Policías y ayuda social para un diciembre en paz en Bariloche

Como una referencia ya instalada, las Fiestas de fin de año suelen exponer con mayor crudeza las necesidades sociales y tienen un efecto multiplicador en las demandas.

Ante la imposibilidad de mejorar salarios por otras vías, cuando se acerca el verano los sindicatos reclaman “bonos” especiales. Quienes no tienen trabajo formal canalizan su exigencia a través de los programas de asistencia alimentaria y es habitual que crezca la presión sobre los supermercados para que donen productos navideños.

Los antecedentes inducen también a los responsables de la seguridad a anticiparse a posibles hechos de violencia y prever operativos de prevención.

Pero tampoco faltan los gobernantes que se esfuerzan por alejar fantasmas y cuando son consultados en las semanas previas a las Fiestas aseguran que no existen razones para ningún desborde y piden no caer en la paranoia.

La contención desde las políticas sociales toma por lo general la forma de “módulos” o canastas alimentarias y tanto la Provincia como el Municipio se preparan en esta época para responder al incremento de los pedidos.

La cercanía de las Fiestas de Navidad y Año Nuevo generan una mayor sensibilidad, y aunque las urgencias no sean mayores que en otras épocas del año lo común es que la tensión vaya en aumento.

Por esa razón también la Policía realiza patrullajes especiales y solicita refuerzos para actuar ante eventuales disturbios. Los puntos que concentran la atención son las llamadas “grandes superficies” comerciales y supermercados mayoristas.

Refuerzo

La delegada del Ministerio de Desarrollo Social de Río Negro para la Zona Andina, Natalia Almonacid, dijo que “todos los años hay refuerzos para las Fiestas” y en este caso también lo tienen programado, aunque el volumen no será distinto al que manejaron en diciembre pasado.

Explicó que la asistencia se da a través del programa Río Negro Presente, que en Bariloche llega a “unos 1.700 núcleos familiares”, mediante subsidios que los beneficiarios reciben mediante una tarjeta de débito.

Los solicitantes se inscriben para recibir el plan y desde el ministerio se los evalúa a través de sus equipos técnicos, que determinan el monto y el plazo de la asignación.

Almonacid dijo que el mínimo son tres meses y el subsidio por familia puede ir de los 1.000 a los 10.000 pesos por mes, “siempre según informe social”.

Otra vía de ayuda es el llamado programa de “emergencia”, mediante módulos alimentarios dirigidos a grupos específicos, como tercera edad, diabéticos, violencia de género o personas con déficit nutricional.

Almonacid dijo que “no hay un número puntual” pero habrá partidas extra para fin de año, “que ya fueron licitadas” y que para toda la provincia la previsión es de unos 65.000 módulos con artículos navideños. Entre 12 y 15 mil tendrían destino en Bariloche.

“En esta época del año la demanda es un poco más alta y la gente se acerca a pedir acompañamiento alimentario –afirmó–. Hay un seguimiento constante y las situaciones siempre se evalúan”.

También dijo que parte de la ayuda se canaliza a través de las juntas vecinales, “que ellos obviamente deben rendir” y el criterio es que “no haya superposición” con el Municipio. Para eso cuentan desde este año con una “base unificada de beneficiarios”.

Habrá decenas de miles de módulos alimentarios, además de dinero extra para los beneficiarios de planes sociales de la Provincia y Nación.

“En esta época del año la demanda es un poco más alta y la gente se acerca a pedir acompañamiento alimentario”.

Natalia Almonacid, Desarrollo Social

En Nahuel Hue: la demanda de siempre

Es un fantasma que sobrevuela siempre. Obviamente que estamos poniendo el foco en eso. No lo tomamos como un día más. Todas las previsiones están tomadas”.

Juan Pablo Ferrari, subsecretario de Desarrollo Humano del Municipio