Cuáles son los alfajores cordobeses que pide el Papa Francisco

El Papa Francisco pide a sus allegados que le lleven al Vaticano una docena de sus alfajores argentinos favoritos. Conocé cuáles son.

Una marca registrada de Córdoba, además de choripán, el cuarteto o el fernet con gaseosa, son los alfajores. Muchos de los artesanales que se producen en Córdoba no se consiguen en kioscos o en supermercados.

Cuando el Papa Francisco era Bergoglio y solía viajar a Cura Brochero, localidad pegada a Mina Clavero, descubrió un verdadero manjar escondido en el valle de Traslasierra.  

“No se olvidó más y se hizo cliente. Cada vez que volvía pasaba por Traslasierra a buscar sus alfajores favoritos, de hojaldre con dulce de leche”, cuenta Arturo Grisoni, uno de los dueños de El Nazareno, firma que los fabrica.

Siempre se lo escucha pedir a viva voz “¡Traé alfajores!”, pero no cualquiera, tienen que ser los cordobeses. Ahora, el sumo pontífice contagió a todo el Vaticano. Quienes lo conocen, le llevan de regalo una caja de estas delicias argentinas que fueron creadas por una familia que cambió de vida para cumplir su sueño.

Los alfajores que prefiere el Papa Francisco


El Nazareno es una marca que todavía mantiene algunos procesos de fabricación artesanal. No se le agregan conservantes y sus dueños aseguran que no duran más de una semana en las góndolas.

Bergoglio tiene su favorito: son los de hojaldre, un formato que no suele verse mucho y que distingue a esta firma. La docena sale $5.000. No se consiguen en Buenos Aires pero se los puede pedir a través de su página web y los envían por correo, tardan de 3 a 4 días hábiles en llegar.

“El alfajor está basado en un hojaldre alemán, que adaptamos. Se realiza con una masa de harina, agua y sal y un empaste de manteca que necesita grandes tiempo de descanso. La textura es como la de una milhojas”, describe Grisoni.

Además, entre capa y capa, lleva dulce de leche. Alrededor del alfajor, lo cubren con coco rallado. También ofrecen la misma versión pero con baño de chocolate. Fabrican 10 variedades más de alfajores, conitos y colaciones. También elaboran dulce de leche, mermeladas, panes integrales y facturas.

La historia de los alfajores el Nazareno


La familia Grisoni vivía en Villa Carlos Paz. Leonardo, el padre, sacaba fotos en la aerosilla de la Ciudad mientras se capacitaba en pastelería y cocina. En 1978 compró un terreno en Traslasierra para cumplir su sueño de crear una granja familiar con el objetivo de tener una mejor calidad de vida. “En esa época en la zona no había nada, ni servicios”, recuerda Arturo.

Bautizó a su marca como “El Nazareno» porque para Leonardo, que era muy creyente, su héroe era Cristo. Sumó a sus productos los alfajores. Elaboró y modificó la receta a gusto del paladar familiar. “Papá siempre tuvo el precepto de hacer algo distinto por su calidad y sus ingredientes. Lo principal para ellos era que no tuvieran conservantes”, enfatiza.

En 2007 Arturo tomó el mando aunque ya trabajaba en la empresa familiar: “Empecé a los 11 años y hoy agradezco que me haya enseñado esto”. Se hizo cargo y planificó la tan necesaria expansión. “Papá hizo la base y yo me encargué de ampliarla”.

Hoy tienen 13 sucursales, todas propias: “Nos han ofrecido franquiciar la marca pero nuestros productos son frescos y preferimos llegar a nuestro límite de producción que sacrificar calidad. Tenemos una planta y ahí distribuimos”, describe.


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