Fuerte llamado de los presidentes de la Amazonía para que no destruyan la selva tropical
Durante la cumbre en Brasil, los pueblos indígenas exigieron participar en las decisiones.
La Cumbre del Amazonas en Brasil concluyó ayer con una hoja de ruta para proteger las selvas tropicales, elogiada como un paso importante en la lucha contra el cambio climático, pero sin los compromisos concretos que pedían los ambientalistas para poner fin a la deforestación.
El martes, los presidentes de 8 países amazónicos firmaron una declaración de sus planes para impulsar el desarrollo económico de sus países y a la vez impedir que la larga agonía de la región. Lanzaron un desafío a los países desarrollados para que hagan un mayor esfuerzo para frenar la enorme destrucción de la selva tropical más grande del mundo.
Ambientalistas consideraron a la declaración como una compilación de buenas intenciones con escasos objetivos y plazos concretos. Por su parte, la organización indígena más grande de la región se declaró complacida por la inclusión de sus dos reclamos principales.
“Es fundamental que las autoridades de todos los países, al tomar decisiones, consideren el conocimiento de los pueblos indígenas”, destacó Julio César López Jamioy, coordinador de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana .
Reclamo indígena por el daño en la Amazonía
Por su parte, Adriana Ramos, asesora del Instituto Socioambiental (ISA) de Brasil, dijo que es “determinante” que el “conocimiento científico e indígena se sumen para la construcción de alternativas que salvaguarden la Amazonía”.
Los ocho países que asistieron -Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela- expresaron la esperanza de que un frente unido les dé mayor presencia en las conversaciones ambientales globales.
Uno de los temas fundamentales que causó división en la cumbre fue la explotación petrolera. El presidente colombiano, Gustavo Petro, llamó a ponerle fin, enfrentando la postura de Brasil y otros países petroleros de la región.
La cumbre refuerza la estrategia de Lula para potenciar el interés mundial en la conservación de la Amazonía. Alentado por una disminución de la deforestación del 42% en sus primeros siete meses en funciones, ha buscado apoyo financiero internacional para la protección de la selva.
Algunos científicos afirman que una vez que se destruya entre el 20% y 25% de la selva, las lluvias se reducirían drásticamente, transformando más de la mitad de la selva tropical en una sabana tropical, con una inmensa pérdida de biodiversidad.
Comentarios