Miles de israelíes en funeral de los soldados

Ambos fueron parte del canje de prisioneros. También llegaron al Líbano restos de 199 milicianos.

NAHARIYA, Israel/AABEY, Líbano- Miles de israelíes participaron ayer en silencio en los funerales de los dos soldados cuyos cadáveres fueron devueltos la víspera por el Hizbollah, Ehud Golswasser y Eldad Regev, en sendas ceremonias marcadas por la sobriedad y cargadas de emoción.

Por su parte, el Hizbollah trasladó los restos de 199 libaneses y palestinos entregados por Israel desde la frontera hasta Beirut.

Según un informe de médicos forenses militares los israelíes fueron muertos el 12 de julio de 2006, el día en que desaparecieron cerca de la frontera con Líbano, tras el disparo directo de un cohete RPG contra el vehículo en que viajaban. El cadáver de Eldad Regev presentaba además un impacto de bala en la cabeza.

El Hizbollah chiíta libanés sin embargo mantuvo su muerte en secreto hasta el miércoles, poco antes de devolver sus cadáveres como parte de un canje con el Estado hebreo, que liberó a cinco presos libaneses y restituyó los cadáveres de 199 combatientes palestinos y libaneses.

Familiares, amigos y personas anónimas se congregaron en el sector militar del cementerio de Nahariya (norte de Israel) para rendir un último homenaje a Ehud Golswasser.

«Para ti, defender el país era un privilegio y no un deber, y yo te besé como de costumbre antes de que partieras. Nunca te olvidaré, tú y tu dulce voz», dijo en un elogio fúnebre Karnit Golswasser, la viuda del soldado que habría cumplido 33 años hoy, durante la ceremonia transmitida por televisión.

«Dicen que el tiempo cura las heridas, pero desde esa mañana del 12 de julio, a las 09H06, nuestra vida se quebró y la realidad se volvió espantosa para mí, para todos nosotros», agregó Karnit vestida de riguroso luto.

En tanto, en una «marcha triunfal», el Hizbollah trasladó los restos de 199 libaneses y palestinos entregados ayer por Israel desde la frontera hasta Beirut.

Los ataúdes estaban cubiertos con las banderas libanesa y de Hizbollah. Miles de seguidores y de simpatizantes de la milicia acompañaron el desfile a los costados de la carretera mientras lanzaban granos de arroz y pétalos de rosa sobre los ataúdes.

Los restos fueron trasladados desde la población de Naqura, en el sur del Líbano, a la capital, Beirut, deteniéndose en numerosas poblaciones. (AFP/DPA)


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