En Bariloche crece el interés por la actividad física pero faltan espacios

Los gimnasios públicos y privados no logran cubrir la demanda. Hay un crecimiento de personas mayores que buscan hacer algún deporte.

El creciente interés por las actividades físicas, el entrenamiento deportivo y la recreación generó en Bariloche un volumen de demanda que desborda los espacios disponibles, tanto públicos como privados, al punto de que conseguir un turno en los horarios más requeridos puede convertirse en una odisea.

Son miles y miles las personas que organizan su jornada de modo tal que les permita combinar el trabajo o el estudio con un momento para el deporte. Quienes trabajan con ese público detectaron cambios cada vez más acentuados, por ejemplo en materia de edades. Los adultos mayores organizados en busca de un gimnasio para jugar al voley, al fútbol o al newcom, por ejemplo, constituyen hoy un subgrupo claramente definido, que “compite” por los espacios con las escuelitas infantiles y los grupos de adolescentes.

La variable económica también funciona como factor ordenador. El alquiler por una hora en un gimnasio privado con dimensiones para futsal, voley, básquet, hándbol o hockey no baja de los 6.000 pesos y puede llegar a los 9.000. Si un grupo pretende (y consigue lugar) para cumplir con dos “estímulos” semanales, el presupuesto por persona puede superar los 5.000 pesos mensuales.

El municipio cuenta con cuatro gimnasios, dos grandes y dos de tamaño más modesto, donde desarrolla una gran variedad de actividades deportivas, que también ofrece en algunos gimnasios barriales y espacios que proponen las juntas vecinales.

La grilla que maneja la municipalidad incluye todos los deportes de equipo, masculinos y femeninos, gimnasia, boxeo, patín, judo, karate y hasta ajedrez. Son en general propuestas aranceladas -a razón de 1.800 pesos por mes- aunque hay consideración por los casos especiales, cuando las familias que exponen su limitación económica.

El año pasado se inauguró el gimnasio de la Universidad del Comahue que también utilizan otras instituciones. Foto: Archivo

El CEF 8, ubicado en pleno centro, tiene un gimnasio para básquet y voley, otro salón más chico que emplea en gimnasia artística y educación física infantil, y usa también el gimnasio más grande de la cercana escuela 16 para actividades como el hándbol. En total contiene a unos 900 alumnos y las actividades son gratuitas. Solo existe una cooperadora de pago no obligatorio.

Bariloche cuenta también con varios gimnasios escolares y algunos recintos que no alcanzan esa categoría, por tamaño, y se los denomina “salones de usos múltiples” (SUM). Suelen funcionar en forma semiabierta, en un régimen que no sigue una regla general y suele depender de la voluntad de cada director.

La oferta se compone también con gimnasios de colegios privados, clubes y algunos gimnasios parroquiales. Existe además una media docena de gimnasios privados, que funcionan con habilitación comercial, y son también muy requeridos.

El subsecretario de Deportes del municipio, Carlos Arrative, reconoció que “es muy alta la demanda” y que hoy deben manejarse solo con el gimnasio 1 y el 4, “en horarios muy apretados”, debido a que el 2 y el 3 están inhabilitados hasta nuevo aviso. Los turnos de uso suelen estar cubiertos hasta la medianoche. Antes había algunos horarios que se cedían a pedido a grupos particulares, pero hoy el municipio ya no tiene esa disponibilidad.

Se trabaja con cupos llenos y listas de espera”. dijo Arrative. Aclaró sin embargo que hacen el máximo esfuerzo para acomodar a los chicos y también a los adultos en algún horario alternativo “para que no se queden sin actividad”.

El municipio también generó hace tres años un espacio nuevo como el skate park, al que concurren regularmente unos 500 chicos y chicos, y también funciona una escuela de ese deporte. “Hay un arancel pero es promocional”, dijo Arrative. Esta opción, a diferencia de los gimnasios, tiene el obstáculo extra de lidiar con el mal tiempo.

El funcionario municipal señaló que en total manejan “unas 70 disciplinas” y todo el tiempo se agregan nuevas, varias de ellas reclamadas por adultos mayores. “Esto es algo que hace cinco años no se veía”, aseguró. En buena medida esa “explosión” se acentuó a partir de la pandemia, según observó el funcionario. “Antes también había mucha demanda también, pero más cerrada en el rango etário. Hoy se ve interés en todas las edades, por el voley, el newcom, y hay torneos por todos lados”, afirmó.


Expectativas frustradas


Al igual que Arrative, los administradores de otros gimnasios señalaron que después de las 18 -cuando termina la actividad escolar- es cuando los espacios existentes se tornan claramente insuficientes en relación con la necesidad.

Existen equipos semiorganizados de “clubes” sin sede propia o simplemente grupos de amigos con ganas de jugar al fútbol que peregrinan en busca de algún espacio cerrado y, aun dispuestos a pagar, no lo consiguen.

La oferta privada no alcanza y la pública se estrechó al máximo. Arrative reconoció que antes los gimnasios municipales se cedían de noche o los sábados a grupos informales, pero ya no es posible porque las actividades municipales se extendieron también a esos horarios.

Los gimnasios del municipio tiene amplia demanda y funcionan en todos los horarios con actividades. Foto: Chino Leiva

Hace años que los educadores y directivos de distintas instituciones alertaron sobre esa necesidad, por lo cual la infraestructura deportiva creció con nuevas inversiones, pero con un ritmo bastante menor al esperado.

