Río Negro aplica estrategias dispersas y no logra bajar la curva del covid-19

Bajo nivel de testeos, disputas políticas y falta de recursos se combinan en las principales ciudades de la provincia.

Río Negro quedó expuesta a principios de la semana pasada por el informe nacional que ubicó a la provincia con los números más altos de letalidad por covid-19 en el país.

Ahora bien ¿está muriendo más gente que en otros distritos de la Argentina o esas estadísticas parten desde otra realidad?

Epidemiólogos consultados por RÍO NEGRO advierten que es muy difícil pensar que en este punto de la Patagonia esté ocurriendo algo extraordinario con el virus, que aumente su potencia devastadora. Lo que creen, teniendo en cuenta cómo se calcula la tasa de letalidad, es que la base sobre la que se referencia la cantidad de muertes es muy baja. En pocas palabras, que en Río Negro se está testeando poco y que los casos de coronavirus son muchos más que los reportados oficialmente por el Ministerio de Salud.

¿Y por qué se testea poco? Las mismas voces especializadas que cuestionan las políticas del gobierno dicen que eso responde a una falla en la estrategia inicial de control de focos.

Cuando apareció un caso sospechoso y luego una confirmación, en las principales ciudades no hubo una acción lo suficientemente efectiva para que esa persona y sus contactos estrechos se aislaran. Por eso muchos se sintieron en libertad para volver a las calles y por eso en pocas semanas hubo circulación comunitaria del virus.

Seis meses después del inicio de la cuarentena y con una red sanitaria que no puede salir del estado de saturación, una pregunta central es cómo se sigue trabajando en el terreno. Y desde ahí parten otros interrogantes.

¿Se mantienen las mismas pautas que al principio? ¿Se corrigió algún rumbo? ¿Por qué en algunas ciudades, como Viedma, se desplegaron recientemente operativos conjuntos entre el municipio, Nación y personal de Salud de la provincia, cuando en otras ciudades eso nunca ocurrió?

Con las respuestas de autoridades, trabajadores y especialistas externos de las cuatro ciudades más pobladas, aparece la imagen de una provincia fragmentada en sus políticas sanitarias.

Esa descentralización no estaría mal si respondiera a las particularidades sociales de cada región.

Sin embargo, en Río Negro tienen una influencia marcada las dificultades para coordinar acciones entre intendentes y funcionarios provinciales, además de las carencias estructurales del sistema de salud, donde muchas veces no hay recursos humanos ni económicos para desplegar operativos intensivos y prolongados en los barrios.

El panorama muestra entonces numerosos esfuerzos individuales o de grupos pequeños, sin lograr hasta el momento que la curva de contagios -y consecuentemente, la tasa de letalidad- tomen el camino descendente tan anhelado.

Esas diversas experiencias locales fueron relevadas por RÍO NEGRO, para conocer cómo y con qué herramientas se busca hoy frenar el avance del virus.


La curva de contagios de casos de coronavirus en Cipolletti, que muestra un incremento sostenido desde mediados de agosto, generó que el hospital disponga de un programa para recorrer los barrios de la ciudad con el objetivo de concientizar y prevenir brotes.  

Hace un mes aproximadamente, los agentes sanitarios comenzaron a visitar sectores populares, el primer destino fue Costa Norte, uno de los asentamientos con mayor densidad poblacional en la ciudad. Los profesionales trabajan con voluntarios del área de Desarrollo Humano y Familia del municipio. Todos los jueves y viernes recorren un sector determinado.  Desde la semana que viene el trabajo se desarrollará en la zona de Isla Jordán.   

Fabiola Aguirre, Jefa de los agentes sanitarios, reveló que se encontraron con muchas falencias en las medidas preventivas. “Este mes comenzamos a ir a los barrios para realizar trabajos de concientización y cuidados. Observamos muchas personas sin barbijo, te diría el 90 por ciento», comentó.

Agregó que no se respeta el distanciamiento social y hay muchas visitas sociales.

Aguirre detalló que el escenario “es preocupante”. Indicó que en muchos comercios tampoco se cumple con los protocolos del uso de barbijo y de alcohol en gel.  

Además, en el recorrido se hace entrega de insumos como lavandina o alcohol en gel y en algunos casos se les deja un termómetro para que puedan controlarse la temperatura. “Muchos vecinos piensan que como están en un barrio alejado o zona rural no va a llegar el virus. Están muy convencidos de eso”, describió. 

El programa está enfocado en asistir a los barrios más periféricos de la ciudad y que se hayan asentado en los últimos años que es por lo general donde no hay salas de atención primaria cerca.

