Cómo aprovechar la Luna Llena del 7 de septiembre para el crecimiento de tus plantas

La Luna Llena del 7 de septiembre es la clave para sembrar y renovar el jardín, ya que la energía de las plantas se concentra en tallos, hojas y flores.

Luna llena y plantas

Mañana, 7 de septiembre, el cielo del hemisferio sur se iluminará con una Luna Llena muy especial, que marca el final del invierno y el inicio de la primavera. Más allá de la belleza del fenómeno astronómico, la pregunta es inevitable: ¿cómo influye realmente la luna en las plantas de nuestro jardín?

Lejos de ser un simple mito, los ciclos lunares guían a la agricultura desde hace siglos en diferentes culturas del mundo. La relación entre la luna y la tierra no solo es cultural o espiritual: está avalada por la ciencia. La gravedad del satélite afecta las mareas y, de manera similar, también puede influir en la savia de las plantas, en su crecimiento y en los momentos ideales para sembrar o cosechar.

Mañana habrá Luna Llena: el mejor momento para sembrar y podar en tu jardín


En el hemisferio sur, la Luna Llena de septiembre es especialmente simbólica porque coincide con la etapa de siembra y renovación de la naturaleza tras el invierno. Se cree que durante esta fase la energía de las plantas se concentra en la parte aérea —tallos, hojas y flores—, lo que la convierte en un momento propicio para trasplantar, podar y sembrar especies que crecen hacia arriba, como flores y hortalizas de hoja.

Así, mientras algunos aprovechan esta Luna Llena para realizar rituales de abundancia y prosperidad, otros la ven como la mejor aliada para sincronizar las tareas del jardín con el ritmo natural de la tierra y el cosmos.

Su luz: la clave de cómo influye la Luna en las plantas


Entender cómo influye la Luna en las plantas pasa, en gran parte, por comprender el papel de su luz. A primera vista, podríamos pensar que la iluminación nocturna del satélite es suficiente para activar la fotosíntesis y estimular el crecimiento vegetal. Sin embargo, incluso en su punto máximo de resplandor —cuando se muestra como Luna Llena, como ocurrirá este 7 de septiembre— la intensidad lumínica no alcanza para poner en marcha ese proceso.

Pero la Luna sí ejerce otra influencia decisiva: regula el fotoperiodo, es decir, los procesos biológicos de las plantas que dependen de la alternancia entre el día y la noche. Esa luz tenue es capaz de estimular proteínas sensibles que actúan como receptoras de la iluminación, manteniendo la savia en movimiento incluso durante la noche, lo que favorece la vitalidad y la circulación interna.

La Luna Llena de septiembre coincide con el inicio de la primavera, lo que potencia su efecto de renovación y crecimiento. Su luz se convierte así en un estímulo natural para las plantas de follaje, flores y hortalizas aéreas, favoreciendo tareas como trasplantes, podas suaves y abonados.

En este momento álgido, no se trata de magia sino de sincronía: la luz lunar, aunque débil, es suficiente para influir en el ritmo vital del reino vegetal y ayudar a que nuestros jardines y huertos se alineen con los ciclos de la naturaleza.

Cómo influye la Luna en las plantas según sus fases


Cada fase lunar aporta energías distintas que inciden en el movimiento de la savia, el desarrollo de raíces, tallos y flores, y los mejores momentos para sembrar o podar.

Luna Llena: el momento álgido para el follaje

Durante la Luna Llena —como la del 7 de septiembre— la savia alcanza su mayor vitalidad en la parte aérea de las plantas. Es un excelente momento para trasplantar, abonar, podar suavemente y sembrar hortalizas de hoja como lechugas, acelgas, espinacas o hierbas aromáticas. También es ideal para plantar flores de estación, que se verán favorecidas por esta energía de expansión.

Cuarto menguante: la fase de las raíces

Con la disminución de la luz lunar, la energía se concentra en las raíces. Es el mejor momento para sembrar hortalizas de raíz como zanahorias, rábanos o remolachas. También es una fase propicia para podas más intensas, esquejes y multiplicación de plantas, ya que la savia desciende y las heridas cicatrizan mejor.

Luna nueva: el reposo

La Luna no es visible y la actividad de la savia se ralentiza. Las plantas entran en un período de descanso. Es una fase recomendable para limpiar el huerto, eliminar malezas, preparar la tierra y planificar siembras. Evitá sembrar o trasplantar en este momento, ya que las plantas no tendrán la fuerza suficiente para desarrollarse.

Cuarto creciente: equilibrio y expansión

Con la reaparición de la luz, la energía se distribuye tanto en raíces como en tallos. Es un período excelente para sembrar hortalizas que crecen hacia arriba, como tomates, pimientos, zapallitos o porotos. También es recomendable para iniciar semilleros y dar inicio a cultivos de temporada, ya que la planta aprovechará este impulso de crecimiento.

Con información de Verdecora


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