Primavera: las cinerarias, las flores de van Gogh en nuestro jardín

Similares a las margaritas, pero con impresionantes colores. Yohanna Moryszczuk, una de las dueñas de “El Vivero de Pepe” de Plottier, nos aconseja sobre los cuidados de esta hermosa planta que desde el invierno ya da flores.

Con apacible hermosura, las cinerarias deslumbran al abrir sus flores de intensos colores. Similares a las margaritas, algunas de las variedades con flores más grandes se entrometen entre sus hojas frondosas y algo rugosas, a medida que abren y despliegan sus pétalos.


Su simpleza, pero de atractiva belleza, sin duda es una inspiración para los artistas del pincel. Vincent van Gogh lo expresó en su obra “Cineraria en una maceta” allá por agosto de 1886, obra que actualmente se puede apreciar en el Museo de Boymans van Beuningen.


Son plantas de la familia Asteraceae compuestas, que nacieron a partir del cruce de dos híbridos conocidos como Pericallis Senetti, de flores más grandes y pétalos más alargados: las Pericallis Cruenta y Pericallis Lanatta, originarias de las Islas Canarias.
Los nombres más conocidos comercialmente son cineraria híbrida, senecio cruentus o pericallis × hybrida; y se trata de una planta bianual, herbácea, de porte compacto y estructura sencilla, construida por un tallo central corto pero bien ramificado.
Su tamaño de expansión depende de la variedad y oscila de 40 a 60 centímetros, al igual que su altura: según su variedad, puede ser de 20 centímetros y superar los 40 centímetros. Posee hojas firmes y gruesas, con bordes dentados formando un acorazonado. Sus flores aparecen al principio de la primavera y se presentan en colores intensos de rojo, azulado, lila, blanco o naranja.


“La cineraria da flores muy bellas desde invierno, cuando muchas otras especies viven su periodo de latencia y dura casi toda la primavera”, explica Yohanna Moryszczuk, una de las dueñas de El Vivero de Pepe, de Plottier.
Según Yohanna, la cineraria se cultiva más en interiores, ya que exige algunas atenciones especiales. La temperatura óptima para esta planta es entre 15° y 20º C, y el frío por debajo de los 10 grados la deteriora.
“En el centro de la mata aparecen infinidad de flores, similares a las margaritas de distintos colores”, describe Yohanna.
Es una planta que no supera los 45 centímetros de altura y, con los llamativos colores de sus flores, es una excelente opción para decorar interiores, galerías o sitios con reparo. “Su amplia gama cromática de azules y violáceo es poco frecuente en otras especies”, señala Yohanna; y agrega que “es una planta que convive bien con otras de interior”.


Respecto a los cuidados, según Moryszczuk, “requiere de ambientes con mucha luz, pero no sol directo, porque puede deteriorarla o quemar sus hojas o flores. La cineraria necesita riegos abundantes y de manera continua, estar pendientes de que el sustrato se mantenga siempre húmedo, pero sin encharcarlo”. Si bien es una planta que requiere de humedad, no le hace bien el agua en exceso. “Con un riego cada 4 días estaría bien”, indica la experta, que además recomienda “mantener la humedad en el ambiente, pero no rociar sus hojas”.


Durante la época de la floración, se aconseja abonar el suelo cada dos semanas aplicando harina de hueso para estimular su floración. Suelen ser atacadas por los pulgones y la mosca blanca, pero según Yohanna, para prevenir estos inconvenientes el mejor método es aplicar un producto fitosanitario. “Recomendamos jabón potásico o aceite de Neem 100% orgánicos”, indicó.
Es una planta que no requiere de poda, solo quitar las hojas y flores que se van deteriorando, producto de su ciclo natural. Esta planta es anual, y el momento de la siembra es a finales del verano y comienzo de otoño.

Un proyecto familiar


El proyecto del vivero nace en el año 1996; pero quedó trunco hasta 2013 “por cuestiones familiares y económicas”. Sin embargo, en octubre de ese año lograron abrir las puertas.
El nombre El Vivero de Pepe hace referencia al apellido de Gladys, socia fundadora del vivero. El equipo de trabajo está conformado también por su socia, Cecilia Diaz, Lucía Muñoz y Andrés Birk, en la atención.


Además de la venta de plantas, realizan asesoramiento a paisajistas, constructoras, centros comerciales, campos deportivos, y hasta barrios cerrados.
“Somos una empresa familiar vinculada a la agricultura. Somos hijas y nietas de pioneros chacareros de Plottier, que trabajan perfeccionándose en el cuidado, la vida y el amor por la naturaleza”, culminó una de las dueñas del vivero ubicado en Av. Zabaleta 150, de Plottier.


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