Así nació el matadero municipal de Neuquén

En 1913 se inauguró el primer centro de faena de la ciudad. Hasta entonces la tarea se realizaba en las casas familiares.

La principal actividad económica del Neuquén de 1900 era la cría de animales. Con un pedazo de tierra y unos corrales precarios los pobladores encontraban en la tierra generosa un medio de subsistencia.

Luego de la capitalidad la población fue aumentando y se hizo necesario poner un poco de orden en la ganadería.

Hasta 1913 los crianceros faenaban sus animales en sus propias casas o donde mejor les conviniera. Esto representaba un peligro latente para las personas.

Precisamente fue esto lo que motivo que la Gobernación pusiera manos a la obra para la ejecución de un espacio adecuado para la faena.

Fue así que en 1913 se inauguró el primer matadero municipal que funcionó en la chacra 35, en la actual esquina de Riccheri y Bahía Blanca, donde actualmente funciona la Secretaría de Servicios Urbanos y la Dirección de Comercio del municipio.

La obra comenzó a materializarse durante la administración de Enrique Nordenström. Pero recién pudo concretarse durante al intendencia de Abel Chaneton.

Eran épocas de solidaridad y de un objetivo común a todos: el progreso de la recién nacida capital. El Ferrocarril Sud donó 600 durmientes para la construcción de corrales y mangas. También se colocó un molino de agua.

En los inicios no fue fácil para el Estado local poder avanzar con las obras. Intereses encontrados entre matarifes y gobierno fue dilatando las cosas. En tanto los ingresos del abasto eran nulos, según cuenta Ángel Edelman en su libro “Recuerdos Territorianos”.

Y por otra parte, los gastos por la prestación del servicios de faena que realizaba el municipio iban en aumento. Cabe aclarar que la faena se realizaba en espacios abiertos sin edificios adecuados.

“Durante 1910 ingresaron a las arcas comunales por el concepto de abasto 178,10 pesos. Los egresos del año por el matadero sumaron 2.789,93 pesos”, se cuenta en el textos histórico.

Esto generó un reclamo público en busca de apurar las obras del primer edificio para el matadero. El costo fue de 15.000 pesos y la Nueva España adelantó los fondos en préstamo, con un interés del 8,5%.

Una ordenanza

que prohibía el arreo

Datos

Hasta hace tres años estaba en vigencia en la ciudad de Neuquén una ordenanza que era totalmente atemporal con la modernidad del siglo XXI.
“Prohíbase el arreo de ganado por la avenida Argentina”, establecía el artículo 1 de la norma.
Situada en la capital con sus 50 años de vida, no resultaba tan ridícula. Es que en esa época, los ganaderos debía cruzar con su hacienda toda la ciudad para llegar hasta el matadero. Y se cruzaban con carruajes y carros a motor.
Ferrocarriles Sud donó 600 durmientes.
Nueva España otorgó un préstamo para las obras.

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