Otro condenado que burló las pulseras electrónicas en Cipolletti

Se trata de Ariel Leiva que fue condenado a 12 años de prisión por abuso sexual. Estuvo prófugo cinco años entre 2014 y 2019. Se suma a una larga lista de prófugos que pone en discusión el sistema.

La historia se repite con nuevos actores. Otra vez un condenado se burló del sistema penal rionegrino y se fugó horas antes de enfrentar una nueva audiencia. Ariel Leiva, condenado el 4 de noviembre a 12 a años de prisión por abuso sexual, tenía el beneficio de la prisión domiciliaria y era monitoreado con una pulsera electrónica.

Esta madrugada el condenado rompió el aparato y desapareció del radar de la justicia. A las 8 estaba previsto un encuentro en el cual la fiscalía iba a solicitar revocar la domiciliaria.

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Leiva ya tiene un antecedente en eludir a la justicia: estuvo cinco años prófugo cuando se conoció la fecha de juicio. Fue capturado en Mendoza a principio de año y luego fue juzgado por un tribunal cipoleño.
Este caso se suma a una larga lista que pone en discusión la efectividad del sistema y genera resquemores internos.

La llegada de las tobilleras y pulseras electrónicas no solo responden a una modernización operativa también al colapso que presentan los penales rionegrinos.

La política es que solo llegan al penitenciario los condenados con sentencia firme porque actualmente la cárcel de Cipolletti no da a basto. Se estima que hay más de 200 internos y la capacidad es de 130.

Las tobilleras se presentaron con una solución al conflicto pero solo ha desvestido las falencias del sistema penal. Pero el caso de Leiva se suma a una larga lista y se endurece la polémica por el uso de esta tecnología.

En septiembre trascendió que un condenado estuvo más de 45 días evadiendo pautas de conductas y la pulsera no emitió ninguna alerta. De casualidad las fuerzas de seguridad advirtieron que había cambiado el domicilio, algo que tenía estrictamente prohibido.

Pero hay más, en junio Irene Méndez condenada por el homicidio Eduardo Honores, se cortó la pulsera y se escapó. Fue capturada días más tarde en un barrio residencial de Cipolletti.

Hugo Cisterna aprovechó una salida transitoria para sacarse la pulsera y volver a delinquir. Cisterna, que cumple una condena de 13 años, fue atrapado días más tarde.

Los dardos entre la justicia y el ministerio de gobierno quedaron plasmados en el fallo que le revocó la libertad al conocido José Forno que acumula más de 30 años de prisión.

En esa sentencia, los jueces le hicieron una severa crítica a las autoridades de la UADME: es que Forno había violado las reglas y el sistema informó más de dos horas después, tiempo suficiente para un avezado delincuent


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