El misterio de la fuente que nadie sabe dónde está

La Andaluza o de mayólicas fue construida entre 1936 y 1939, frente a la actual Catedral. Las versiones sobre quién ejecutó las obras son variadas. Un día desapareció y no se supo más qué fue de los miles de cuadrados de cerámica.

La fuente andaluza o de mayólicas fue una de las obras de artes más bellas de la ciudad de Neuquén. Sin embargo, poco se sabe de ella, sobre todo de las razones de por qué un día desapareció, convirtiéndose en un misterio, hasta ahora sin resolver.

Fue construida por entre los años 1936 y 1939, durante el gobierno de Francisco Benedetti al frente del Comisionado Municipal, sobre la plazoleta de avenida Argentina, frente a la actual Catedral. Sobre quién la levantó surge la primera controversia. Algunos escritores, historiadores y antiguos pobladores sostienen que las obras fueron solventadas con el sueldo del propio intendente.

El presidente del Concejo Municipal fue quien ordenó construir los famosos bulevares de avenida Argentina-Olascoaga, con lo cual está versión tomaría fuerza.

Sin embargo, otros comparten que fue levantada por la comunidad española como regalo para la capital.
Se sabe que estaba adornada con mayólicas, pero se duda de qué color eran. Para unos eran celestes y blancas y para otros azules y blancas. Como las fotos registradas en esa época eran en blanco y negro, el misterio continua.

Lo que sí recuerdan con absoluta certeza los pobladores de la ciudad era la majestuosa de la fuente. El recorrido de las mayólicas dibujando formas en torno al espejo de era engalanaban la avenida. Además tenía unos sapos de bronce sobre sus bordes que arrojaban agua hacia arriba y al centro de la fuente.
Muchos se sentaban frente a ella en las tardes de paseos para disfrutar del fresco del agua. Los niños disfrutaban de las gotas que el viento empujaba hacia las veredas.

Desde 1936 y no se sabe a ciencia cierta hasta que año compartió el paseo del centro con otra fuente que se construyó frente al antiguo hotel Confluencia, esquina donde hoy funciona la casa central del Banco de la Provincia de Neuquén.

Fue construida por un español de apellido Pérez y Pérez apodado El Chaval, en 1930. Fue bautizada Cibeles en recuerdo a la existente en su ciudad natal, Zamora, en España”, aseguró Juan González, escritor neuquino en un grupo de aportes históricos de las redes sociales.

Cuentan los que saben que hubo una época en la que la Cibeles tuvo peces de colores que eran alimentados por los vecinos de la ciudad.

En la actualidad, esta fuente continúa en pie junto a la estatua del poeta de Neuquén, Marcelo Berbel.
No tuvo la misma suerte la Andaluza. No se encontraron hasta el momento documentos históricos que den fe de la fecha en la que fue levantada, quién tomó esa decisión y cuáles fueron las razones que lo llevaron a “desaparecer” una joya arquitectónica. En este punto, no hay opiniones ni versiones que puedan dar un indicio para rastrear más allá en el tiempo.


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