Puesta en valor y reapertura al tránsito

Tras permanecer más de un año cerrado fue reabierto a la circulación vehicular, ciclística y peatonal este símbolo de comunicación de la Comarca Viedma Patagones, a poco de cumplir 82 años y con una merecida puesta en valor.

PUENTE VIEJO

A los 82 años se vistió de fiesta para brillar eternamente sobre el gran espejo que dibuja a sus pies el río Negro.

La merecida puesta en valor del puente ferrocarretero se comenzó a lucir en toda su dimensión al ser inaugurada ayer y reabrir al tránsito este verdadero símbolo de la Comarca Viedma Patagones que con los trabajos realizados se trasformó en una postal que todo turista querrá llevársela a casa entre las fotografías más preciadas.

El ambicioso proyecto de iluminación -interno y externo- en toda su extensión le otorga seguridad vial al puente y lo trasforma visible e imponente esta gran estructura de acero, desde las distintas perspectivas que permiten las costas de las dos ciudades.

Las luminarias dibujan toda la infraestructura por la noche incluidos luces azules que se suman desde los gruesos pilotes que la sostienen sobre el agua. Ese brillo se trasforma en plateado durante el día, manteniendo el puente presente a la distancia las 24 horas, logrando un realce arquitectónico y ornamental que lo trasformará en el recorrido obligado de los visitantes.

Además esta obra le anexó una pasarela externa desde el lateral que mira hacia el Atlántico destinada a ciclistas y peatones cuyo tránsito es importante pero sobre las dimensiones acotadas del puente y junto a la incesante circulación vehicular lo tornaban peligroso.

Ahora permitirá no sólo seguridad sino una perspectiva nueva para recorrer el puente desde afuera y apreciar cada detalle de ese entramado de acero intacto.

Esa pasarela se construyó con 38 chasis metálicos de longitudes que van desde los seis metros y medio hasta los 11de longitud, incluyendo las plataformas de transición metálicas que se ubican a ambos lados del puente metálico. Según explicó el ingeniero civil Rodrigo Gorostegui de la empresa Lo Bruno a cargo de la obra las ménsulas y chasis metálicos se realizaron respetando la vinculación original del puente intentando ser lo menos invasivos posible, razón por lo cual ese trabajo resultó de cierta complejidad.

Meses de pintura

La pintura del puente, pasarela, estructura de acero y pilares significó el 33 por ciento de la obra y meses de esa actividad e incluyó la reparación de toda la estructura metálica y de hormigón.

Así lo grafican los números: la superficie total pintada fue de casi 28.000 metros cuadrados de puente y pasarelas y unos 7.500 de estructuras de hormigón. Previo a la pintura en los sectores metálicos se realizó un arenado con arena de río libre de cloruros, sulfatos y materias orgánicas hasta lograr un grado de limpieza apto para la aplicación de la pintura.

Se destacó que este puente de origen alemán se mantuvo en pie estos 82 años con un mantenimiento nulo pero con un estado de conservación “excelente” para el medio en el que se lo dispuso.

Si bien Vialidad Nacional -organismo que financió esta puesta en valor- ha elegido el color naranja para pintar los puentes metálicos restaurados en el país, desde el área de patrimonio se defendió hasta conseguir que el ferrocarretero mantuviera su plateado original .

Circulación estable y bicisendas

El lamentable estado de la antigua carpeta de rodamiento deformada y con una delimitación muy marcada de los rieles del ferrocarril que tornaba peligrosa la circulación por el puente, generó un nuevo esquema de calzada con pavimento intertrabado de hormigón que se espera sea más funcionar y práctico que el asfalto. Fue demolida la carpeta asfáltica original y reemplazada por un hormigón de nivelación, una cama de arena y adoquines de alto tránsito. Además se planteó un nuevo sistema de cubre rieles a nivel, otorgando al puente una visión pareja desde lo transversal que brindará al conductor un mayor confort al momento de circular sobre la calzada.

Esta puesta en valor incluyó también la construcción de bicisendas de hormigón de dos metros de ancho que se proyectan al pie de los terraplenes del tren junto a la calzada de aproximación. Tienen una longitud estimada de 300 metros en el sector de Patagones y 400 en Viedma.

Gorostegui aclaró que con estas ciclovías encausarán el tránsito peatonal fuera de la calzzada para fomentar la seguridad y darle al puente un sentido de circuito de caminata y turístico.

Explicó que los muros de contención de taludes ejecutados cuentan con un remate forestado y con bancos que permitirán al peatón descansar o lograr que el entorno sea esencialmente de recreación.

Como resultado final de esta obra fueron construidas dos accesos totalmente nuevos, uno de ellos en Viedma y una rotonda de hormigón armado en Patagones iluminda y parquizada.


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