María Angélica Currie de Barilá, comprometida docente de Allen

Neuquén

La Sra. María Angélica Currie de Barilá nació en Coronel Dorrego el 3 de junio de 1916 y perteneció a la antigua generación de maestras normales nacionales del Colegio de Nuestra Misericordia de Capital Federal en 1934. Sus primeros pasos en la docencia los realizó en Oriente, partido de Coronel Dorrego, provincia. de Buenos Aires, en donde obtuvo su nombramiento como maestra auxiliar cuando solo tenía 18 años. Posteriormente tuvo su traslado a la Escuela Nº 23 del Territorio de Río Negro en Allen a partir de 1945, donde se hizo cargo de su puesto. En 1960 asumió la vicedirección de la escuela y dos años después se retiró, luego de 25 años de ininterrumpida labor en esta escuela.

Su paso como docente es recordado por sus innumerables alumnos y colegas, su amor por la enseñanza hizo que actuara en forma simultánea como profesora de Historia y Geografía en el primer colegio secundario de Allen, Mariano Moreno. Finalmente con un grupo de maestros entre los que se encontraban su esposo Francisco Tomas Barilá, el señor Luis Capizzano y el señor Anselmo Álvarez trabajaron dos años ad honorem y dieron origen así a la actual Escuela Provincial para adultos Nº 13 que albergó estudiantes adultos que no pudieron finalizar a término la escuela primaria. Esta institución funcionó en sus orígenes en la Escuela Nº 80 en la que se alojaba alumnos de todo nivel social, pero principalmente a los sectores barriales que más requerían este apoyo.

Una vez reconocida por la provincia, en esta escuela fueron nombradas directora la señora de Montenegro y docente la señora de Barilá. Continuó su labor en las aulas pero esta vez como docente provincial, ya que dependía la escuela del Consejo Provincial de Educación. A los dos años ante la renuncia de la directora asumió las funciones directivas la señora de Barilá, y desarrolló su labor durante trece años. La escuela comenzó a funcionar en las instalaciones del colegio Mariano Moreno. Se triplicó su matrícula tanto en los grados correspondientes al ciclo primario como en los talleres especiales en donde se abrieron cursos de contabilidad, mecanografía, tejido, corte y confección y peluquería. Por estas aulas pasaron infinidad de alumnos que aun hoy recorriendo las calles de la ciudad se acuerdan de la popular Doña Chola.

El 7 de octubre de 1993, ya jubilada, falleció en Allen rodeada de sus hijos, hijos políticos y diez nietos. Sus restos descansan junto a los de su esposo en el cementerio local. El matrimonio Barilá tuvo dos hijas, María Isabel y Graciela del Carmen, ambas docentes maestras normales nacionales. Y dos de sus nietos también abrazaron la educación: uno de ellos, Francisco, le escribió un cuento, “Aquella señora”: “Esta historia transcurre en el año 1940. Se trata de una señora que dejó los lujos de la capital de la República Argentina para vivir en un pueblo del sur. Esta señora llamada María Angélica Currie tenía en su poder muchos conocimientos y una muy buena formación, esto se debía a que era maestra. Empezó de muy joven a trabajar en aquel pequeño pueblo del sur llamado Allen. Angélica supo adaptarse y a causa de su buen trabajo no le fue difícil llegar a directora por su excelente nivel y vasta autoridad.

‘Pasados los años esta señora supo ganarse a todo un pueblo y por ello ganó el apodo de ‘Chola’ y una de las cosas que más le gustaba era ver llegar el tren, ya que era un evento social.

‘En el año 1950 Angélica descubrió el amor con un colega llamado Francisco T. Barilá, procedente de Patagones y emigró al Alto Valle, fueron novios muchos años y después enlazaron su amor en un otoño sin sol.

‘Tuvieron dos hermosas niñas María Angélica y Graciela del Carmen. Estos trabajadores apostaron a que Allen iba a crecer

‘Pero este ejemplo de dama supo sobreponerse a tan terrible perdida de su esposo y gracias al cariño de sus nietos pudo superarlo. Finalmente en 1993 ella deja este mundo. Gracias Abuela”.

En reconocimiento a sus méritos la Ordenanza Municipal 017/99 CD le impuso su nombre a una arteria de la localidad. Ejemplo de madre, abuela, maestra, de las que trabajaban sin cesar, sin agotar sus fuerzas; la que buscaba a sus alumnos para que no faltaran a clase.

Su impecable cuaderno de actuación dice así: “Para ese mundo infantil, dedicó lo mejor de su vida, entregándole sus energías, su voluntad, su entusiasmo, su ternura”.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6. 251.256


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