Néstor Kirchner, a 20 años de la asunción presidencial: madrugador, intenso y futbolero, así lo recuerdan dos exministros

Dos integrantes de su equipo de Gobierno lo recordaron por "su gran firmeza" y "su capacidad de lucha". Destacaron el seguimiento de los temas y su vínculo con los jóvenes. La mezcla del militante peronista de los 70' con el hombre de la Patagonia.

Las anécdotas que pintan la personalidad de un dirigente madrugador, obsesivo, motivador y de carácter «intenso» aparecieron de modo inexorable durante la conversación con el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y su par de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, en el espacio audiovisual de la agencia Télam.

A veinte años de la asunción del santacruceño, aquella jornada del 25 de mayo de 2003 en la que Kirchner terminó con una lastimadura en el rostro tras un choque involuntario con un reportero gráfico, dos integrantes de su elenco de Gobierno lo recordaron con «su gran firmeza» y «su capacidad de lucha».

También resaltaron la mirada «colectiva» que tenía de la política, que emparentaba con el modo en que debía plantarse un equipo de fútbol cuando buscaba el triunfo: «Esto es colectivo, como la política», recordó Filmus que Kirchner le reprochó a los gritos sobre la cancha de la quinta de Olivos, tras invitarlo por primera vez a jugar en los partidos que solía organizar la residencia presidencial.

Una de las características de Kirchner, reconstruyó Taiana, era llamar a sus colaboradores antes de las 7 de la mañana, luego de leer todo lo que se había publicado ese día sobre la marcha del Gobierno.

«Néstor tenía un carácter particular y algunos hábitos que te influían mucho en la manera de trabajar. Por ejemplo, había que levantarse muy temprano porque él era madrugador y te llamaba 6.45 y te hacía preguntas sobre lo que leía en los diarios. Por eso, a esa hora había que tener los diarios leídos y saber lo que se escribía sobre el área que te tocaba», repasó.

Y añadió: «Si le decías que ibas a mirar (algo que se había publicado), ahí se enojaba. Era muy intenso, muy enérgico, con mucha actividad. Tenía una capacidad de responder y de contención fenomenal y quizás esa energía fue fatal también».

En el mismo sentido, Filmus amplió: «Te llamaba muy seguido y cuando había algo importante de tu ministerio, se comunicaba y te daba fuerzas. Te felicitaba y te incitaba a más». «Era un gran motivador», remarcó Taiana.

A la hora de la toma de decisiones, Kirchner «no solo no se movía de su decisión, sino que además tenía una actitud de continuar firme y hacerle un seguimiento porque luego llamaba a los ministros correspondientes y le preguntaba cómo iba esa medida», agregó Filmus.

«Cuando vos terminabas una cosa, ya te pedía otra. Así fue con la ley de Financiamiento Educativo. Cuando salió esa ley, me felicitó, pero me pidió ir por la ley de Educación Nacional. Ni me dejó descansar un día. Él confiaba mucho en los ministros y seguía los temas. Eso te tranquiliza mucho porque te da respaldo», remarcó el exministro de Educación, hoy a cargo de la cartera de Ciencia y Tecnología.

Sobre la conexión que Kirchner supo construir con sectores juveniles, un reconocimiento que se multiplicó tras el impacto de su muerte, Taiana analizó el fenómeno a partir de dos puntos.

Para Taiana, «los jóvenes vieron en Néstor una persona que mezclaba el militante peronista de los ’70 con una idea muy nacional y popular y la personalidad de un habitante patagónico que tiene una gran capacidad de lucha contra la adversidad porque, como decía Rafael Bielsa, cuando camina parece que lo hace contra el viento».

«Tenía una idea clara de que la realidad se podía transformar. Para eso, la autoestima era central porque él siempre creía que se puede», revivió.

Para Filmus, Kirchner «siempre planteó recuperar la autoestima y eso logró llamar la atención de los jóvenes porque además tenía un fuerte mensaje de que se podía, que no éramos unos fracasados».

Néstor Kirchner, a 20 años de la asunción presidencial: los momentos más icónicos


Uno de los momentos más icónicos de la gestión de Kirchner, además del pago al Fondo y bajar los cuadros de los dictadores del Colegio Militar, fue la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata, en noviembre de 2005.

A la hora de los recuerdos, Taiana, quien era el coordinador general de la cumbre y estaba a cargo de la organización, contó que «ese trabajo comenzó en el 2003 con una presión constante de Estados Unidos y Canadá junto a México y Chile para firmar un tratado de libre comercio (TLC) que nos iba a perjudicar».

«Siempre tuve la convicción y la seguridad de que Néstor se iba a mantener y no iba a cambiar su postura. A medida que se iba acercando la fecha, las presiones eran mayores. En una de las últimas conversaciones con Néstor previa a la cumbre fue en Nueva York, donde él me dijo: ‘Yo no me voy a mover de esa posición. No retrocedas ni loco’. Y se mantuvo con gran firmeza pese a que el día anterior a la cumbre, varios ministros me llamaron advirtiendo que quizás Néstor podría ceder su posición por las presiones finales. Sin embargo, Néstor cumplió y se mantuvo en lo que me había dicho», relató.

El clima en el estudio cambió repentinamente al hablar del 27 de octubre de 2010, fecha en que el exmandatario falleció de un paro cardiorrespiratorio. En otro tono de voz, Taiana contó: «Sentí mucha tristeza y bronca por la desaparición de Néstor, que estaba en plena actividad transformadora».

Filmus, conmovido, se remontó a aquella jornada. «No podía creer su muerte. Me avisó mi mamá llorando por teléfono y eso que no era peronista ni había votado a Néstor. Sentí la necesidad de ir a la Plaza a estar con la gente con una consigna: ‘Gracias Néstor, Fuerza Cristina'», dijo.

La silueta alta y flaca de Kirchner quedó registrada en varias filmaciones que lo captaron pateando un penal o ensayando hacer jueguito con la pelota, lo que reflejaba su afición por el fútbol, como la de tantísimos argentinos y argentinas.

Esa pasión no se trasladaba solo al fanatismo por Racing sino también a un ritual que repetía casi todas las semanas, consistente en recibir en la quinta de Olivos a buena parte de su Gabinete y a algunos más, para jugar un partido de fútbol y después, claro, hablar de política.

«Cuando Néstor más se enojó conmigo fue cuando me invitó a jugar al fútbol a Olivos. Sergio (Massa) era el arquero del equipo contrario, también estaba Alberto. Entonces, yo, que tenía muchos nervios, la primera pelota que toco le pegué al arco desde cualquier lado y se fue lejos. Entonces vino Néstor corriendo hacia a mí, gritando: ‘Esto es colectivo, como la política'», contó Filmus. (Por J.E.A. y R.C.) 


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