Qué debe hacerse con un perro que mató a sus dueños

Este es “Chico”, el perro de la polémica. Facebook

Qué debe hacerse cuando una mascota ataca mortalmente a sus dueños.

Momento: pensá lo que vas a contestar. No lo digas: pensálo de nuevo. Y recordá: buena parte de las decisiones que se toman hoy en el ámbito privado no son tan privadas; tienen repercusión pública.

Ejemplo: un vecino le pega a su mascota. Ese caso de violencia no queda en los límites de su casa. Puedo o debo denunciarlo. El vecino no tiene ningún derecho a ejercer violencia sobre ningún animal, incluido su mascota. Y quien sepa de lo que él hace por verlo o escucharlo debe hacer algo en defensa de ese animal golpeado.

Y en un caso más extremo: una mascota mata a sus dueños. ¿Se lo indulta? ¿Qué se hace con él?

Este dilema se presentó en Hannover, Alemania, con “Chico”, un terrier Staffordshire que una alemana había adquirido para protegerse de su marido violento. Ella y su hijo fueron víctimas del animal.

Así se comprobó cuando las autoridades de Hannover leyeron el informe de la autopsia realizada a los cadáveres de una madre y su hijo: fueron asesinados por el perro que tenían de mascota.

De inmediato los funcionarios tomaron una decisión categórica: “Chico” debía ser sacrificado.

Ni bien se supo esta recomendación estatal el lunes último surgió una inédita campaña de los defensores de animales, que se movilizaron a través de las redes sociales, para impedir que Chico fuera sacrificado.

En escasos días más de 250.000 firmas pidieron salvar el perro y recomendaron que fuese enviado a un hogar de animales y que se lo mantuviera bajo observación a causa de su violencia.

Por ello, las autoridades postergaron la medida de sacrificarlo.

La petición, que fue presentada en el portal Charge.Org bajo el nombre “Dejen vivir a Chico”, pone el énfasis sobre la idea de que los animales no son responsables de su violencia sino que es cosa de sus dueños.

“¿Es una tragedia la muerte de dos personas en Hannover? ¡Sí! ¿Es el perro el culpable? ¡No!, porque el problema de las ataques de perros siempre hay que buscarlo en el otro extremo de la correa”, afirman los defensores de “Chico” en el portal.

“Chico no debe morir. Necesita un entrenador que le dé cariño”, escribió Karin Klein, una de las personas que firmó el pedido. “Chico no es el culpable. La gente es la responsable de sus comportamientos violentos”, dijo por su parte Patricia Seibold. “El perro es inocente. Existe una campaña de odio en los medios en su contra“, aportó Petra Schmidt.

Cómo fueron las cosas

La semana pasada la policía de Hannover encontró tirados los cadáveres de Lezime K. de 52 años y el de su hijo Liridon de 27, en la residencia de ambos. La hermana del joven, que sufría de acondroplasia, al no poder comunicarse telefónicamente con su familia, había llegado hasta la casa y, a través de una ventana, pudo ver el cadáver de su hermano.

Por su testimonio y el de varios vecinos se supo que “Chico” era la mascota de la casa, un perro que pasaba todo el día encerrado y que la mujer había adquirido hace ocho años, para protegerse de su esposo, un hombre violento. Lezime K. se movía solo en una silla de ruedas y su hijo Liridon casi no se podía moverse debido a una lesión que sufría en los huesos. Por ello, según una veterinaria que atendió la mascota hace seis años atrás, Chico pasaba prácticamente todo el día encerrado.

“Sabiendo lo de la veterinaria hace seis años atrás no tenemos respuestas para explicar por qué no se adoptaron medidas de inmediato”, dijo Axel von de Ohe, un funcionario de Hannover. En 2011, una trabajadora social, que se ocupaba del joven, escribió en un informe que el perro había sido entrenado para ser una máquina de combate y que las autoridades veterinarias debían enviar al perro a un hogar de animales. Nadie le hizo caso.

Udo Möller, un portavoz de la ciudad, también admitió errores y señaló que una evaluación de expertos hubiera prohibido al joven y a su madre conservar al animal.

Las autoridades están estudiando ahora la posibilidad de colocarlo en una instalación segura para perros con dificultades de comportamiento. “Estamos estudiando cómo sería una instalación para que el perro ya no sea un peligro para el público”, dijo Möller.

Chico, el perro asesino, aún se encuentra en un hogar para animales corrientes, donde también se ha convertido en una atracción. Ya hubo dos intentos para secuestrarlo y el director del centro admitió que había recibido cientos de pedidos de gente que quería adoptarlo.

Sin dudas, un caso para registrar y que casos como este no vuelva a ocurrir en ninguna parte. Evidentemente hay decisiones del ámbito privado que tienen carácter también social, justamente por vivir en comunidad.

Fuente: El País y agencias