Nueva ola de calor y viejos problemas en las canillas de la región

Neuquén y Río Negro padecen un déficit estructural en el abastecimiento de agua, pero la sequía y el verano sofocante agravó el cuadro. Hay fallas en al menos 15 localidades, entre ellas ciudades cabeceras.

Con aportes de Agencias Neuquén, San Antonio Oeste, Viedma, Bariloche, Redacción Central, Cipolletti

Neuquén arrastra una deuda que ya es crónica: problemas en el abastecimiento de agua que, pese al paso del tiempo, no se solucionan o se solucionan a medias. El agravante de la sequía afectó a aquellas localidades que lo padecían y sumió a otras en un problema insoportable para los veranos, cada vez más duros.

Neuquén pasa su primera temporada estival bajo Emergencia Hídrica, sin embargo, la falta de agua y la sequía no son una novedad. Hoy Andacollo y Chos Malal son las zonas más complicadas, repetidamente Plaza Huincul y Cutral Co, Centenario y decenas de barrios de la capital neuquina, que suelen quedarse sin agua potable.

Actualmente los capitalinos se abasten de agua de tres maneras: desde el Mari Menuco, desde el Limay y en forma mixta de ambos. La segunda de las opciones es la más extendida en la zona centro y, fundamentalmente, en el sur de la ciudad donde el líquido se capta a pocas cuadras.

Neuquén capital este último mes padeció una de las aguas más turbias que se vio en años y más de 75 mil vecinos seguían sufriéndolo hasta este fin de semana. El centro de la ciudad se vio inunda de agua turbia debido a las repentinas lluvias. El Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) explico que los equipos de potabilización tienen límites para normalizar el agua que se bombea por las cañerías y que poco puede hacerse contra lo que denominan “turbidez intensa” como la registrada.

Hay barrios que ni siquiera tienen líquido en sus canillas. Desde Colonia Rural Nueva Esperanza, que volvieron a las protestas en las calles, una vecina declaró que “son 30 años que está el sector defendiendo, resistiendo, con su identidad rural y una vez más como todos los veranos sufre la falta de agua”.

Vecinos de los sectores 2 de Mayo y 7 de Mayo de la ciudad denunciaron que no tienen agua hace un mes, por lo que el defensor del pueblo de la Ciudad de Neuquén, Ricardo Riva, presentó una medida autosatisfactiva. Fue contra el EPAS, el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo y la Municipalidad de Neuquén para que garanticen la provisión de agua potable mediante las redes existentes en cantidad y presión reglamentaria.

Las obras para combatir la falta de agua y la sequía en el interior de la provincia comenzaron en octubre con una inversión de 130 millones y esperan que en abril su requerimiento haya disminuido. “Se hizo un relevamiento localidad por localidad para ver los requerimientos”, manifestó el subsecretario de Recursos Hídricos, Horacio Carvalho. “Las perforaciones que estamos ejecutando son para zonas rurales y ríos principalmente”, puntualizó. Son obras que garantizarían el agua potable para consumo humano, para riego y para animales.

Andacollo es una de las localidades donde la sequía más impacto tuvo. Se suministraron cinco tanques para combatir el problema, aun así, vecinos denunciaron que desde hace muchos años padecen la insuficiencia de agua. Incluso el intendente Manuel San Martín hizo un reclamo donde recalcó que es del EPAS la completa responsabilidad por “la mala atención, el deficiente mantenimiento de equipos y por ende la falta del servicio esencial”.

En Chos Malal peligra el abastecimiento de agua potable, la sequía afecta de manera notable esta parte de la región. Informaron que hay obras que se están ejecutando para reducir el problema. En El Cholar se administraron tres tanques australianos y dos tanques de 15 mil litros, además se hicieron tres perforaciones. En Añelo se hicieron tres perforaciones y en Huarenchenque también, para consumo de animales.

“Ahora estamos trabajando en Convunco y Aguada San Roque” afirmó Carvalho.

Carvalho manifestó que “a medida que pasan los años se acentúa la problemática y es cada vez peor”. También confirmó que esperan que en abril haya una reducción del requerimiento y comenzarán con un relevamiento previo para “un trabajo con perforaciones más específico y global hacia el futuro” declaró Carvalho.

Desde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) confirmaron que la emergencia hídrica no tiene fecha de finalización y que “solo se verá un cambio cuando cambien las circunstancias de humedad y ríos y embalses”. En el norte los cauces están secos y hay una sequía extrema, “los calores son externos con riesgo de incendio y en los arroyos el agua no corre” manifestó Elías Sapag, representante de Neuquén en la AIC.

“Las altas temperaturas reflejan que la gravedad se va a sostener todo el verano” mencionó Sapag y agregó que no se ve ningún viento que venga del oeste para calmar las temperaturas.

Resaltó la importancia del uso racional del agua y electricidad. “Hay que apelar a la responsabilidad ciudadana, es un acto solidario el buen uso del agua” aludió.

En Río Negro, el gobierno provincial y su empresa ARSA plantean una respuesta estructural a los problemas existentes del servicio de agua.

Esencialmente, las construcciones requeridas -algunas en marcha y otras en proyectos- se concentran en la captación y la producción de agua, que requieren financiamiento de Enohsa por sus dimensiones. La Provincia destaca la puesta en marcha de las ampliaciones de las plantas potabilizadoras Viedma y de Catriel, y las ya solicitadas de Bariloche y Cipolletti.

También figura el financiamiento del Enohsa para el plan director de Roca aunque, en ese caso, el gobierno rionegrino destaca que esa concreción depende del ente nacional ya que la Provincia fue separada del llamado a licitación.

Desde el oficialismo se insiste en la exclusión de la obra roquense y, políticamente, s e lo explica como un pedido de parte del municipio, a cargo de María Emilia Soria, procurando que el gobierno de JSRN no participe de la ejecución de la planta.

En Obras Públicas se insiste en la importancia de esa concreción para Roca mientras alude que la Provincia renovó y amplió redes con el Plan Castello para “asegurar la provisión del recurso al Corredor Viterbori, Chacramonte, barrio La Costa, Mosconi, La Rivera y el loteo social adyacente”.

En Bariloche, los técnicos provinciales también reafirman en garantizar mayor “producción de agua”, a partir que el actual esquema presenta inconveniente por la baja en el caudal del Ñireco. Esta situación persistirá, por lo cual, se determinó una revisión del sistema y se proyectó una obra de captación desde el Lago Gutiérrez para toda Pampa de Huenuleo. La iniciativa fue presentada al Enohsa mientras tanto -explican- “la Provincia, desde ARSA, ejecutó trabajos para mejorar y optimizar el sistema de distribución”.

En Cipolletti, las ampliaciones de las redes exigen un aumento de la generación de agua y, por eso, esta ciudad tiene su propio proyecto de renovación en la captación y potabilzación en el Enohsa, integrado al plan de Bariloche.

Hoy, Viedma puntea con su plan director con recursos del Ente nacional, con una inversión de 1200 millones. La ejecución está a cargo de la empresa Codam SA.

Parte de la iniciativa se centra en la distribución. La capital provincial tiene la red más extensa y, también, más vieja, que se evidencian en sus roturas y filtraciones.

La principal problemática del servicio en Viedma se registra en los barrios en torres.

El año pasado, un informe de la Defensora del Pueblo local, Dora Cader, describía críticamente esta situación, incluyendo grandes filtraciones en sus tanques y el continúo derrame de agua en las calles del sector.

El barrio Guido presenta permanentes inconvenientes por el deterioro estructural de las redes de ingresos y cada tanto se origina alguna rotura, exigiendo reparaciones parciales.

El agua que consumo Cutral Co y Plaza Huincul la provee el EPAS, a través de dos sistemas: Buena Esperanza en el río Neuquén y el del lago Los Barreales, ducto que trae agua cruda y es tratada en Cutral Co. Sin excesivo consumo ni imprevistos, el EPAS entrega 2.500 metros cúbicos por hora.

Los municipios son los encargados de la distribución hasta los domicilios. Los pobladores que más sufren son quienes viven en los extremos del ejido urbano y los terrenos son más altos. Una de las posibles soluciones sería un nuevo acueducto en el río Neuquén, pero la actual sequía lo deja en duda.

Las familias de los barrios Anai Mapu, La Cascada, Bella Vista, Amanecer, 2 y 4 de Agosto, en Cipolletti, no cuentan con presión de agua potable. Según Maximiliano Aguer, vecino de barrio Bella Vista, “hace varias semanas no pasa el camión de agua, no tenemos agua potable. Nosotros tratamos de hacer una conexión en el barrio, pero la presión no llega”. Agregó que “lo mismo ocurre en barrio Amanecer donde viven alrededor de 250 familias”. Belén Bautista, del 2 de Agosto, dijo que “al barrio no llega el agua, llega un poco en la mañana y en el día no tenemos. Compramos bidones”.

Los problemas de escasez de agua potable son recurrentes en algunos barrios de Bariloche, especialmente en la Pampa de Huenuleo y el sector sur, y en el Este, que se subsanaron de manera parcial, pero está pendiente una inversión importante para conectar con el lago Gutiérrez. En los últimos meses los principales inconvenientes se registraron en los barrios del sur, ubicados desde la ladera del cerro Otto hacia el cordón montañoso de los cerros Ventana y Carbón. La sequía y el bajo nivel del arroyo Ñireco, acrecentó los problemas.

“El sistema está saturado debido al incremento del consumo, que creció 5 veces debido al gran ingreso de turistas. Agua hay, el tema es la presión”, subrayó Luciano Gilavert, el subgerente de Arsa en San Antonio.

La falla, sin embargo, es coyuntural, y está ligada al retraso de la construcción de obras claves, que acompañen el crecimiento y desarrollo de la zona. “El agua se trae desde Pomona, que está a 200 kilómetros y desde allí tiene que venir la mejora. En 2015 se paralizaron todas las obras contempladas en el plan director de aguas.

La poca infraestructura en la planta potabilizadora de agua y la falta de recambio de las cañerías de red añejas, son algunas de las falencias crónicas que se ven cada vez más agravadas por el contexto de crisis habitacional que existe en Roca.

“Ya sea por falta de recursos o por desidia, estas obras tan necesarias se siguen postergando, en detrimento de la calidad de vida de los roquenses, quienes padecen constante falta de agua y colapsos cloacales”, argumentaron desde la secretaría Obras Públicas dependiente del municipio de Roca, mediante un informe.


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