«No tengo señal», otra deuda que desnudó la pandemia

El acceso a internet, a las redes y a banda ancha son conceptos que se instalaron en el centro del debate, en todos los ámbitos. En los pueblos pequeños de la región la brecha digital deja a muchos excluidos de la posibilidad de acceder al trabajo y la educación.

Contar con acceso a internet, sea en modo fijo o móvil, con la pandemia pasó a ser esencial para la vida cotidiana. Pero en este marco de aislamiento, quedó al desnudo como regiones enteras de Río Negro, Neuquén y de todo el país, están privadas de la conectividad, o es tan deficitaria, que casi no se puede usar.

Las historias de vida de niños que hacen kilómetros a caballo para poder agarrar señal y enviar la tarea de la escuela, o el hombre que recorrió los cerros nevados a pié, para avisar que su mujer embarazada estaba bien, en la Línea Sur de Río Negro, se hicieron virales durante este tiempo, pero más allá del color, muestran la existencia de una desigualdad de años.

Varias organizaciones defienden que el acceso a internet debería considerarse como un derecho humano. Otras, en cambio, estiman que la conexión a la web es un facilitador de derechos como el de información o libertad de expresión.

Sea o no un derecho, en los últimos días, lo que se vio es que la brecha digital dejó a algunos sectores sociales y áreas geográficas remotas o de baja densidad poblacional, excluidos de la posibilidad de acceder a las redes y –con ello– al trabajo, la educación y la actividad productiva.
Tanto a nivel regional como nacional y mundial, los gobiernos comenzaron a tomar nota de esta problemática.

La falta de señal, un problema en la Patagonia.

En Neuquén, por ejemplo, el intendente Mariano Gaido presentó la última un plan de conectividad para llegar a 18 comisiones vecinales y 23 bibliotecas barriales.

A nivel nacional, el directorio del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) aprobó un paquete de medidas como la implementación del programa que lleva el desarrollo de la conectividad a Barrios Populares. El delegado de la entidad en Neuquén, Mauricio Guajardo, dijo queen esta época, los pedidos de mejorar las redes existentes para más conectividad crecieron mucho en la región.

“No hubo grandes caídas del servicio, pero sí, muchas zonas que piden por favor la mejora de la conectividad, sobre todo se nota en los pueblos de la cordillera, los pueblos pequeños, en el Norte Neuquino”, dijo y agregó que se piden soluciones ahora, pero son obras costosas, y grandes que llevarán un tiempo.

Si bien en Neuquén capital están todos los servicios, en los pueblos más pequeños, la conectividad no es completa.

“La red federal de fibra óptica cruza por toda la provincia, pero no se hizo el tendido para el resto de los pueblos, en algunos lugares, se necesita que empresas brinden el servicio y hagan la capilaridad”, sostuvo el delegado.

En este tiempo de pandemia, desde Enacom promueven ANR, que son aportes no reembolsables que ayudan a que las empresas que quieren brindar servicios de calidad hagan inversiones. “Se acercan a las cooperativas, empresas privadas y todos los que quieran mejorar conectividad en esas zonas. Hay un proyecto para mejorar la conectividad en barrios populares y otro de corredores viales”, comentó Guajardo.

También a nivel nacional se avanza con el tema. Impulsado por los diputados del oficialista Frente de Todos, Pablo Carro y Blanca Osuna, 29 diputados presentaron un proyecto de Ley para que el acceso a servicios de internet de banda ancha fija, móvil y satelital sea considerado como derecho humano y un servicio universal.

El proyecto conceptualiza el derecho de conectividad e internet como derecho humano, siguiendo pronunciamientos en este sentido de las Naciones Unidas y la obligación de garantía de universalidad establecida en la Ley 27078 Argentina Digital.

La iniciativa propone crear un Plan Nacional de Conectividad para coordinar y ejecutar las políticas y recursos públicos en materia de conectividad.

Según la Cepal, el continente amanecerá después de la pandemia con 80 millones de nuevos pobres, víctimas de una brecha digital que en el siglo 21 es como hablar de analfabetismo.

Los analistas hablan de “acceso asequible a la red”, como una de las políticas públicas claves del mundo que llegó para quedarse. Por eso, se hace necesaria en lo inmediato, la reflexión y la acción de los actores implicados, para aportar al cierre de la brecha digital.

Proyecto de ley

El proyecto de ley fue presentado en Diputados, con legisladores de América Latina. Intenta considerar un derecho humano el acceso a internet y de ese modo se podrán regular sus tarifas, aunque permitiendo la competencia entre las empresas.

Entre sus fundamentos, el proyecto expresa la necesidad de superar las desigualdades estructurales y los problemas fácticos de conectividad y uso de Internet con una mínima calidad de servicio y tarifas justas y razonables.


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