Multan a un aserradero por otra tala de cipreses
Cortaron cerca de 800 árboles de entre 20 y 40 años de antigüedad. La madera sería del Cañadón de los Loros, un bosque quemado en 1999. El único inspector de Bosques sólo puede actuar ante la depredación.
SAN CARLOS DE BARILOCHE- Los funcionarios del Servicio Forestal Andino (SFA) secuestraron 60 troncos de ciprés que habían sido extraídos de manera clandestina y multaron a un aserradero que acopiaba madera sin marcas, de procedencia dudosa.
En forma paralela al trabajo de los inspectores siguen apareciendo claros en el bosque porque la explotación ilegal, sobre todo del ciprés de la cordillera, ocupa a muchos marginales que en algunos casos trabajarían por encargo para aserraderos de la zona.
En un procedimiento realizado en el barrio Covibar secuestraron 60 rollizos de ciprés de diámetro regular que estaban siendo descortezados e iban a ser utilizados en una construcción. Los inspectores presumen que la persona que estaba por emplear los troncos, un vecino nuevo que llegó desde la Capital Federal, «es un comprador de buena fe que no trató de ocultar quién había sido su proveedor».
Los rollizos estaban sobre la vía pública y no se advirtió ánimo de ocultamiento.
Procedencia
De acuerdo con el análisis preliminar, la madera procedería del Cañadón de los Loros, un bosque cercano a la estancia La Paloma Blanca que se quemó a principios de 1999.
Allí talaron cerca de 800 cipreses de entre 20 y 40 años de antigüedad y se sospecha de algunos vecinos del barrio Vivero Municipal, donde ya allanaron un predio y secuestraron los troncos.
Durante una inspección de la que participó «Río Negro» se pudo observar que el lugar es inaccesible para automotores y que la madera es retirada con vehículos de tracción a sangre: en carros tirados por caballos o arrastrada por bueyes.
Más controles
A partir de la depredación observada en distintos sectores el SFA incrementó los controles y las inspecciones a todos los aserraderos de la zona.
En el aserradero Frutillar descubrieron madera verde y procedente de quemados, sin marca, que en parte podría ser de El Bolsón. Se ignora cuál fue el descargo para justificar la tenencia de ese material, pero al titular de la empresa le impusieron una multa de 1.200 pesos que ya comenzó a pagar.
Le retiraron la madera de dudosa procedencia y el aserradero no fue clausurado, pero permanecerá cerrado hasta que se adecue en materia impositiva, previsional y de seguridad industrial.
El único inspector de Bosques desarrolla una titánica tarea en todo el sector andino pero le es imposible cumplir una misión preventiva y apenas trabaja sobre los efectos de la depredación.
La semana pasada descubrió otra importante tala en una forestación cercana al basural de Bariloche, en una propiedad privada, y pudo comprobar que fueron intrusos los que derribaron el alambrado perimetral para ingresar con sus vehículos y retirar la madera.
Desde hace algunos años la ladera sur del cerro Otto está sufriendo la depredación indiscriminada que producen los buscadores de tierra negra y los que talan añosos cipreses que luego son vendidos a particulares o reducidos en forma clandestina por aserraderos de la región.
Estos estragos se multiplicaron a partir de la ponderación de las construcciones realizadas con ciprés sin industrializar, y una nueva industria clandestina florece a partir de la moda.
Meses atrás, la ciudad vivió una polémica en torno a varias construcciones céntricas, de ese tipo, cuestionadas por no observar normas de prevención antisísmica. Pese a la controversia, el municipio terminó aprobando todos los proyectos, para lo que se valió incluso de expertos sismólogos de San Juan.
Como lo que más extraen los leñadores furtivos es madera de sectores quemados, el SFA estudia la posibilidad de que los propietarios de esos bosques retiren los árboles quemados y reforesten los sectores, aunque siempre estarán en riesgo por la cercanía de asentamientos urbanos.
Para proteger al Llao Llao
El receso del Concejo Municipal no obliga al ocio. Sirve para que algunos concejales examinen cuestiones pendientes, y es el caso de Marcelo Cascón, que desempolvó el Plan de Manejo para el bosque del Llao Llao y propone su aprobación en general para que después se puedan modificar aspectos particulares.
La protección de ese Bosque, declarado «inalterable e inalienable» por la Carta Orgánica Municipal, motivó la firma de un convenio entre el municipio e instituciones intermedias para el desarrollo y concreción de un Plan de Manejo. Ese instrumento fue presentado para su aprobación a mediados de 1996, pero el Concejo no avanzó en su tratamiento. Ahora Cascón expone en su proyecto que el retardo «es casi una falta de respeto a quienes impulsaron el Convenio, a las organizaciones que llevaron adelante el estudio, a los profesionales que se desempeñaron en la tarea, al costo que significó y al valor ambiental y económico que representa el Parque». Cascón reconoce que el Plan debe ser revisado en algunos aspectos, sobre todo en lo que hace a los usos turísticos, de recreación y administración, pero pide su aprobación en general y la creación de un consejo asesor honorario.
SAN CARLOS DE BARILOCHE- Los funcionarios del Servicio Forestal Andino (SFA) secuestraron 60 troncos de ciprés que habían sido extraídos de manera clandestina y multaron a un aserradero que acopiaba madera sin marcas, de procedencia dudosa.
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