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Un decreto y a las aulas
Hubo un entendimiento de que se ingresaba en un camino sin salida del conflicto y que una instancia más de diálogo solo lograría “prorrogar otro no”. Las clases medias están cada vez más lejos de la escuela pública. Nadie puede culpar a una familia por querer que sus hijos e hijas tengan clases.
Marcelo Guagliardo, el secretario general de ATEN, lo anticipaba en el vivo que hizo para explicarle a los docentes la última oferta salarial del gobierno: “Es una propuesta que no sé si la vamos a poder modificar”. La premonición se cumplió: el gobernador Rolando Figueroa le puso punto final a la negociación y firmó el viernes a la noche el decreto para aplicar los aumentos unilateralmente.
Hubo un entendimiento de que se ingresaba en un camino sin salida del conflicto, donde una instancia más de diálogo con la dirigencia lo único que haría sería “prorrogar otro no”.
Las asambleas de ATEN son de las más democráticas dentro del mundo sindical, pero eso no quita que de las resoluciones participen 5.000 docentes, cuando el plantel provincial abarca a 30.000.
El gobierno tenía sus propios sondeos que le revelaban que el ánimo generalizado entre los trabajadores de la educación era aceptar la última propuesta y volver a las aulas. Y entendió que lo que se estaba jugando en las asambleas era una interna donde el sector más dialoguista de Guagliardo estaba de acuerdo en aceptar, pero el opositor que dirige Angélica Lagunas promovía el rechazo.
“La izquierda no quiere ninguna propuesta, su negocio es el conflicto”, afirmó ayer una fuente del Ejecutivo para explicar el por qué de la decisión.
Además, si bien la conducción provincial del gremio se inclinaba por la aceptación de la oferta, no está claro si desplegó todos sus esfuerzos de organización para que pase la prueba de las asambleas.
El sindicato tampoco había difundido las planillas con los salarios testigo en caso de aceptación, una práctica habitual cuando el acuerdo está casi cerrado. Hoy una maestra que recién se inicia cobra un salario de 398.000 pesos de bolsillo.
La propuesta que hizo la provincia para los docentes incluyó las actualizaciones atadas al Índice de Precios al Consumidor (IPC), un bono de 100.000 pesos por cargo, otro en abril de 125.000, más una recomposición sobre el ítem de antigüedad y los adicionales por zona desfavorable y muy desfavorables que, según explicaron desde el gobierno, venía a recomponer una quita que había hecho el exgobernador Felipe Sapag. También la creación de horas y cargos, más un incremento en partidas de comedor y refrigerio.
“Hicimos un esfuerzo enorme para volcar recursos en educación. Es una gran gran oferta, incluso al límite de no poder”, insistió ayer un alto funcionario.
La negociación, sin embargo, quedó entrampada en una disputa política para que el gobierno reconozca la inflación de enero. En un contexto donde el grueso de los asalariados del país ni siquiera vislumbran el inicio de su paritaria (que además no incluirá el IPC ni de enero ni de ningún mes porque ese mecanismo automático solo lo aplica Neuquén) el reclamo parecía desmedido.
Las clases medias están cada vez más lejos de la escuela pública y la oferta privada crece al calor de cada confrontación. Nadie puede culpar a una familia por querer que sus hijos e hijas tengan clases.
En el gobierno aseguran que, cuando en una encuesta se le pregunta a una persona qué haría para mejorar la educación, la respuesta que gana siempre es “incorporar el presentismo”. Lo intentaron muchos, lo rechazó el gremio con ahínco cada vez. ¿Dará el paso Figueroa?
En el decreto que firmó el viernes dio un primer paso. Los docentes cobrarán el primer bono de 100.000 pesos por cargo el último día del mes y solo si, de acá en adelante, asisten a dar clases.
“Es una suerte de condonación. Si arrancás ahora, no hay descuento por los días de paro”, explicaron en el Ejecutivo.
La estrategia apuntaría a promover el desgaste de las medidas de fuerza, que seguirían esta semana con las 72 horas votadas en el plenario del viernes. Con la motivación del cobro cerca y la certeza de que Figueroa no se moverá de su decisión, esperan que el paro devenga en abstracto.
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