Luego de varios anuncios y dilaciones, el año pasado la Universidad del Comahue inauguró un gimnasio multipropósito, construido por la provincia, que pasó a ser de los más grandes de Bariloche. El Crub lo necesitaba imperiosamente para su carrera de Educación Física, que durante largo tiempo dependió para sus prácticas de lugares arrendados.

El decano, Marcelo Alonso, dijo que no alquilan el nuevo gimnasio a particulares (aunque hay consultas permanentes) sino solo a “instituciones que se hacen responsables”. Les cobran un derecho por esa prestación, que se destina a cubrir las horas extra del personal y pagar el equipamiento. También para encarar otras inversiones complementarias como la colocación de cámaras de seguridad.

El coordinador del gimnasio, Lenoardo García Veira, dijo que cobran 7.500 pesos la hora a grupos externos. El gimnasio está abierto de 7 a 24 pero la mayor parte de las horas está cubierta con las clases de la carrera y con grupos de “la comunidad universitaria” que lo piden para distintas actividades.

Con una visión global de lo que pasa en Bariloche, García Veira opinó que si bien “se crean espacios nuevos”, como el que el administra y también otros privados, “la necesidad es muy grande, especialmente en el horario de 18 a 24”.

El mismo efecto “imán” que generó el gimnasio del Crub se registró con otros construidos recientemente en escuelas de la provincia, que rápidamente quedaron saturados.

La escuela 201 del barrio Lera inauguró su gimnasio hace cinco años y es ya una referencia para ese barrio y para otros vecinos, que carecían de instalaciones deportivas. El director, Néstor Quiroga, dijo que además de albergar las actividades de Educación Física del propio establecimiento, el gimnasio “se presta a través del Consejo de Educación”, en horarios vespertinos y también los fines de semana. No se cobra a las entidades solicitantes un alquiler en dinero sino que “se firman convenios” para que realicen “contraprestaciones”, que pueden ser la reparación de una puerta, la pintura de un aula, la reposición de vidrios, u otros.

Un sistema parecido se aplica por ejemplo en el nuevo y esperado SUM de la Escuela Secundaria 46 (colegio Ángel Gallardo), ubicado en la costanera céntrica, que se inauguró este año. Según el director, Marcelo Muena, las solicitudes ya se habían multiplicado mientras la obra avanzaba, y antes del estreno.

Señaló que la dificultad operativa que tienen es que “no hay porteros nocturnos”, entonces quienes acceden a los permisos de uso “deben hacerse cargo de la limpieza”. Hay algunos clubes que consiguieron turnos en ese SUM y también firmó convenio una agrupación de danzas folklóricas, que logró agrupar allí las actividades que realizaba en varias locaciones.

Muena dijo que en todos los casos les piden a los solicitantes que otorguen cupos o alguna facilidad para los alumnos de la escuela.

Otros gimnasios escolares muy cotizados son los de la escuela 321, en avenida de los Pioneros km 8, o la 44, de Puerto Moreno, debido a la ausencia de otros recintos deportivos en la zona oeste. En el Alto, la actividad se concentra en el gimnasio Newenche, y en el Medalla Milagrosa, que también suelen tener escasa disponibilidad.


Otras opciones, siempre pocas


Entre los privados, los más reconocidos son los gimnasios del colegio San Esteban, el Vértice 7, el de Bariloche Voley Club en la calle John O’Connor (todos en la zona céntrica); el gimnasio “El club”, que antes se llamaba “Olimpia”, en la calle Vereertbrughen y el Puerto Este o Vuriclub.

Se les suman los clubes con gimnasio propio como Los Pehuenes, Estudiantes Unidos y Nahuel Huapi. Otro recinto tradicional, pero poco accesible, es el de Bomberos Voluntarios.

El sector privado tiene gimnasios y SUM pero tampoco alcanzan para la demanda que hay en Bariloche. Foto: Chino Leiva

Algunas dificultades que deben enfrentar los entusiastas de algunos deportes es que no todos los espacios son aptos para cualquier disciplina. Por ejemplo, la tendencia a realizar “salones” multiuso cada vez más chicos (por razones presupuestarias) deja afuera al hándbol, que necesita recintos de 20 metros por 40 y hay no más de tres o cuatro con las medidas reglamentarias.

Algo parecido pasa con el hockey indoor, que precisa un piso especial para jugar con seguridad. Federico Latorraca, referente del club Williches, con tradición en ese deporte, dijo por ejemplo que “el municipal 1 no sirve porque la bocha se levanta en las juntas del piso y es peligroso” y otros de piso flotante muy sofisticado, como el de la UNCo, no lo prestan para ese deporte. “Vamos a ver qué pasa ahora con el municipal 3”, donde se coloca por estos días también un costoso piso nuevo de madera, dijo Latorraca.

Aseguró que por esas limitaciones en Williches no tienen divisiones formativas sino solo equipo de mayores, dada la dificultad para conseguir horas en gimnasios. Señaló que el fútbol es muy masivo y las entidades que organizan torneos “reservan muchas horas a principio de año, les hacen precio y pagan por adelantado”, lo cual resta opciones al resto.

Según Latorraca, las “escuelitas” particulares de distintos deportes que abundaban hace años también hoy son una rareza porque “económicamente ya no cierra, los costos se dispararon y solo los clubes con instalaciones propias” pueden ofrecer ese servicio a un precio accesible.


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