Por esa avenida pasó la vida

Argentina-Olascoaga, desde la barda al río. La arteria fue punto neurálgico de la expansión de la capital neuquina.

Corría el año 1910 y cada rincón de Argentina se preparaba para celebrar el centenario de la Revolución de Mayo. La ciudad organizó tres días de fiesta y un regalo muy particular para todos los vecinos. El 25 de mayo se inauguró el Parque del Centenario, a orillas del río Limay y se encontraba en obras el camino que llevaría hasta allí: la avenida Argentina-Olascoaga.

El parque se encontraba al final de ese largo corredor que nace en la plaza de las Banderas al norte y finaliza en el ingreso al actual balneario Río Grande. Pero por aquellas épocas llegar hasta el nuevo espacio verde no era tan sencillo.

Algo falló en la planificación de los tiempos. Estaba previsto un gran acto de inauguración para aquel día patrio de 1910, pero el recorrido de la avenida no estaba finalizado, por lo que las autoridades, vecinos e invitados debieron transitar gran parte del camino a pie, entre la maleza, el terreno escarpado y los árboles.

La avenida Argentina-Olascoaga se convirtió con el correr de los años, en la arteria emblemática de la capital. En sus inicios fue porque era la puerta de entrada al centro de la ciudad. Luego en la década del 30, cuando se construyeron sus bulevares y se plantaron los primeros árboles comenzó a ser el recorrido obligado para los paseos domingueros y los encuentros sociales. Y más acá en el tiempo, punto de inicio de marchas cada vez que el pueblo sale a la calle para protestar por injusticias.

Hoy, el recorrido está dominado por edificios en altura. (FOTO: Yamil Regulles)

Pero además, esa avenida ofrece, un tours históricos a través de los principales monumentos de la capital, cada uno con su historia particular: la plaza de las Banderas, los homenajes a las primeras colectividades de inmigrantes que se asentaron en la Confluencia, al periodista Rodolfo Walsh, al doctor René Favaloro, al poeta neuquino Marcelo Berbel, a próceres argentinos y a la virgen de la ciudad, María Auxiliadora, entre otros. Se suman dos fuentes importantes, la Cibeles (aún en pie) y la Mayólica (que fue derribada) y por su puesto, el más emblemático, el monolito fundacional.

En los últimos 17 años, fue el tiempo de la modernidad. Y algunos sectores de las avenidas cambiaron radicalmente. Primero fue la plaza de las Banderas y en la actualidad los bulevares, donde se está construyendo un pluvial y bicisendas.

Dato

4,74
kilómetros de largo tiene la principal arteria de la ciudad, desde la plaza de las Banderas hasta el balneario Río Grande.

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