Nalbandian se graduó de héroe
Hazaña de David. Venció a Federer en la inolvidable final de Shanghai.
David Nalbandian protagonizó ayer la sorpresa y la hazaña tenística de la temporada al conquistar el Masters de Shanghai, derrotando al suizo Roger Federer en la final. Nalbandian se impuso por 6-7 (4/7), 6-7 (11/13), 6-2, 6-1 y 7-6 (7/3), después de 4h 34m. de un partido vibrante. Se sumó así a Guillermo Vilas, campeón en Melbourne ‘74 y hasta ayer el único argentino que había ganado el Masters. Con 23 años, el finalista en Wimbledon 2002 termina sexto en la Carrera de Campeones, ganada ampliamente por Federer, y cierra 2005 como el mejor argentino. Por su parte, Federer culmina el año con 81 victorias y cuatro derrotas. No perdía una final desde octubre de 2003, con 24 disputadas. Pero ayer finalmente le sucedió. “Jugamos un partido increíble . Roger, no te preocupes, es el último torneo que perderás, ganarás mucho. Dejame conservar este”, señaló un exultante Nalbandian en la entrega de premios. El argentino se lleva un Mercedes Benz CLK 350, y 1.400.000 dólares. Nalbandian mandó desde el primer punto, con un revés potente y punzante, y un drop de devastadora precisión. Durante una hora, jugaron con Federer un tenis de gran nivel. No perfecto, pero sí luchado, emotivo. Federer mostraba su clase, aunque también dudas impropias en él. Nalbandian, con su tenis granítico y talentoso, lo complicaba como pocos. Se llegó al tie break. Y Federer marcó la diferencia, para ganar 7-4. Luego, el suizo quebró para 4-2 en el segundo set, pero cuando parecía que se escapaba, Nalbandian sumó tres juegos consecutivos. Llegó a estar 6-5, pero el tie break fue nuevamente la única solución. Era para grabar . Terminó con Nalbandian arrojando la raqueta tras perder 13-11. Federer se ponía dos a cero. El cordobés abrió el tercer set quebrando al suizo, volvió a quebrar para una ventaja de 5-2 y, con un servicio de 192 kilómetros por hora, logró el error del europeo para llevarse el parcial por 6-2 . Iban 3 horas de juego. El argentino quebró para 2-1 en el cuarto. Federer pidió un fisioterapeuta, que trató su muslo izquierdo. Nalbandian quebró para llegar a 4-1 en el cuarto set y Federer entregó los últimos dos juegos. Enorme 6-1. Nada cambió en el principio del quinto y final. Un Federer desinflado y molesto siguió a merced de Nalbandian, que lo movió sin cesar, en una operación de desgaste milimétrica. Un grito surgió de la garganta del argentino al quebrar para 2-0. Por primera vez, después de casi 240 minutos de lucha, tenía una ventaja clara. Luego de una doble falta, Federer se se cruzó de brazos, molesto. Nalbandian estaba ya 4-0, rumbo a un título con el que ni soñaba semanas antes. Pero perdió el saque en un juego endemoniado. El suizo sirvió 3-4. David exhibía dudas. El 4-0 fue 4-4, luego 5-5. Nadie apostaba por un ganador. Federer quebró para 6-5 y sirvió para campeonato, pero Nalbandian se sobrepuso y devolvió el quiebre. Nuevo desempate, misma tensión y emoción. Pero finalmente Federer se encontró sacando con desventaja de 6-3. El argentino aceptó citarse con la historia. Derecha de Federer a la red y un Nalbandian emocionado que caía de espaldas. El tenis, agradecido. (DPA y AR)
Delirio en las calles de Unquillo
CORDOBA (DyN).- El triunfo de David Nalbandian hizo delirar, como no podía ser de otra forma, a su ciudad natal Unquillo, ubicada a 24 kilómetros al oeste de Córdoba, donde se festejó con gran alegría la victoria de su “hijo más importante”, del hijo pródigo. Casi la totalidad de sus vecinos salieron a la calle, en caravanas, para festejar el triunfo histórico de Nalbandian ante el suizo Roger Federer en el Masters de Shanghai. Pocos lo esperaban, muchos lo soñaron. Una hilera de más de un kilómetro y medio de automóviles y otro tipo de vehículos, como camionetas, camiones, motocicletas y hasta bicicletas, recorrió en forma “ruidosa” y arrojando papelitos las calles de esa hermosa localidad de las Sierras Chicas de Córdoba. El festejo se concentró en la avenida San Martín de esa localidad, después de que la caravana transitara todo el pueblo, con la gente frente de sus casas saludando con euforia. Banderas argentinas en las casas y una multitud frente al 3.500 de esa avenida, domicilio de la familia de David, fueron luego los aspectos más destacados del festejo, y según antiguos vecinos del lugar, “nunca se había visto una cosa igual”. Este fin de semana la gente podrá disfrutar de Nalbandian, quien junto con el piloto Marcos Ligato protagonizarán un desafío de carácter benéfico. La programación tendrá un partido de tenis, un mini encuentro de golf y un prime de rally a efectuarse en las localidades de Unquillo y Río Ceballos, lugares de residencia de ambos deportistas. Nalbandian y Ligato, quienes se asociaron hace poco para conformar un equipo de rally, ya realizaron una exhibición benéfica en 2003, con una prueba en el Pro Racing de Villa Carlos Paz, jugaron al golf con el “respaldo” de Angel Cabrera y Eduardo Romero en Villa Allende, y cerraron jugando al tenis en el Córdoba Lawn, ante una multitud.
OPINION : El partido de su vida
La frase surcó la sala de conferencias. “Pescó un pez grande”. El pescador es David Nalbandian, y el “pez”, Roger Federer, quien se resistió más de cuatro horas y media a ser el trofeo que el argentino buscaba. El “tiburón” Federer batalló con la fuerza de un gigante, pero se rindió e instaló a Shanghai como nueva referencia de hazañas del deporte argentino. Nalbandian se convirtió ayer en estrella en China. Saber que el “rey David” estaba ultimando sus aparejos para irse a pescar con amigos a la Patagonia cuando fue llamado de urgencia para reemplazar a Andy Roddick afiló el instinto de parte de la prensa durante el Masters. Huérfano de superestrellas más allá de Federer, el torneo no ofrecía grandes historias, y tener conocimiento que Nalbandian disfruta como pocos pescando, permitió a muchos escribir un artículo “diferente”. No podían saber que bastaba con esperar a la final de ayer, no podían imaginar que “la” historia era un partido de tenis, una materia a veces despreciada porque muchos de ellos son repetitivos, aburridos o previsibles. Lo opuesto a lo visto ayer. Nalbandian sorprendió por su ambición sin límites ante el número uno, y Federer sorprendió con una recuperación memorable. Exasperado por momentos, con errores groseros en otros, Federer recordó al Pete Sampras de las últimas épocas. La única explicación para su remontada de 0-4 a 4-4, para haber estado con su servicio 6-5 a dos puntos de ganar el partido, es un súbito torrente de adrenalina inundando su organismo. Ayer a Federer le faltaba algo de tenis, no lo ayudaba su tobillo, pero le sobraba corazón. Aunque no tan grande como el que mostró Nalbandian en la encrucijada clave de su vida deportiva. ¿Qué hubiese pasado con el argentino si perdía el partido? “No podía volver a casa. Si perdía ese partido, me mataba”, admitió con sinceridad. Nalbandian es un gran jugador, aunque no un joven simpático. Ciclotímico, a veces muestra un humor cómplice, y otras veces roza la grosería. Pero ofrece una ventaja, siempre habla de frente. Ayer mostró ciertos toques de humor, y admitió que la reacción de Federer estaba fuera de sus cálculos. Finalista en Wimbledon, semifinalista en el Abierto de los Estados Unidos y Roland Garros, hombre clave en la Copa Davis, el de Unquillo aprovechó el último certamen de la temporada para instalar su campaña en otra dimensión, porque un campeón del Masters tiene categoría de estrella. En el tenis argentino de hoy sólo hay otra estrella, Gastón Gaudio, campeón de Roland Garros. Los demás aún tienen pendiente el gran golpe. El tenis argentino deja de lado por un rato las denuncias y el escándalo del doping y disfruta del tenis en estado puro. (DPA)
EL DATO 6 Las veces en que el “rey David” le ganó como profesional a Federer, quien venía de lograr cuatro triunfos consecutivos ante el cordobés.
David Nalbandian protagonizó ayer la sorpresa y la hazaña tenística de la temporada al conquistar el Masters de Shanghai, derrotando al suizo Roger Federer en la final. Nalbandian se impuso por 6-7 (4/7), 6-7 (11/13), 6-2, 6-1 y 7-6 (7/3), después de 4h 34m. de un partido vibrante. Se sumó así a Guillermo Vilas, campeón en Melbourne ‘74 y hasta ayer el único argentino que había ganado el Masters. Con 23 años, el finalista en Wimbledon 2002 termina sexto en la Carrera de Campeones, ganada ampliamente por Federer, y cierra 2005 como el mejor argentino. Por su parte, Federer culmina el año con 81 victorias y cuatro derrotas. No perdía una final desde octubre de 2003, con 24 disputadas. Pero ayer finalmente le sucedió. “Jugamos un partido increíble . Roger, no te preocupes, es el último torneo que perderás, ganarás mucho. Dejame conservar este”, señaló un exultante Nalbandian en la entrega de premios. El argentino se lleva un Mercedes Benz CLK 350, y 1.400.000 dólares. Nalbandian mandó desde el primer punto, con un revés potente y punzante, y un drop de devastadora precisión. Durante una hora, jugaron con Federer un tenis de gran nivel. No perfecto, pero sí luchado, emotivo. Federer mostraba su clase, aunque también dudas impropias en él. Nalbandian, con su tenis granítico y talentoso, lo complicaba como pocos. Se llegó al tie break. Y Federer marcó la diferencia, para ganar 7-4. Luego, el suizo quebró para 4-2 en el segundo set, pero cuando parecía que se escapaba, Nalbandian sumó tres juegos consecutivos. Llegó a estar 6-5, pero el tie break fue nuevamente la única solución. Era para grabar . Terminó con Nalbandian arrojando la raqueta tras perder 13-11. Federer se ponía dos a cero. El cordobés abrió el tercer set quebrando al suizo, volvió a quebrar para una ventaja de 5-2 y, con un servicio de 192 kilómetros por hora, logró el error del europeo para llevarse el parcial por 6-2 . Iban 3 horas de juego. El argentino quebró para 2-1 en el cuarto. Federer pidió un fisioterapeuta, que trató su muslo izquierdo. Nalbandian quebró para llegar a 4-1 en el cuarto set y Federer entregó los últimos dos juegos. Enorme 6-1. Nada cambió en el principio del quinto y final. Un Federer desinflado y molesto siguió a merced de Nalbandian, que lo movió sin cesar, en una operación de desgaste milimétrica. Un grito surgió de la garganta del argentino al quebrar para 2-0. Por primera vez, después de casi 240 minutos de lucha, tenía una ventaja clara. Luego de una doble falta, Federer se se cruzó de brazos, molesto. Nalbandian estaba ya 4-0, rumbo a un título con el que ni soñaba semanas antes. Pero perdió el saque en un juego endemoniado. El suizo sirvió 3-4. David exhibía dudas. El 4-0 fue 4-4, luego 5-5. Nadie apostaba por un ganador. Federer quebró para 6-5 y sirvió para campeonato, pero Nalbandian se sobrepuso y devolvió el quiebre. Nuevo desempate, misma tensión y emoción. Pero finalmente Federer se encontró sacando con desventaja de 6-3. El argentino aceptó citarse con la historia. Derecha de Federer a la red y un Nalbandian emocionado que caía de espaldas. El tenis, agradecido. (DPA y AR)
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