Recuerdo de El Zapalero

Buenos Aires

Recuerdo haber comenzado a viajar, en 1942, desde Zapala a Constitución, Buenos Aires, y retornar en lo que se llamaba en aquella época El Zapalero, y que nos agarró en Capital la revolución de Castillo. Y yo me preguntaba: ¿será pariente de Juanito Castillo? Bueno, demoraba unas 36 horas, no veíamos la hora de pisar tierra, y con gran envidia veíamos cómo la gente viajaba y caminaba por el andén.

Tal es así que no tuvimos mejor idea en bajarnos, menos mal que mi querida madre se dio cuenta y bajó apurada para hacernos subir. Lo que más me gustaba era subir con la escalera, dormir en la cama de arriba y prender la lucecita. A la mañana, el desayunar y sentir la fragancia del café con leche y medialunas, mermeladas, era muy bueno. Después a la hora de almorzar o cenar las mesas eran un lujo, con una vajilla hermosa. Venía el mozo con la sopera, haciendo equilibrio por el movimiento del tren, y nos servía esa sopa tan rica; en general se comía muy bien.

Era agradable sentir la fragancia a carbón que expulsaban las máquinas del tren, cuando llegábamos a una de las tantas estaciones veíamos cómo la gente del pueblo venía a curiosear. En el tren a veces en los andenes solía haber algunos vendedores de empanadas, panes dulces.

Nos tocó hacer transbordo en Bahía Blanca, ya que el tren seguía a Viedma y teníamos que cruzarnos con todos los bagayos y subir a otro tren. Realmente era una gran aventura y mi querida madre tenía que luchar para que algunos de nosotros no se portara mal. Viejos recuerdos de nuestro querido tren y que ojalá algún día pueda volver a rodar sobre nuestras vías, ya que gracias a él se fundaron pueblos que ahora, algunos, pasaron a ser fantasmas.

Abraham “Pepe” Munk

DNI 7.560.225


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