Del puño en alto a la rodilla en tierra, el deporte alza su voz contra el racismo

El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Mineapolis, en Estados Unidos, volvió a demostrar la importancia que tienen los deportistas para remarcar la desigualdad y la lucha contra el racismo.

“El deporte ha obtenido creciente reconocimiento como el vehículo para que un país pueda fortalecer su poder blando, es decir, su habilidad para ejercer influencia política en la escena internacional a través de medios no coercitivos”, aseguran los antropólogos Niko Besnier, Susan Brownell y Thomas Carter en su libro “Antropología del deporte”.

Los deportistas de élite no están exentos a esa realidad más allá de que quieran o no formar parte de ella. Su nivel de masividad, su posibilidad de ser escuchados por millones de personas que los idolatran los convierte en potenciales actores políticos que pueden adquirir un rol fundamental para producir “un cambio sistémico”, tal como lo expresó Michael Jordan el domingo en sus redes sociales.

El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Mineápolis, en Estados Unidos, generó una ola de caos social que todavía se mantiene y fue el detonante para que varios líderes del mundo del deporte decidieran hacerse cargo de la problemática.

Bajo el lema “Black Lives Matter” (las vidas negras importan), gran parte de la sociedad norteamericana pide por un tratamiento igualitario y el cese de la violencia hacia los afroamericanos. Al frente de ese reclamo se ubicaron muchos deportistas.

Jordan Sancho, del Dortmund, pidió justicia por Floyd.

El plantel del Liverpool, en su regreso a los entrenamientos, posó para una foto con la rodilla en el suelo; Michael Jordan emitió un comunicado de apoyo a aquellos que denuncian el racismo; LeBron James, Stephen Curry y decenas de figuras actuales de la NBA publicaron en sus redes sociales mensajes de apoyo; y cuatro jugadores de la Bundesliga también aprovecharon su posición de privilegio para pedir por justicia por Floyd.

Uno de los casos más emblemáticos de las últimas horas fue el del jugador de los Boston Celtics de la NBA Jaylen Brown, quien encabezó una marcha pacífica de protesta en Atlanta, su ciudad natal.

“Ser una celebridad, ser jugador de la NBA no me excluye de marchar reclamando pacíficamente contra las injusticias que estamos sufriendo en nuestra comunidad”, expresó el basquetbolista en sus redes sociales.

https://twitter.com/Pasion_Basket1/status/1267055284779921409

Brown, que además es vicepresidente de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto, marchó con un megáfono mientras sostenía un cartel que decía: “No puedo respirar”, en referencia al reclamo que la víctima le hacía al policía que lo detuvo.

Según la prensa especializada de la NBA, antes del draft los clubes anotaban como atributo negativo que Brown era “demasiado inteligente” y que “no solo le importaba el básquet”.

Jaylen Brown es una de las figuras de Boston Celtic. (AP Photo/David Goldman)

Hace años ya que muchos de los jugadores, especialmente las súperestrellas, asumen con responsabilidad que su rol como actores políticos es importante.

Uno de los hechos más recordados fue el protagonizado por los afroamericanos Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México 1968, momento en el que protagonizaron una protesta contra los conflictos raciales en EE. UU. al hacer el saludo de los Panteras Negras durante la entrega de premios.

La imagen de Smith y Carlos en México 1968.

En 2014, luego del asesinato del joven afroamericano Eric Garner, a manos de la policía de Nueva York (hecho también reconocido porque las últimas palabras de la víctima fueron “No puedo respirar”), ídolos de la NBA como Derrick Rose, LeBron y Kobe Bryant hicieron la entrada en calor con una remera negra con la inscripción: “I can´t breathe”. En aquel momento recibieron el apoyo de Barack Obama, presidente de Estados Unidos.

Otro de los casos emblemáticos y que realza la importancia que tiene que los deportistas puedan expresarse fue lo sucedido con la exfigura de la NFL, Colin Kaepernick.

Tras su reclamo, Kaepernick no volvió a jugar en la NFL.

En 2016 se arrodilló durante la interpretación del himno estadounidense en un partido oficial de la liga. “No me voy a parar para mostrarle respeto a una bandera en un país que oprime a la gente negra y a la gente de color”, indicó. Poco antes, había comenzado a desarrollar el “Campamento: Conoce tus Derechos” (KYRC) una campaña dirigida a jóvenes.

Donald Trump, quien asumió como presidente en enero de 2017, salió al cruce del jugador y le solicitó a la NFL duras sanciones para los jugadores que no respeten su bandera.

Kaepernick jugó su último partido oficial el 1 de enero de 2017, luego ninguna franquicia lo contrató a pesar de ser uno de los mayores talentos del deporte.

De a poco, los deportistas comprenden que además de deslumbrar en los campos de juego también tienen una posibilidad enorme de ser factores de cambio social.


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