Debate por el basural de Bariloche: el gobierno insiste con una “celda nueva” de transición

Hay dudas y recelos entre los concejales. Consideran que el plan del Ejecutivo no cumple el objetivo del cierre sino que otorga una solución temporal.

Los funcionarios del Ejecutivo de Bariloche que se presentaron hoy en el Concejo Municipal para defender el proyecto de licitación del basural lograron instalar la idea de que no hay forma de cumplir con el cierre definitivo en el plazo de un año, como los obliga una ordenanza aprobada meses atrás por unanimidad, y que será necesaria la apertura de una nueva “celda” de disposición final.

Esa solución consistiría en un sitio de recepción de basura domiciliaria con perspectiva de funcionamiento por un año, sumado al compromiso de avanzar en ese lapso con el prometido vertedero “regional”, para lo cual se necesita un activo compromiso de la provincia.

Esto último es lo que genera más dudas y recelos entre los concejales, quienes recordaron que el reclamo de los vecinos de los barrios cercanos al vertedero es el cierre definitivo, tal como quedó expresado en la ordenanza. La contaminación y los incendios recurrentes precipitaron los reclamos, la presentación de amparos y el reconocimiento de la crisis por parte del gobierno.

Así lo subrayó el concejal Pablo Chamatrópulos (Podemos), quien insistió en tomar en cuenta ese encuadre político, antes de las consideraciones técnicas.

“El gobierno no viene a proponer el cierre sino la readecuación y el vertedero va a seguir receptando basura. Algo que no está en sintonía con lo que han pedido los vecinos” apuntó hoy en la reunión de comisión del Concejo, convocada para evaluar el pliego de licitación.

La jefa de Gabinete, Marcela González Abdala, había llevado una reformulación del proyecto que no alcanzó y que demandará nuevos retoques, según reconoció al cabo del largo intercambio que se extendió por más de dos horas.

Aun así, los concejales se mostraron dispuestos a conceder que la celda “de transición”, a la espera del basurero regional, es un paso inevitable, porque de otro modo no habría dónde llevar los residuos a partir del 4 de diciembre, cuando venza el plazo concedido por la ordenanza.

La solución propuesta tendrá un costo de 720 millones de pesos y González Abdala subrayó que se afrontará con recursos del municipio, sin financiamiento externo. Pero para el paso siguiente será necesario el concurso de la provincia. Esto último generó múltiples interrogantes, por tratarse de un año electoral.

La concejal Julieta Wallace (Frente de Todos) cuestionó que no haya todavía un documento, un acta ni avances concretos rumbo al vertedero regional, que excede la voluntad del municipio. Consideró que la gobernadora Arabela Carreras a partir de abril deberá que convivir con un gobernador electo y en esas condiciones no tendría margen para avanzar con decisiones que obliguen al futuro gobierno.

Abdala dijo que “se va a cumplir con el objetivo de cerrar el vertedero a cielo abierto”, pero el predio actual continuará un tiempo más como sitio de disposición final. Será en una celda provisoria, con un tratamiento más seguro, “para caminar hacia una relocalización fuera del ejido”. Dijo que ya hay estudios iniciados y cinco lugares posibles.


Las opciones para regionalizar


El subsecretario de Planeamiento y Sustentabilidad Urbana, Claudio Romero, expuso los detalles de esas evaluaciones. Insistió en que dentro del ejido de Bariloche no hay lugares aptos y que los detectados están en cercanías de la ruta 23. Tres de ellos se encuentran en tierras privadas, uno en un predio de la provincia y otro del Estado nacional, donde hay un asentamiento de la CNEA.

Señaló como novedad importante la posibilidad de prever a futuro el transporte de la basura en tren, e incorporar a otras localidades de la Línea Sur como usuarias del vertedero regional. “La economía de escala es central para trabajar los costos”, explicó.

Sobre la nueva “celda” a implementar en el predio actual, sobre la ruta 40 sur, Romero dijo que tendría una superficie no mayor a una hectárea, y su capacidad permitiría albergar la basura de Bariloche durante un año. Su apertura permitirá iniciar de inmediato la remediación de la celda que hoy está en uso. Esos serían los trabajos a licitar, si se aprueba la ordenanza.

El concejal Gerardo del Río (PUL) dijo que “claramente la nueva celda no es lo que los vecinos quieren”, Chamatrópulos habló sobre la necesidad de “reconstruir la confianza” y Wallace cuestionó se hable sobre un plan de transición “sin certeza sobre el cierre definitivo”, ni sobre el acuerdo interjurisdiccional para llevar el basurero afuera del ejido.

Incluso el concejal de JSRN Gerardo Ávila pidió acceder a más detalles técnicos antes de fijar una posición sobre el proyecto.

Romero defendió la iniciativa impulsada por el Ejecutivo, pero aun así los concejales optaron por mantener abierto el análisis y convocar a una nueva reunión la próxima semana. “No le estamos mintiendo al vecino, estamos tomando decisiones sobre lo que es factible, técnica y económicamente”, afirmó el funcionario.

Abdala prometió mejorar el proyecto para la próxima pero le contestó a Chamatrópulos que el gobierno actual no es parte de la “historia de fracasos” en torno al tratamiento de la basura. Aseguró que con el plan propuesto “se va a cumplir con las expectativas del vecino de que no haya humo ni olores” en el basurero.


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