Macri se va y estira el legado de obras pendientes en Neuquén

No logró concluir rutas estratégicas ni avanzar en la infraestructura que prometía el Proyecto Patagonia. Los 30 jardines también quedarán en deuda.

La salida del gobierno nacional el próximo 10 de diciembre dejará un nuevo listado de obras incumplidas en Neuquén, algunas consecuencia de la crisis económica del país, otras por falta de interés o desmanejos burocráticos. El ambicioso Proyecto Patagonia, para el que la provincia había anotado 38 grandes obras de infraestructura, logró avanzar en muy poco y lo mismo ocurrió con varias obras viales que deberán esperar mejor suerte en la gestión que iniciará Alberto Fernández.

La gestión de Mauricio Macri se anotó la inauguración del Tercer Puente sobre el río Neuquén, de histórica postergación a través de los años, aunque se irá sin terminar los rulos en el Cañadón de las Cabras, obra sin la cual queda incompleto. Si bien el todavía ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, había prometido su inauguración para noviembre, el socavón que se generó sobre el asfalto de uno de los sectores inaugurados en 2017 retrasó nuevamente las tareas.

Otras obras viales que continuarán el legado de eternas postergaciones de gobiernos anteriores serán la extensión de la multitrocha desde el rulo de acceso a la Autovía Norte en China Muerta hasta Arroyito. La autopista avanzó, pero aún no está completa y lo mismo ocurrió con la obra para reemplazar la rotonda de las rutas 22 y 237 por un cruce elevado.

El proyecto de infraestructura más ambicioso que generó la administración Macri, sin embargo, fue el Patagonia. Se presentó en el 2017 como una suerte de reparación para la zona que apuntaría a generar “una mirada común y a largo plazo” de desarrollo para la región, aunque no pasó de ser un rótulo bajo el cual agrupar proyectos.

El gobierno de Omar Gutiérrez llevó 38 carpetas para ejecutar bajo ese plan, algunas con proyecto ejecutivo y otras en estado de borrador. Una de las prioritarias era la central hidroeléctrica Chihuido, cuyo compromiso de financiamiento ruso se cayó poco después de la asunción de Macri.

Hubo algunos acercamientos luego para conseguir dinero de bancos europeos, pero el devenir económico del país alejó cualquier posibilidad de inversiones de riesgo como la que implicaba la represa. En igual estado quedaron los proyectos de Participación Público Privada (PPP) que se presentaban como las estrellas de la era macrista y terminaron sin ningún resultado en la provincia.

Entre ellos estaba el Tren a Vaca Muerta para el trayecto Bahía Blanca-Añelo y el hospital Norpatagónico en la meseta de la capital. Para este último se recortó todo el cupo de financiamiento nacional y la provincia lo incorporó en el presupuesto propio, aunque aún no fue licitado.

Sí logró avances la planta de procesamiento de pescados de Piedra del Águila, que comenzaría a faenar a principios del 2020, y otras obras como las mejoras del aeropuerto Presidente Perón de Neuquén (aún no inauguradas) y las del complejo internacional Pino Hachado.

En el Proyecto Patagonia el gobierno de Neuquén había propuesto la ejecución de nueve parques eólicos y sólo avanzaron dos, aunque todavía no comenzaron a funcionar.

Se trata de Vientos Neuquinos I, en la zona de Bajada Colorada entre Picún Leufú y Piedra del Águila, y de Los Meandros, en inmediaciones de Challacó. El compromiso es que ambos estén operativos en febrero o marzo del año que viene, aunque sufrieron varias demoras en la etapa de ejecución.

A octubre de este año, Nación llevaba desembolsados 3.137 millones de pesos para obra pública en Neuquén, un 9% más que en igual período. Ese número no contempla el impacto de la inflación, por lo que la variación real representa una caída superior al 40% en los envíos para infraestructura.

La menor cantidad de dinero y el retraso en la certificación de pagos fue cubierto por la provincia, especialmente en aquellas obras de financiamiento compartido como los hospitales de San Martín de los Andes, de Zapala y Rincón de los Sauces que están en ejecución.

En el 2018 ocurrió algo similar: se enviaron 3.675 millones de pesos en todo el año pero el monto quedó por debajo de la suba de precios. Sólo en 2017 hubo un aumento real: se envió un 52% más que en el 2016 cuando la inflación resultó la mitad.

La provincia de Neuquén fue una de las más afectadas por el fracaso del plan nacional que lanzó el presidente Mauricio Macri para construir 3.000 jardines en el país. Se habían comprometido 30 edificios a construir en varias localidades y su ejecución se adjudicó en 2016 a la UTE integrada por Escarabajal Ingeniería-Bahía Blanca Viviendas.

El método sería de construcción en seco para poder terminarlos rápidamente y que estuvieran listos para el ciclo lectivo 2017. Los tiempos no sólo no se cumplieron sino que las obras se abandonaron y la provincia debió iniciar un camino burocrático para hacerse cargo de relicitar los jardines.

Actualmente hay unos 11 que están con mayor grado de avance, pues habían alcanzado un 40% de ejecución antes de ser abandonados. Según informó el gobierno provincial días atrás, seis estarán terminados entre marzo o abril y, los restantes, en mayo.

Otros siete están en proceso de licitación y, para los últimos 12 restantes, se firmará un convenio con Nación en los próximos días.

Las obras preveían ampliar la matrícula en 7.776 bancos para niños y niñas del nivel inicial en la provincia.

La decisión del gobierno nacional de suspender la construcción de una cuarta central nuclear con tecnología de uranio natural fue un golpe para la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito.

Si bien no se trataba de una obra para la provincia, sí estaba involucrada directamente porque la planta sería proveedora del agua pesada que la central usaría para refrigerarse.

En una entrevista reciente, el secretario de Energía de la Nación, Gustavo Lopetegui, se sinceró y dijo que no estaba interesado en ese tipo de energías para el país, pese a que aún hay convenios vigentes con China para su financiamiento. “Endeudarse en 5.000 o 6.000 millones de dólares para construir una nueva central nuclear no tiene sentido”, planteó.

Sin horizonte de producción, la PIAP inició un proceso de retiros voluntarios para su personal.


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