Patear la crisis para adelante

Los sapagistas aseguran que en el 2013 YPF y las privadas tienen previsto invertir u$s 3.600 millones en Neuquén.

HÉCTOR MAURIÑO vasco@rionegro.com.ar

En el gobierno están exultantes. El miércoles Hernán Lorenzino, el ministro de Economía de la Nación, le dio, después de largos meses, vía libre al desbloqueo gradual de las letras por 855 millones de pesos que la Provincia emitió para paliar el déficit, calculado por las autoridades para este año en 1.000 millones de pesos. Las letras del Tesoro tenían autorización legislativa desde mayo pasado, pero los compromisos entre la Nación y las provincias impiden que éstas se endeuden más allá del presupuesto en ejercicio sin pedir autorización. El gobierno nacional venía dándole largas al asunto con la lógica consecuencia de que Sapag se vio obligado a tomar deuda de corto plazo para cumplir con los compromisos inmediatos. “Ahora vamos a poder cancelar esos compromisos y oxigenar el horizonte de las finanzas provinciales”, se explayó un alto funcionario neuquino para aclarar, enseguida, que “no se trata de fondos frescos que puedan ir, por ejemplo, a salarios o gastos corrientes, sino de los recursos que necesitamos emplear en tapar los agujeros que ya existen”. Convencerlo a Lorenzino no fue fácil, admiten los hombres del gobernador, porque si algo no admite el gobierno kirchnerista es que las provincias se endeuden más allá de sus posibilidades. Pero Sapag y su ministro llevaban sus argumentos. “Nuestro problema es financiero y no económico: en el 2007, cuando asumimos, la deuda alcanzaba al 70% de los ingresos provinciales y en el 2013 será sólo del 40%”, refirió que le dijo el gobernador al ministro federal. Agregó que Sapag comparó ese porcentual con el 42% que exhibe Cristina como uno de los principales logros de la administración suya y de su esposo. Los hombres más cercanos a Sapag no lo dirán públicamente, pero tanta generosidad por parte de Nación tiene seguramente que ver también con los renovados bríos en las relaciones entre ambos gobiernos. Por caso, el miércoles 31 pasado por la noche, cuando la oposición abandonaba el recinto de Diputados antes de que se tratara el voto joven, Sapag recibió el llamado del presidente de la Cámara, Julián Domínguez. El resultado fue que el bloque del MPN fue clave para conseguir el quórum y los votos necesarios. “Hay mayor comprensión de la situación que atraviesa Neuquén”, sintetizó uno de los colaboradores del gobernador, tras recordar que los ingresos por petróleo y gas se han achicado y la coparticipación bajó, no sólo para Neuquén sino para todas las provincias. En este contexto, la Provincia necesita patear para adelante los pasivos –refinanciar alrededor de 800 millones de pesos, que sobre un presupuesto anual de 1.200 millones es mucho–, llevándolos hasta que las condiciones mejoren vía los ingresos por regalías hidrocarburíferas. En el gobierno neuquino hacen cuentas sobre las inversiones previstas en el sector petrolero para el año próximo y concluyen que en el 2013 la mejora se va a anotar y en el 2014 el impacto será pleno. Aseguran que en el 2013 sólo YPF tiene previsto invertir unos 3.000 millones de dólares en la cuenca Neuquina (este año la inyección de recursos fue récord: estuvo en el orden de los u$s 1.100 millones) y el resto de las petroleras alrededor de 600 millones más. “Va a haber mucho movimiento”, se entusiasman cerca del gobernador, y ponen como ejemplo lo que ocurrirá con el caso de una asociación entre Enarsa y G&P (la petrolera provincial que acaba de ser presentada en la Bolsa) que permitirá invertir 40 millones de dólares para perforar varios pozos convencionales. En junio del año próximo habrá ocho y para entonces prevén producir, además de petróleo, un millón de metros cúbicos de gas plus. “Con eso sólo se reemplazan dos barcos metaneros por mes”, afirman en alusión al costoso gas que actualmente debe importar el Estado nacional para paliar el déficit energético. “El cálculo es sencillo: mayor producción es igual a mayor facturación y eso es más regalías y mayor recaudación de Ingresos Brutos”, añaden. Mientras, el gobierno se ataja de los críticos que le endilgan, después de tanta intransigencia, haber cedido con los gremios estatales otorgándoles un aumento que vuelve a insuflar la abultada masa salarial. “No podíamos dejarlos con las manos vacías, regularizamos personal y les dimos una suma fija cuyo costo no es demasiado grande, pero el grueso de las mejoras son para el año próximo”, aseguran. En cuando a los judiciales, en el gobierno confían en que pronto llegarán a un acuerdo similar al alcanzado por el Ejecutivo con ATE y UPCN. “En el Poder Judicial los sueldos son muy buenos y, si les diéramos más, les estaríamos sacando a los estatales para darles a ellos”, reflexionan los sapagistas. La semana que comienza les tocará el turno a los docentes, a quienes el gobierno espera llevar también a un “acuerdo espejo”. A la Policía, está implícito, le corresponderá lo mismo. En su afán por tapar agujeros, el gobierno se ha lanzado además a rascar la olla de los impuestos. Desde esta semana está en marcha una nueva reforma fiscal (la tercera de Sapag) que permitirá gravar a los profesionales, a los oficios en general y a la tevé por cable. Con esto, el gobierno piensa recaudar unos 80 millones de pesos anuales más. En cuanto a los aguinaldos, Sapag ya lo anunció en San Martín de los Andes, lleva adelante negociaciones con las petroleras para que le cancelen antes las regalías de diciembre. Con eso, dice, “honraremos todos los compromisos”. El kirchnerismo ya aumentó el GNC aportando a las arcas provinciales unos 60 millones de pesos anuales. Pero para que las cosas terminen de colocarse en su cauce, Sapag necesita que Nación tome de una buena vez la decisión de aumentar el gas domiciliario y comercial. Por lo pronto, los sapagistas tratan de conformarse pensando que “lo están analizando, saben que lo tienen que cambiar”.


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