“Lotus”, el renacimiento de Christina Aguilera
Tras el fallido “Bionic”, Christina Aguilera busca renacer con “Lotus”, su quinto y esperado álbum de estudio que sale a la venta mañana. Eso sí, afirma que no lo hará a cualquier precio: para la cantante neoyorquina de ascendencia ecuatoriana, mantener su identidad artística es más importante que las listas de éxitos.
A Christina Aguilera no le gusta fingir, aunque su carácter directo asuste a muchos. Ella no es de esas mujeres “guapas, que no dan que hablar ni defienden ninguna opinión”, como las que ansían algunos hombres. Y es que aparte de la música, defiende los derechos de la mujer y lucha contra la violencia doméstica y el hambre en el mundo. Que sus conciertos sean de lo más desenfadado no supone contradicción alguna con su compromiso político: “Prefiero promover la desnudez a la guerra”, dijo a dpa.
Su nuevo disco, “Lotus”, lo define como un “renacimiento para la próxima década”. Es su primer álbum desde que se separó del manager Jordan Bratman y desde su compromiso como “coach” en el concurso de televisión “The Voice” pero, sobre todo, es un regreso al pop mainstream: una ración de temas de lo más bailable, con poderosas baladas e himnos a la independencia y la rebeldía.
Ya la portada del disco es toda una declaración de intenciones. En ella aparece la propia Aguilera, desnuda y emulando “El nacimiento de Venus”, del pintor renacentista Sandro Boticcelli. “Si quisiera esconder o contener la sexualidad, no sería yo misma”, dice la cantante, siempre provocadora con sus declaraciones y actuaciones. Igual que ahora: su tema “Circles”, edulcorado en lo musical, acaba con un audaz “motherfucker”.
Aguilera lleva en los escenarios casi desde el jardín de infancia. Con diez años salió por primera vez en televisión, a los 13 era una de las estrellas del “Mickey Mouse Show” -junto a Britney Spears, Justin Timberlake y Ryan Gosling- y a los 18 lanzó su primer álbum.
Entre tanto, ha vendido más de 30 millones de discos en todo el mundo, tiene 15 discos de oro, cinco Grammys y una estrella sobre el Paseo de la Fama de Hollywood. Pero las cifras de venta y los trofeos no son lo más importante: lo que ella quiere es autorrealizarse.
“Algunas de mis canciones favoritas -mías y de otros- no fueron necesariamente éxitos comerciales”, cuenta. Entre ellas hay muchas contenidas en “Bionic” (2010), que en Estados Unidos sólo vendió 300.000 ejemplares. Según explicó la propia Aguilera a la revista “Billboard”, lo que ocurrió fue sencillamente que la música estaba adelantada a su tiempo.
Más allá del panorama artístico, la cantante recibió este año la distinción George McGovern del programa de alimentos de la ONU por su compromiso como embajadora contra el hambre. También la organización hispana La Raza la galardonó en agosto con un premio Alma. Y es que Aguilera dispone de un gran escenario para trasladar mensajes al mundo, a veces también polémicos, afirma la cantante. “Pero, sobre todo, el escenario me sirve para inspirar y motivar a los demás.”
dpa
Tras el fallido “Bionic”, Christina Aguilera busca renacer con “Lotus”, su quinto y esperado álbum de estudio que sale a la venta mañana. Eso sí, afirma que no lo hará a cualquier precio: para la cantante neoyorquina de ascendencia ecuatoriana, mantener su identidad artística es más importante que las listas de éxitos.
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