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La historia detrás de uno de los cánticos más polémico del fútbol: ¡Así, así, así gana el Madrid!

Cuando Real Madrid está en cancha disputando instancias finales es extraño ver a un árbitro, frente a una situación dudosa, fallar en su contra. Así nació el histórico cántico de la hinchada rival.

Hay una musiquita que resuena en los estadios europeos cada vez que el Real Madrid gana un partido de manera dudosa, que dice: ¡Así, así, así gana el Madrid¡ Según cuenta la leyenda el cantito nació el 25 de noviembre de 1979 en un encuentro entre el Sporting de Gijón y el Real Madrid.

El equipo vasco era uno de los equipos más poderosos de España en ese cierre de la década del 70 y peleaba los campeonatos palmo a palmo con la Casa Blanca. Ese equipo contaba con tres argentinos: Víctor Hugo Doria, Ricardo Rezza y Enzo Ferrero.

Precisamente este último sería uno de los protagonistas de la jugada que dio inicio al jingle anti-Real. El puntero exBoca hizo una de potrero, al querer sacarse de encima apenas iniciado el juego a su marcador San José tirando la pelota por un lado y corriendo por el otro.

El defensor merengue reaccionó con un codazo descalificador que dejó la nariz y labios del argentino envueltos en sangre y que provocó que este último devolviese la gentileza con un empujón y una patada.
¿Cómo terminó el numerito? Para el argentino roja, para el del Real Madrid ¡nada! En ese momento, los hinchas en medio de insultos y proyectiles, dieron a luz a el eterno “Así, así, así gana el Madrid”.

Pero la cuestión no terminó allí ya que a los 41 minutos el árbitro Ausocúa Sanz le muestra la roja a Benito del Madrid por foul a Mesa, pero, renglón seguido, cambia de opinión y lo amonesta. El empate lo marcaría Joaquín a los 50 minutos de partido. Sin embargo, la igualdad no apaciguó los ánimos en las escalinatas de El Molinón. El “Así, así gana el Madrid” tronó hasta el final del encuentro y se inmortalizó en cada triunfo del de la capital española, donde se interpreta que recibe una mano extra. Tal lo sucedido días pasados en octavos de final de la Champions League donde el Real dejó al Atlético de Madrid en el camino por definición por penales, luego de haber empatado en dos goles en el global de ida y vuelta.

Para ello el árbitro polaco Szymon Marciniak juzgó que el penal ejecutado por nuestro Julián Álvarez -uno de los jugadores más correctos del momento-, debía ser anulado por haber tocado el balón con ambos pies antes de ingresar en el arco y convertirse en gol.

De la incesante repetición de video imágenes resulta imperceptible tal doble toque. La escena se vuelve aún más discutible ya que en principio el juez parece solicitar la intervención del VAR -algo inédito en el fútbol para esta situación-, aunque luego, consultado el referí, negó tal pedido. Aquí surge la eterna dicotomía entre lo reglamentario y lo razonable y qué es lo que se debe decidir cuando lo primero resulta absurdo, como en este caso.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿cuál es la ventaja que se genera para el supuesto equipo infractor si un integrante del mismo, involuntariamente al rematar un penal, toca la pelota con los dos pies? La respuesta claramente es ninguna, ya que además de ser un gesto sumamente complejo desde lo técnico, solo provocaría un mayor riesgo de error al no poder patear al arco con un tiro franco.

Pero además la norma atenta contra uno de los mayores objetivos a los que apuntan la mayoría de las reformas reglamentarias actuales, que es la concreción de goles para que el espectáculo sea más atractivo.

Por ende, el criterio debiera ser in dubio pro gol, sea quien sea el equipo que lo reciba.
Si el argumento para sancionar fuera que el arquero se pudo sentir engañado por la acción, es precisamente ese juego del gato y del ratón -del que nuestro Dibu Martínez puede dar cátedra – uno de los mayores atractivos de tal tipo de definición.

Por otra parte, recordemos que el reglamento de fútbol curiosamente admite el pase en el penal, algo que debiera siempre contemplar un golero. Justamente avalando el razonamiento anterior, tal alternativa es poco utilizada, porque aumenta la probabilidad de marrar.

Lo cierto es que la regla, ahora, va a someterse a revisión, justo luego de que el Madrid sacara pasaje a cuartos de final para enfrentar al Arsenal. En fin, más allá de las siempre presentes sospechas, se puede asegurar que cuando está el Real Madrid en cancha disputando instancias finales, es extraño ver a un árbitro, frente a una situación dudosa, fallar en su contra.

Muchos ven en ello a la prepotencia de la billetera del máximo ganador de la Liga de Campeones, con una constelación de estrellas descomunal a lo largo de décadas.

Por tal motivo las ayudas adicionales que pudiera recibir una institución tan poderosa, socavan la credibilidad de lo que queda aún de deporte. Algo que tiene que protegerse y que no debiera precisar el Madrid, con el brutal presupuesto que pone en cada once que lanza a la cancha. Menos aún que sus jugadores, hagan gestos a la hinchada rival, luego de un pasaje tan agónico a la siguiente ronda.
Para quienes aun creemos en la tracción a sangre y la pechera transpirada, los caminos siempre serán otros.

Algo de lo que pueden sentirse orgullosos equipos como el Aleti de Diego Simeone, que en muchos momentos, con juego, doblegan al gigante y hacen aflorar esa siempre denunciante música de: “Así, así gana el Madrid”.

*Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com


Hay una musiquita que resuena en los estadios europeos cada vez que el Real Madrid gana un partido de manera dudosa, que dice: ¡Así, así, así gana el Madrid¡ Según cuenta la leyenda el cantito nació el 25 de noviembre de 1979 en un encuentro entre el Sporting de Gijón y el Real Madrid.

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