas, periodistas y vecinos.
El exgobernador Felipe Sapag cortó las cintas inaugurales del sistema de calefacción geotérmica de las calles.
La obra ubicaba a la villa bajo la mirada del mundo, Copahue se convertía en la segunda localidad del mundo en contar con este tipo de sistema, luego de Reikiavik, capital de Islandia.
Pero ninguno de los presentes pudo presenciar en la práctica cómo funcionaba porque ese día no había nieve.


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