Relevan las impresoras 3D de Neuquén para ayudar a luchar contra el coronavirus

Diversos grupos tuvieron la misma iniciativa, por el que el Gobierno comenzó un relevamiento mientras las universidades determinan lo que se necesitaría.

Una acción que comenzó de forma independiente se volvió inspiración para el Gobierno de Neuquén. Así comenzó el relevamiento de todas las impresoras 3D con las que se cuenta en la provincia. El objetivo es organizarlas para que produzcan insumos que precise el sistema público de Salud para las tareas vinculadas a la lucha contra el coronavirus.

El Centro PyME – Adeneu (por Agencia de Desarrollo del Neuquén) es el encargado de hacer el relevamiento. Su gerente general, Julián Cervera, explicó en declaraciones radiales que conocieron otras experiencias, como en Europa, y se comenzó la tarea en la provincia. Hasta el momento, se registraron 84 impresoras aunque el relevamiento sigue abierto.

El otro paso es determinar la capacidad técnica y operativa de las impresoras para generar insumos médicos. En forma paralela, la Universidad Nacional del Comahue, la de Río Negro y la Tecnológica Nacional están identificando, junto al personal de Salud, qué piezas se pueden construir. Pueden ser mascarillas, vinchas o hasta pieza de los respiradores, aunque aun se debe definir.

A la vez, Cervera explicó que Adeneu se encuentra pensando cómo colaborar tecnológicamente con las actividades productivas, teniendo en cuenta el impacto que la cuarentena tendrá en la economía.


El grupo argentino


Con el avance del coronavirus, también avanzaron las ideas creaticas y solidarias. Así se forjó el grupo «Reesistencia Argentina». Reúne a creadores, diseñadores y quienes tengan una impresora 3D. Están armando grupos en todo el país de impresión, logística, community managers, diseñadores, médicos retirados, ingeniero y todos los voluntarios que quieran sumarse.

Los médicos y profesionales que integran el grupo de trabajo fueron quienes asesoraron acerca del mejor modelo de visor protector a desarrollar, tanto en temas de seguridad como de eficiencia en el tiempo de elaboración. Los voluntarios se encargan de imprimir la vincha a la cual se sujeta la lámina de acetato que funciona como barrera protectora para el rostro del profesional de la salud.

La idea surgió de España, cuyo grupo de Reesistencia ayudó con los prototipos de protectores en 3D sin perforar el acetato. El modelo de los mismos está disponible en la web del grupo.


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