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Puntos de partida para noviembre


El oficialismo confiado, con su 35% consolidado y Riorda proyecta que subirá en su caudal. Weretilneck se entusiasma con duplicar al segundo y quedarse con las dos bancas.


JSRN está electoralmente relajado. Este momento se basa en los datos y las conclusiones de su consultor Mario Riorda. No hay riesgos. El 78% del electorado no cambiaría su voto y el 35% obtenido está consolidado. Prevé incluso una suba de votos, explicada -esencialmente- en una concurrencia mayor y estima sumar otro 10% de asistentes.

Con los últimos sondeos, Riorda proyecta que la lista diseñada por Alberto Weretilneck se aproxime al 40% mientras JxC y FdT igualan en un 21%, con leve ventaja de la boleta de Aníbal Tortoriello. Allí, el entusiasmo del senador de duplicar al segundo y quedarse con las dos bancas.

La gobernadora Arabela Carreras se anotó enseguida en el desafío y extrema su actuación electoral, como jefa del Estado. Toda vorágine acerca o deriva en excesos, como los anuncios de beneficios prestacionales y habitacionales para la asociación de pastores. Se alista, con esa hiperactividad, en los créditos si JSRN amplía su dominio. Siempre oteando la pulseada que se viene con el senador.

El caudal más mudable está en el 27% de Juntos por el Cambio. Tortoriello ganó, pero casi cuatro de cada diez votantes de esa alianza fueron a los dos candidatos radicales (Mario De Rege y Germán Jalabert). Una encuesta de Opinaia, contratada por el PRO, indica que los ganadores -como Diego Santili en Buenos Aires- retienen el 80% de los votos de los contrincantes internos. Esa ecuación en Río Negro -con la radiografía de septiembre- pondría al FdT muy cerca de JxC.


“Aníbal, no hay nada cerrado”, le dijeron en Buenos Aires a un confiado Tortoriello. El FdT está cerca, pero esa oportunidad aún está jaqueada en el desánimo de su dirigencia.


Un confiado Tortoriello detectó esa amenaza en Buenos Aires frente al equipo político-comunicacional que le proporciona el PRO. “Aníbal, no hay nada resuelto, Río Negro y Salta son dos provincias en riesgo de perder el segundo lugar y los diputados”, le dijeron. A esa advertencia lo siguieron consejos para su campaña: concentrarse en los conglomerados mayores y, por eso, Bariloche y Roca serán destinos recurrentes. Otro: no más críticas insistentes a Weretilneck. “Es el político con mejor imagen en Río Negro”, le explicaron.

Esa redirección discursiva será todo un reto, pues colisiona con su historia. Seguirán llegando respaldos nacionales coordinados por el legislador Juan Martín. Así, esta semana, en el Alto Valle, estarán juntos Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo, titulares del PRO y de la UCR. En cambio, el anunciado arribo a Bariloche del exsenador Miguel Pichetto no se daría. ¿Esa suspensión tiene su origen en su reciente reunión con Weretilneck? Seguramente.

El ex gobernador -paradójicamente- es hoy el mejor aliado del FdT en el plan para relegar a Tortoriello. Sería su revancha cuando se asume que Cipolletti está electoralmente perdido. Derrota que se potencia con la crisis desatada en JSRN cipoleño. Cargan culpas sobre Claudio Di Tella y su gobierno, con pedidos de cambios en su gabinete. El intendente, por ahora, lo resiste pero prometió -sin plazos- revisiones. Requirió, en su estrategia, a los otros sectores -entre ellos, los diputados Elvi Cides y Lucas Pica- que aporten actores al gobierno local. No todo es goce en Weretilneck.

La pesadumbre sí está alojada en el justicialismo, a pesar del intento de reaccionar y que, por momento, lo logra con más voluntad que organización. Falta una estrategia. Su dirigencia se sorprendió el martes cuando se anotició que al otro día llegaría la ministra de Salud, Carla Vizzotti a Viedma y serviría a la gobernadora Carreras en otro escenario institucional-electoral. Intervino Martín Doñate y la visita se suspendió. Algo parecido había ocurrido días antes con una prometida asistencia del titular de Turismo, Matías Lammens. El senador quiere su figura nacional en Río Negro y, por eso, programa la presencia del ministro Eduardo Wado De Pedro.

La debacle golpeó fuerte en el FdT, que transformó su histórica base electoral del 30% hoy en un decepcionante 25%. Noviembre puede señalar su recuperación, pero su dirigencia convive aún con el desánimo y la sensación que todo aún puede ser peor.


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