Pozo controlado en el lejano oeste de Loma La Lata

Esta semana fue sofocado el fuego en el LLLO X-2 después de 22 días. El operativo fue coordinado por los especialistas de Wild Well Control (WWC). La perforación fue ahogada en forma directa tras colocar una nueva válvula.

En el sector petrolero nadie suele ocultar que un pozo fuera de control es una situación indeseable. Pero inmediatamente pasan dos cosas: admiten que son riesgos posibles y se ponen en marcha los protocolos de emergencia y contingencia. Sobre lo segundo ocurre algo que puede resultar extraño para otros negocios y es que no hay operario que no quiera participar de la solución.

Lo que hicieron los viejos fue increíble. A uno tuvimos que obligarlo a que deje el turno, no se quería ir”, comentó un directivo de YPF días antes de que el pozo LLLO X-2 fuera controlado.

Todos los equipos que funcionaron en la locación fueron revestidos con chapas de zinc. En menos de una semana se montó un sistema anti incendio con dos tanques de 5.000 metros cúbicos cada uno, tendido de mangueras subterráneas y piletas de recuperación.

En números

200
operarios participaron de las distintas actividades que se desarrollaron en la locación a lo largo de las tres semanas.

Todo fue soldado en el campamento que se fue construyendo en días. Se soldaron 5.000 pulgadas en apenas siete días y en medio del campo.

En paralelo a las tareas, para que los especialistas de Wild Well Control (WWC) entren a la boca de pozo, la operadora comenzó a preparar dos locaciones con movimiento de suelo para avanzar con la posibilidad de hacer un pozo testigo para interceptar la perforación. Finalmente no fue necesario.

En total fueron 22 días con fuego en la boca de pozo.

En números

5.000
pulgadas de soldadura llegaron a completarse en apenas una semana.

Entre las constantes a lo largo de la operación pueden anotarse dos temas: 1) la comunicación fue por señas debido al ruido ensordecedor de la surgencia y; 2) nunca se apagaron los grifos de enfriamientos, ni aún durante la noche cuando no había operación en superficie.

La estrella del operativo fue el Athey Wagon, una de las herramientas que llegó en el vuelo del Antonov a Neuquén, que consiste en una retroexcavadora conectada a una grúa-gancho, con capacidad de extenderse 60 metros. Este equipo permitió instalar un caño de 32 pulgadas (también fabricado en la locación) con el que se pudo sacar la llama de la superficie.

Uno de los primeros pasos fue asegurar una perforación contigua e instalar un caño de 32 pulgadas para elevar las llamas.

El mismo Athey Wagon dio la estocada final. Con una herramienta en forma de horquilla, que en los extremos tiene aspersores que disparan agua y arena a altísima presión, impulsadas por un set de fractura, pudo cortar la válvula “como una milanesa”, según graficaron por fuera del glosario técnico.

Luego fue todo de WWC que, para instalar la nueva válvula, aún con fuego vivo, tuvo que actuar manualmente en lo que, desde el día 1, se conoció como “área roja”.

El LLLO X-2, que al igual que el LLLO X-1 hizo landing en Vaca Muerta, puede que sean parte de la historia. Más allá del seguro de cobertura, las perforaciones difícilmente puedan ponerse en producción otra vez por el daño sufrido en la guía.

Claves de una urgencia en plena operación

Plan de emergencia. El sábado 14 cuando se confirmó la fuga de gas trabajaba un equipo de Calfrac en la boca del pozo. Tras detectar el desperfecto activaron el protocolo de emergencias que incluye abandonar el lugar y dar aviso a las autoridades.

Cercamiento. Con el protocolo se activó el plan de seguridad para aislar la locación y restringir el acceso de personas externas a la operación. Se montaron dos domos para seguir en vivo las tareas.

Plan de contingencia. En paralelo al llamado para que desembarque WWC desde YPF comenzaron a preparar un campamento con un sistema anti incendio. Inicialmente se tomó agua del lago Los Barreales, pero luego se creó un sistema de piletas para reutilizarla.

Operación. El primer paso de WWC fue eliminar el cabezal de producción e instalar una caño para elevar las llamas. Luego con herramientas de corte quitaron la válvula e instalaron la nueva, que permitió el ahogo del pozo.

Línea de tiempo: un operativo de 23 días en medio del yacimiento

1) El 15 de septiembre la fuga de gas, comenzada el día anterior, en el pozo LLLO X-2 se prendió fuego. No hubo heridos, pero dio lugar al siguiente paso en el plan de contingencia dentro de la locación.

2) El 16 de septiembre llegó un equipo de ocho especialistas de Wild Well Control (WWC) desde Estados Unidos. Se instalaron en Plaza Huincul y desde allí viajaron todos los días hasta el yacimiento.

3) El 18 de septiembre aterrizó en el aeropuerto de Neuquén el avión Antonov, proveniente de Texas, con los equipos solicitados por los expertos de WWC. Entre ellos una grúa que fue clave para completar las tareas.

4) El 18 de septiembre aterrizó en el aeropuerto de Neuquén el avión Antonov, proveniente de Texas, con los equipos solicitados por los expertos de WWC. Entre ellos una grúa que fue clave para completar las tareas.

5) El lunes 7 de octubre las llamas fueron derivadas a una fosa de quema luego de instalar una nueva válvula. Tras esa maniobra comenzó el ahogo del pozo con lodos de perforación y cemento, concluyendo el operativo.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios