La escalofriante historia de Armin Meiwes, el caníbal de Rotemburgo
Como todas las semanas, Federico García Bravo nos acercó la columna de Criminología y Ciencias Forenses durante la emisión de "En Eso Estamos" por RN Radio. Escuchalo acá.
Armin Meiwes fue condenado a cadena perpetua en Alemania.
Como todos los martes, el licenciado en Criminología y Ciencias Forenses Federico Bravo García trajo su columna para en «En eso estamos» de RN Radio. En esta ocasión contó la historia de Armin Meiwes, más conocido como el caníbal de Rotemburgo.
En esta ocasión trajo una historia pensar, porque habló del caníbal de Rotemburgo, uno de los asesinos más conocidos de Alemania. El caso es del 2004. Armin Meiwes vivía con sus padres, que eran bastante fríos y estrictos. Su padre decide irse junto a sus hermanos y no vuelve a verlo, y su madre comienza a tratarlo de sirviente, no lo dejaba tener amigos.
En ese contexto, Armin desarrolla un hermano imaginario y sueña con comérselo, pensando que esto es un acto íntimo extremo, para ‘llevar dentro de uno’ al otro. Tras la muerte de su madre, él comienza a habituar foros de caníbales. Y se da cuenta que había mucha gente como él. Allí publica un anuncio donde decía que buscaba a un hombre fornido que quisiera ser devorado. Esto fue en 1999, él tenía casi 40 años.
Se contactó con 400 personas aproximadamente, y tras publicar el aviso, recibió una respuesta real de un ingeniero electrónico de Berlín. Una vez que la víctima ve que llegará su inevitable final, vende todo. Se encuentran en una estación de tren, y luego se van a charlar. Finalmente, al momento de concretar la fantasía, compran analgésicos y comienzan.
En un comienzo, la víctima Brandes pidió que le corten el pene. Meiwes comenzó a filmar, y Brandes moría desangrado mientras el caníbal consumía el cuerpo, dando recetas. Brandes pide un baño caliente mientras moría desangrado. Muere en la bañera, y es allí cuando Meiwes lo descuartiza y explica para qué sirve cada corte.
Meiwes empieza a buscar nuevas personas, pero al no encontrarlas, contó su historia. Un estudiante indagó al respecto y logró charlar con él, y terminó denunciándolo a la Policía.
Escuchá la columna completa de Federico García Bravo en «En eso estamos» de RN Radio
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