Las alteraciones sueltas de una elección

El gobernador cumplió con juntadas de repaso de la administración. Ensayó una novedad: promete autonomía y delegación. Se reserva otra etapa para su arqueo del gabinete. Villaverde no logra paz. Su ingreso al Senado no está liberado. Asuntos Constitucionales se reunirá el miércoles y habría una impugnación.

Weretilneck sigue sumergido en el escrutinio y abstraído en las razones del magro resultado electoral. Explícita la culpa central en la nacionalización de la disputa, pero incorpora y silencia componentes provinciales y locales, que lo ocupan.

Esta semana se multiplicó en juntadas individuales de repaso de la administración. Abrió una etapa, y ensayó una novedad: promete autonomía y delegación en los cambios que sus ministros le sugieren. Es una verdadera innovación, aunque todavía se presente en estado de tentativa.

Pone en crisis su fórmula de conducir, pero también se trata de un atajo para su propia corrección. Alienta y hasta habilitaría retoques intermedios por parte de sus ministros, reservándose su arqueo del gabinete para febrero o marzo. El salvoconducto ofrecido significaría además la oportunidad final para su primer anillo de colaboradores.

Desarrollo Humano puntearía en diciembre con modificaciones de funcionarios. Juan Pablo Muena, su titular, repuntó en la valoración de Weretilneck, a pesar del traspié electoral en Bariloche. El ministro ya lanzó el desafío de “oxigenar” al equipo. Fue un pensamiento -previamente- compartido con el gobernador.

Las modificaciones mayores quedarán para dentro de tres meses. Si ocurren ahora, esos ajustes se vincularán con la derrota y el mandatario reniega de esa posibilidad.

No siempre estuvo abierto en el desfile de reuniones en Viedma. Se incomoda con ciertos conflictos irresueltos. Esquiva, por caso, la crisis con su vicegobernador Pedro Pesatti. “Vamos a esperar”, repite, igual que cuatro meses atrás cuando el quiebre despuntó. El primer acercamiento, tras la elección, se lo asignó a Facundo López, centrado en la agenda legislativa.

Confía en que las tensiones se diluyan con el tiempo. Esa estrategia, a veces, resulta y eso ocurrió con la paritaria salarial porque, finalmente, la Provincia atravesó el bimestre octubre-noviembre con los bonos, a pesar del rechazo unánime de los gremios. El 26 se pagarán las segundas sumas fijas, que ya no estarán en diciembre y, por eso, la próxima negociación partirán con los haberes de septiembre.

La sombra electoral tampoco se disipa en los libertarios. Lorena Villaverde no logra sosiego. Sufrió embates por su candidatura, que se potenciaron por la resurgida causa estadounidense y la irrupción del caso Fred Machado, y, ahora electa, su ingreso al Senado no está liberado.

Fuerza Patria anticipa que impugnará sus pliegos en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que se reunirá el miércoles. Si existiera rechazo mayoritario, ese dictamen pasaría al cuerpo, pero su ratificación exigirá el voto de los dos tercios de los senadores presentes.

La diputada dará nuevamente batalla. Tuvo un fuerte gesto político si, como dicen, existió un encuentro con el presidente Javier Milei. Su resguardo recae en fallos de la Corte Suprema, a partir de los rechazos a las asunciones de Antonio Bussi y Luis Patti en la Cámara Baja.

En el 2008, la Corte -con votos de cuatro de sus siete jueces- convalidó que Patti asuma en Diputados, a pesar de que nunca lo hizo por su posterior detención y avance de la investigación por violación a los derechos humanos. Los jueces del fallo Patti repitieron la postura del expediente Bussi de que “la Constitución no otorga al Congreso un poder para negar la incorporación de un candidato electo”, agregando que las impugnaciones deben cumplirse previas a la elección.

Por ahora, Villaverde resiste y sostiene su sangría política. Colabora con propios desaguisados, como el disparatado vídeo de celebración del granizo cuando el fenómeno hacía estragos en las chacras valletanas.


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