En la base de la ex-Autobuses en Neuquén, continúa la actividad y no se hizo limpieza

Vecinas de Pehumaue y Viejo Cauce aseguraron que no se cumplió el desalojo del lugar como lo ordenó la Justicia y que la municipalidad no quiere intervenir porque la empresa ya no tiene el transporte urbano

«En estos 4 años se logró un montón, pero la empresa continúa ahí y no cesó la actividad» en la base operativa de la ex concesionaria del transporte público de la ciudad de Neuquén, dijo una de las vecinas que llevó a cabo el amparo ambiental por ruidos molestos.

Laura Figueroa aseguró que después de años de mala convivencia con la transportista que tenía la concesión de colectivos en la ciudad, su familia logra «dormir de corrido» porque ya no están encendidos los motores desde la madrugada ni retumba la casa.

Sin embargo, las vecinas de Viejo Cauce, del otro lado del predio de las molestias en Valentina norte rural, sí escuchan el ajetreo de las unidades y la tarea de mecánicos en el lugar en horarios variados.

Recordó que por ordenanza la empresa transportista, que quedó en el lugar con otras unidades que prestan servicio en localidades vecinos y realizan recorridos contratados a empresas, no puede estar en medio del barrio Pehumaue y Viejo Cauce.

«La realidad es que sigue la actividad, no de 120 colectivos, pero de unas 20 unidades» que siguen en el lugar más combis y otros vehiculos de transporte con nombres de fantasía diferentes a la ex Autobuses.

Un fallo judicial del 30 de junio ordenó a la municipalidad que seguir y auditar el plan de abandono «y cese íntegro de las actividades incompatibles con la zona» donde se guardaban las unidades del transporte público.

El amparo se inció por los ruidos molestos y en las últimas inspecciones, se indico que el desalojo debeía prever la limpieza y saneamiento de aceites y chatarras que fueron constatadas en la última visita judicial en la que estuvo presente personal de la subsecretaría de Medio Ambiente o representantes del municipio, se indicó.

«No sólo fueron los ruidos molestos, que es lo que logramos probar, sino todo el daño que tiene el lugar y del que no sabemos nada todavía», dijo la mujer. Agregó que aunque Ricardo Riva cese en su actividad en la Defensoría, buscarán que la nueva gestión los acompañe en exigir que se cumpla el fallo judicial y que se retire la actividad de la transportista en medio de barrio «ya sea con unidades que prestan servicio público o privado».

«Esperamos que estén a la altura, porque Riva dejó la vara muy alta», planteó.

Insistió en que la tranquilidad para lograr descanso se logró «hace unos pocos meses» luego de mcho batallar y que la municipalidad, como terminó el contrato de concesión e inició un contrato con otras firmas, no ejerce los controles, no impide la actual actividad ni compele a la empresa a irse del lugar, en la calle Laprida al 7 000.

El juez José Pusterla, en una resolución interlocutoria dictada el 30 de junio pasado, intimó a la empresa Indalo a «cumplir con el plan de abandono» dentro de los 30 días y que la municipalidad «audite y controle» la evacuación de la firma y sus bienes. «Todo el proceso de control y seguimiento debe ser informado en el expediente», dijo el juez en la resolución donde dejó en claro que la extinción de la concesión vieja y el inicio de una nueva con otro prestador, no exime a la comuna de seguir supervisando el proceso de remediación del espacio que debía estar desalojado.

«Mantiene su vigencia la orden de realizar un plan de abandono del sitio conforme a la normativa», recordó Puserla.


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