El próximo destino será la zona de la Isla Jordán, el jueves que vine será la primera visita. “Elegimos ese sector porque no tiene salas de atención cerca y también es un sector de muchas familias”, explicó Aguirre.  

La responsable del área confía que el dispositivo generará mayor concienciación en la sociedad, aunque destacó que es un trabajo “de hormiga”. 

En lo que va de la pandemia en Cipolletti se realizó un testeo masivo que incluyó a los barrios Obrero y Costa Esperanza. Fue a mediados de julio, luego de un paciente con covid escapará del hospital en dos oportunidades y volviera a su vivienda en la zona. La mayoría de los hisopados dieron negativos.  

Muchas personas no entienden la dimensión de esta pandemia pero son receptivas cuando les explicás. Yo creo que algo de lo que le decimos algo les queda.

Fabiola Aguirre, jefa de agentes sanitarios.

El programa nacional “El barrio cuida al barrio” calzó justo en Viedma y sirvió para salir a buscar potenciales casos de Covid 19 con el propósito de reducir la curva de contagios en esta capital.

Arrancó en junio pasado luego de que el gobierno municipal, a través de la jefatura de gabinete y la Secretaría de Desarrollo e Integración Social, mantuvo un encuentro con referentes de las organizaciones sociales para ponerlo en marcha.

En el marco de la crisis sanitaria por la pandemia por el covid-19, la Secretaría de Economía Social de Nación articuló con los municipios la implementación de un programa de emergencia comunitaria para garantizar el abastecimiento de alimentos y la provisión de elementos de limpieza e higiene para el trabajo sanitario.

La primera etapa consistió en la capacitación de voluntarios por parte de la coordinadora del Comité de Crisis del hospital Zatti, Liliana Fedorco, Del curso participaron unos 40 integrantes que pertenecen a la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la CTA Autónoma.

“Se unificaron criterios y hay una vinculación fortísima con el hospital”, resume al secretario de Desarrollo e Integral Social, Mario Sánchez, al trazar un balance de lo actuado desde junio pasado a esta parte cuando se juntaron por primera con las organizaciones, agentes sanitarios, representantes hospitalarios y de la comuna.

Días atrás, el grupo inició el relevamiento por el barrio Santa Clara, uno de los más castigados por los casos de Covid 19, y sobre 3.000 personas relevadas detectaron cinco infectados. El segundo tramo siguió por los complejos habitacionales Guido e Ina Lauquen, y sobre 23 revisiones encontraron un nuevo caso. La última semana de septiembre continuará por el barrio Álvarez Guerrero (Ex Loteo Silva).

El elemento vinculante entre el municipio, las organizaciones sociales y los agentes sanitarios es el Departamento de Atención Programada para el Area (DAPA). Dentro del despliegue, quienes recorren los barrios suelen entregar insumos sanitizantes, y entregan cartillas con recomendaciones sanitarias.


En junio en Roca se salió casa por casa. Fue cuando la curva inició su camino ascendente.

En Roca se aplica desde el inicio de la pandemia la misma estrategia, con visitas domiciliarias y llamados telefónicos para el control de los casos confirmados y de sus contactos estrechos.

En la ciudad con más dificultades para coordinar una acción conjunta entre el Municipio y la Provincia, por las disputas políticas de sus gobernantes, el trabajo en terreno no tuvo los resultados que esperaban las autoridades sanitarias.

Así lo admite la directora del hospital, Ana Senesi, quien de todas maneras recibió otra mirada sobre la situación, cuando hace dos semanas intercambiaron experiencias con epidemiólogos enviados a la provincia por el gobierno nacional.

“Les planteamos que hacemos tantas cosas y no vemos que se baje la curva. Y ellos contestaron: “Si no hubieras hecho todo lo que hacés, esto hubiese sido mucho peor”. Eso nos reconforta, porque lo que para nosotros podría haber sido frustrante, tuvo su reconocimiento”, señaló.

Senesi destacó el trabajo de los voluntarios, que llegan a visitar a 1.700 personas por día y contó que se plantearon la posibilidad de llevar el aislamiento de los contactos estrechos de 14 a 21 días. “Pero si muchos no cumplen ni siquiera los 14, imaginá lo que sería con 21”, evaluó.

“No hay mucho más para hacer. Seguir concientizando y aprovechar las ventajas que tenemos, porque acá podemos dar respuestas en el día y actuar, cuando en otras provincias pasan los 10 días de enfermedad y algunos todavía no reciben los resultados de los hisopados”, finalizó.


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