Otra remoción ministerial

RÍO NEGRO

AdriÁn pecollo adrianpecollo@rionegro.com.ar

La desventura financiera aún no ha llegado al Estado, pero se insinúa en vestigios y pronósticos gubernamentales. El tembladeral nacional aventura mejoras en las actividades frutícolas, turísticas y petroleras por su anclaje al dólar, encima de los 8 pesos. En cambio, el gobernador Alberto Weretilneck ha tropezado con otra crisis política generada por el oficialismo. Ese brete lo sorprendió, pero bien podría servirle para readecuar su dotación y dominio frente a la necesaria metamorfosis por delante. Otra mutación. ¿Será la última y definitiva en la marcha al 2015? Pronóstico difícil ante el vertiginoso proceso que impone el FpV. El mandatario no se había acomodado en su lugar de descanso cuando Fernando Vaca Narvaja alegó rebeldía a su tutelaje gubernamental. Más allá de sus ópticas o sus desvaríos, su andar tiene un mérito: hay opinión propia y, además, la sincera. Aquel desapego alcanza a otros pares y funcionarios, pero su práctica es más solapada aunque con igual desprecio por las directivas de Weretilneck. Vaca Narvaja quedará fuera del gabinete. Pudo ser hace un mes cuando dimitió por desavenencias con el gobernador en el manejo del Tren Patagónico. Lo sostuvo la intermediación de Carlos Peralta. Otra actuación suya permitirá retenerlo en el gobierno. “Tiene que manejar un área como el Copade”, repitió en la última semana el vice, en referencia al Consejo de Planificación de Neuquén. Refuerza su perfil de proyectista y ventila su Plan Quinquenal de 40.000 millones. En definitiva, el futuro de Vaca Narvaja motivará un urgente encuentro de Peralta con Weretilneck cuando éste reasuma en el gobierno. El roquense ya transmitió su pensamiento, entre otros, al ministro Luis Di Giacomo. El reemplazante de Vaca Narvaja –como muchos otros– es un trastorno en sí mismo. Hay alternativas simples. El ascenso del secretario Alejandro Echarren o que el arquitecto Julio Arrieta extienda su autoridad más allá de su presidencia del IPPV. Hay otra salida posible para un período de restricciones: Obras Públicas quedará directamente bajo la órbita de Economía, sincerando su sujeción a las decisiones de quienes manejan los fondos públicos. Este propósito tiene un alto inconveniente: la devaluación ministerial de Alejandro Palmieri, subordinado al tesorero Isaías Kremer. En realidad, los escasos desembolsos dependen exclusivamente de la opinión del cipoleño, transformado en el músculo de Weretilneck. Otro sinceramiento funcional estaría en Economía. Existe una fuga de confianza. El gobernador tendrá su conclusión definitiva cuando evalúe el paquete anticrisis que le solicitó a Palmieri. Hay un diseño que quedó en Viedma cuando el ministro se fue de vacaciones. Nada que deba sorprender. Ese borrador de decreto repite viejos enunciados, como la reformulación de las planillas de cargos fijadas en el último presupuesto y la reiterada prohibición de nuevos puestos. Expresa –una obviedad– que los organismos no pueden realizar incorporaciones de hecho y que deberán analizar “eficiencia y optimización” del personal para “propiciar las reubicaciones con el objetivo de no incrementar la masa salarial”. Ese control –como el aval al ingreso de personal– se concentra en la Función Pública, en jurisdicción de Economía. Por eso, ese borrador –hasta ahora– conforma un racimo de notificaciones descuidadas. ¿Qué haría que se cumpla cuando nadie pudo o no quiso hacerla cumplir? Economía nunca la tuvo o, directamente, perdió la oportunidad de disponer de esa preponderancia estatal. Otras medidas acercan Di Giacomo o el secretario general Matías Rulli. Nada desconocido. Las números y acciones están relacionados a viáticos, alquileres, estructuras en las empresas y funcionarios. Weretilneck detectó que Producción, Desarrollo Social y Gobierno suman casi 150 funcionarios. Esa reestructuración –como las quitas en los sueldos de funcionarios– dependerá de su determinación. Otro embrollo deberá resolver antes y corresponde a la conducción de Desarrollo Social. El dilema radica que siguen en trámite sus pedidos de recambios. La demora de parte del ministro se transformó en resistencia y, frente a esta hipótesis, Ernesto Paillalef quedaría afuera. Ocurre que los desplazamientos solicitados llegan al corazón de su agrupación: el secretario Luis Ostrej y la subsecretaria Ana Calafat. Paillalef admitía falencias y pareció dispuesto a las correcciones pero, después, su presionada continuidad se diluyó ante una dura postura del resto del Movimiento Evita. Por caso, la legisladora Silvia Horne le adelantó a Weretilneck que no quiere que Calafat se vaya. Allí no hay retroceso. El gobernador nunca concordó con su tratamiento para los jóvenes con problemas con la ley. Además, la Justicia le envió insistentes quejas por esa funcionaria. Hay un hecho poco conocido: el exjuez Carlos Reussi, hoy camarista, la denunció –el expediente sigue en la Fiscalía– al entender que la subsecretaria habría facilitado la huida de un joven imputado en una causa suya, que estaba detenido en Roca. ¿Será finalmente el tiempo del secretario Elvis Cides, que ensaya y prepara equipo desde su ingreso a Desarrollo Social? Será difícil que eso ocurra porque Weretilneck seguirá atado fuertemente al justicialismo. Hasta la partida del Movimiento Evita lo impacienta porque ese grupo insinuó que se retirará con acusaciones de que el mandatario se fue del proyecto kirchnerista. En la hendidura política de la reorganización se filtró, otra vez, el debate: ¿el sector de Miguel Pichetto volverá al gabinete? Los intentos se reducen a voces laterales. No aparecen otros indicios. El gobernador no lo habló con el senador, ni él lo solicitó. Ambos valoran ese vínculo consolidado, pero vacilan cuando piensan en amarrarse. Saben que, más temprano que tarde, sus planes se distanciarán en el andar hacia el 2015. Igual, el resultado también dependerá de otros actores. Así, Weretilneck buscará no afectar demasiado a Peralta con la remoción de Vaca Narvaja. El vicegobernador sinceró su pretensión y se puso al lado del gobernador para mantener esa sociedad, más allá de su expectativa a la gobernación, esencialmente ligada al entusiasmo de los suyos. Además, el vice intentará una delicada misión: juntar al gobernador y al crítico intendente Martín Soria para hablar del futuro. El encuentro posiblemente se concrete, a pesar de que esos lazos están averiados. Poco a poco, la perspectiva financiera y salarial aglutinará el interés estatal. UPCN ya tiene un primer bosquejo de una propuesta. Hace algunos días, Weretilneck recibió en la Residencia a su secretario general, Juan Carlos Scalesi. Repasaron números y concluyeron en que el mayor aumento porcentual estará en los escalafones menores. Un 50% del escalafón de la ley 1844 –unos 7.400 agentes– figura entre las categorías 1 y 8, con un haber medio de unos 4.000 pesos de bolsillo. ATE seguirá apartado de la negociación y circunscripto al impacto de los descuentos por los días de paro. La Unter confirma lo intrincado del trato con Educación. Su titular Marcelo Mango destaca el diálogo mientras ratifica sus acciones. La cumbre con Weretilneck entusiasmó a la dirigencia gremial porque aquél prometió revisar acciones, como la promoción de los alumnos con materias desaprobadas que asisten a las Escuelas de Verano. Nada –dice Mango– se modificó. No hay negociación, ni consensos, sin alterar posturas. El ministro deberá anoticiarse de que el contexto varió: su interlocutor gremial ya no es aquel dócil comando que supo liderar y su función estará ligada a la real limitación de partidas. Educación fue una cartera poderosa y, por eso, se explica gran parte del desfasaje actual. Ese tiempo ya fue. El Estado vivirá otras circunstancias pero, en definitiva, será la ocasión del gobierno para demostrar su verdadera destreza.

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