Qué cambió tras la histórica cumbre de las Coreas

El mundo saludó las promesas paz y de eliminar las armas nucleares en la península, pero más allá del simbolismo el líder comunista Kim Jong-un y su par surcoreano Moon Jae-in dieron pocos pasos efectivos para saldar un conflicto que preocupa al mundo.

Qué cambió tras la histórica cumbre de las Coreas

Los líderes de Corea del Norte y del Sur jugaron sobre seguro el viernes, repitiendo la vieja promesa de liberar la península coreana de armas nucleares, pero sin dar medidas específicas ni forjar posibles avances en un asunto que ha cautivado y aterrorizado a muchos desde el año pasado, cuando las naciones rivales parecían abocarse a la guerra.

En cierto sentido, la vaga declaración conjunta firmada por el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, para lograr “una Península de Corea libre de armas nucleares” activa uno de los asuntos más acuciantes de la política internacional antes de la esperada reunión que mantendrán en unas semanas Kim y el presidente de EE. UU., Donald Trump.

Pese a esto, la histórica cumbre entre las Coreas podría ser recordada por la imagen de los líderes de dos naciones separadas por un profundo y amargo historial de desencuentros estrechándose la mano y sonriendo de oreja a oreja cuando Kim cruzó la losa de concreto que delimita la frontera para saludar a Moon, antes de entrar juntos en el Norte y regresar de nuevo al Sur.

De pie junto a Moon al final de la cumbre, Kim se enfrentó a un muro de cámaras que emitieron su imagen en vivo al mundo y declaró que las Coreas están “unidas por la sangre como una familia y los compatriotas no pueden vivir separados”.

Lo ocurrido debe considerarse en el contexto del último año
–cuando EE. UU., su aliado Corea del Sur y el Norte parecieron rozar a veces la guerra nuclear mientras Pyongyang realizaba un torrente de ensayos armamentísticos– pero también con la perspectiva de la larga y destructiva historia de los dos rivales, que libraron uno de los conflictos más cruentos del siglo XX y aún hoy ocupan una península dividida y que técnicamente sigue en guerra. Supone además un giro surrealista en la relación entre los dos países, que pasaron de intercambiar amenazas nucleares a hablar de paz y cooperación.

El presidente estadounidense Donald Trump saludó la cumbre, aunque dijo que “el tiempo dirá” si los resultados fueron buenos, en tanto elogió la “gran ayuda” prestada por China. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aplaudió el viernes la “verdaderamente histórica cumbre” y “espera que estos avances se consoliden y avancen en la cumbre entre los líderes de EE. UU. y la RPDC, que se espera tenga lugar en un futuro cercano” .

“¡Fin de la guerra de Corea! ¡EE. UU. y todo su gran pueblo deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo hoy en Corea!”.

El presidente de EE. UU. Donald Trump, eufórico en Twitter tras el encuentro.

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“¡Fin de la guerra de Corea! ¡EE. UU. y todo su gran pueblo deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo hoy en Corea!”.

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