Noticias de la deuda

Dario Tropeano*

Reiterando nuestra obsesión por el proceso de endeudamiento generalizado de la última gestión de gobierno, de la cual advertimos en estas páginas incluso antes del balotaje del 2015 (“El bocado argentino: endeudar al país”, 22/10/15) al concluir: “El bocado es grande para el comedor, pero atragantarse nuevamente sabemos que genera una indigestión que nos está llevando décadas superar” –sic–.


Millones de compatriotas permitieron otra vez (la soberanía política corresponde al pueblo de la Nación) un nuevo ciclo de endeudamiento público. Si todo sale bien, el costo insumirá décadas, dado que aún se encuentra pendiente la deuda reestructurada en los años 2005/10, también contraída en el marco de gobiernos neoliberales que priorizaron la valorización financiera con endeudamiento público para facilitar la fuga de divisas, reduciendo el salario real y la economía productiva.


No solo ha existido un exponencial aumento de la deuda en dólares, sino que todos los agentes económicos (asalariados, empresas, provincias y organismo interestatales) han aumentado sensiblemente su posición deudora. Las personas casi triplicaron en los últimos tres años (2% al 5,3% BCRA) su nivel de endeudamiento, superando el 52% durante el 2019. El aumento exponencial de deuda en todos sus niveles (pública, corporativa y personas humanas) en relación al PBI fue el más alto del mundo durante el último año (informe de julio de 2019 del Instituto Internacional de Finanzas IIF). Incluso el actual canciller ha informado que la gestión anterior adeuda cuotas de la República Argentina ante la ONU, la Organización Mundial de la Salud, el Mercosur, el BID, Unasur, la FAO, la OIT y la Unesco.


Durante la última gestión, la deuda en moneda extranjera y sometida a Tribunales no Argentinos aumentó cerca de un 40%, y de acuerdo al informe 2019 de la Universidad de Avellaneda el pago de intereses por deuda pública creció un 781% en los últimos cuatro años, de 49.199 millones de pesos a 433.607 en el 2019. Ello representó un incremento sobre los gastos totales del Estado nacional del 8,8% (2015) al 21,6% en el 2019… Pregunta: ¿quién se va a hacer responsable de este nuevo saqueo nacional, de este nuevo ciclo histórico de decadencia argentina?


Una vez más decimos: una cosa es la deuda en pesos, las tropelías y corrupciones políticas en pesos, y otra muy distinta es organizar un sistema de endeudamiento público en dólares –con aval geopolítico que asegura el condicionamiento de un país–.


Ese sistema muestra por ejemplo la estructuración de un modelo de endeudamiento delivery, donde el exministro de Finanzas del gobierno anterior adquirió a través de un fondo de inversión creado por el mismo (Axis) bonos del Estado nacional (Lebac) intermediando con el Anses con los dineros del fondo de garantía de jubilaciones, para hacerle adquirir esos bonos a cambio de una comisión.


O las conocidas transacciones con operadores de Wall Street facilitando la adquisición de deuda nacional, a los cuales se les vendía libremente toda la cantidad de dólares que requiriesen cuando transformaban sus desorbitadas ganancias en pesos adquiriendo los dólares para salir del país.


Cuando el gobierno colapsó financieramente y llamó al FMI para inyectar US$ 44.600 millones fue para completar el proceso de fuga de capitales de los inversores financieros, bancos y grandes empresas locales que no habían alcanzado a salir con los dólares propios del BCRA. Casi la totalidad de los mismos ya no están, los debemos, y alguien se los llevó libremente, con información privilegiada y autorización del gobierno de turno (fueron en total US$ 88.371 en cuatro años).

Todo se fue desbarrancando aceleradamente y a partir del 2019 los fondos buitres (que adquieren deuda en dificultades o en default) aprovecharon la caída en el valor de los bonos argentinos emitidos en dólares, y compraron deuda pública. Como ejemplo, el famoso bono a 100 años (antecedente demencial si los hay) con una tasa del 8,14 anual (la mayoría de los países africanos no emiten deuda a esa tasa de interés) ha sido parcialmente adquirido ya por fondos buitres, en tanto su abrupta caída de cotización.


Durante la última gestión, la deuda en moneda extranjera y sometida a Tribunales no Argentinos aumentó cerca de un 40%, y de acuerdo al informe 2019 de la Universidad de Avellaneda.



Hoy se especula con el default de la deuda de la Provincia de Bs. As. (aumentó un 40% en cuatro años) y los grandes medios fogonean con esta posibilidad: no se trata de simple información, sino de acelerar la caída del valor de los bonos para adquirirlos a un 30 a 40% nominal, y posicionarse para negociar “mejor “ la reestructuración.

Lo mismo sucede con la deuda del Estado nacional. Grandes operadores nacionales y extranjeros apuran el alza del dólar blue para aumentar su ganancia en la reestructuración, o presionan ante la baja de tasas de interés de las Leliqs (que impulsa el BCRA ) con la corrida hacia el dólar blue, que aún direcciona los precios de la economía local. Hay una realidad paralela y directamente vinculada a la vida de millones de argentinos (digamos el 99%) que no vemos por televisión o en redes sociales.

*Abogado, docente de la Facultad de Economía de la UNC


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