Denuncia que un empleado municipal de San Martín la acosa hace ocho años

Anamaría Cárdenas se instaló frente a la Casa de Gobierno para pedir ayuda. Asegura que sus denuncias no son tenidas en cuenta.

“Yo lo único que quiero es poder vivir en paz, hace ocho años que mi vida es un infierno, ya no aguanto más”. Así resumió sus últimos años de vida Anamaría Cárdenas. Una mujer oriunda de San Martín de los Andes, que apunta al inspector de tránsito, Miguel Ángel Parra como responsable de acosarla y perseguirla desde el 2010.

Todo comenzó el 15 de marzo de 2010 cuando Cárdenas circulaba en su vehículo por las calles General Roca y Juan Manuel de Rosas de la ciudad cordillerana, junto con su hijo de entonces 16 años. “Yo fui increpada por Parra por dejar cruzar una chica con un bebé, por la senda peatonal”.

Según el relato, Parra insultó deliberadamente a la conductora, y esta estacionó el vehículo y comenzó una fuerte discusión entre el menor y el empleado municipal. Momentos después fue dispersada por personal de la policía.

Sin embargo el conflicto no terminó ahí, meses más tarde Cárdenas recibió una denuncia que la obligaba a pagar una suma aproximada de $80.000 pesos. “Parra denunció que mi hijo lo golpeó y le fracturó la mandíbula, lo cual es mentira, porque el personal policial que se acercó ese día no constató nada de eso”.

Hoy la multa ya fue cancelada, pero lo que no paró desde el primer día según relata Cárdenas, es la persecución y el acoso por parte de Parra. “Desde que pasó el conflicto, me empezó a seguir. Se aprendió mi rutina y cuando me ve, mi insulta, me grita mensajes obscenos, me empuja. Ya no lo soporto más”, detalló.

Anamaría cuenta realizó denuncias a la policía que no fueron tomadas en cuenta. Hace 8 años que va periódicamente a la municipalidad, para pedir que corran del cargo a Miguel Ángel Parra, pero dice que solo la han ignorado. “Con la visita de ayer, es la cuarta vez que vengo a pedir ayuda a la gobernación y me dicen que me quede tranquila que van a hacer algo y no hacen nada, ya no sé qué hacer, estoy desesperada”.

Anamaría tiene miedo por su vida, “no solo por lo que pueda hacerme este hombre, sino porque yo padezco una enfermedad poco frecuente con riesgo de vida por estrés”. Entre sus pertenencias lleva un documento que acredita que padece de “angioedema hereditario”, una enfermedad que causa hinchazón de las partes del cuerpo y las vías respiratorias, que con episodios de nerviosismo puede tener consecuencias muy graves.


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