Hugo, el enfermero que colgó el ambo

Hace 40 años ingresó a la Clínica Roca, donde se desempeñó como jefe del servicio de Terapia Intensiva. El pasado miércoles se jubiló.

El 17 de junio de 1999 el ex Presidente Raúl Alfonsín tenía un grave accidente automovilístico al volcar la camioneta en la que viajaba por la ruta provincial 6, que une Bariloche con Ingeniero Jacobacci, como consecuencia de la intensa nevada que azotó el sur del país.

“El mandatario fue despedido del vehículo por no llevar el cinturón de seguridad y su vida corre peligro”, indicaba las crónicas periodísticas de esos días.

Lo que no salió en las noticias de la época, era que en la Clínica Roca, lo recibiría un cuerpo médico y de enfermeros, donde estaba Hugo Américo Isa.

“Ese día estuvimos desde las once de la noche hasta las 12 del mediodía junto al Presidente en Terapia Intensiva. El accidente le provocó la fractura de cinco costillas que le impedía respirar. Al año siguiente Alfonsín volvió a Roca y nos vino a agradecer por lo que hicimos”, cuenta Hugo Isa.

Esta es una de las tantas anécdotas que Hugo tiene para contar y que recuerda en su último día de trabajo (el pasado miércoles) al conseguir la jubilación. Se retiró siendo el Jefe de Servicio de Terapia Intensiva de la Clínica Roca, tarea que asumió durante los últimos 23 años.

Hugo nació en 1953 en Cerro Policía. A los 18 años comenzó a estudiar como enfermero recibiéndose en 1971. “Me mudé a Roca y en ese entonces existía la carrera de auxiliar en enfermería que implicaba vivir en un internado del hospital durante nueve meses”, recuerda. En 1972 comenzó a trabajar como agente sanitario, siendo el primer agente de la localidad de El Cuy.

Hugo habla despacio, se muestra calmo, pero él mismo confiesa que es “hiperactivo”. “Aunque demuestre lo contrario soy muy hiperactivo e incluso mis compañeros me preguntaban cómo voy a hacer después de la jubilación, pero me tendré que acostumbrar”, dice.

Tal vez esa energía y esa aparente calma sean necesarias para un trabajo donde hay que actuar con celeridad ante el riesgo de vida de un paciente, pero demostrar con los actos que todo va estar bien.

En moto por el campo

Siendo agente sanitario de El Cuy, debía recorrer grandes extensiones de campo, donde visitaba a los lugareños de parajes como Trapalcó, Curacó, La Esperanza, entre otros.

“Apenas empecé como agente me compré una moto Zanella y con esa recorría la zona rural. Iba con el maletín y una bolsa de dormir. Los paisanos de los puestos son muy amables y ellos me hacían lugar para dormir en algún lugar”, recuerda.

“Una vez me caí de la moto y quedé tirado a la orilla del camino como media hora, hasta que me pude recuperar y seguir camino”, dice riendo.

Entre las tareas principales estaba orientar a los lugareños sobre los cuidados a la hora de hacer un pozo de agua, letrinas o cómo cocinar bien las achuras para evitar el contagio de hidatidosis o realizar el relevamiento sobre el chagas.

Ya en la ciudad, Hugo aprendió otras prácticas y se fuer perfeccionando hasta ser Licenciado en enfermería y Jefe del Servicio de Terapia de la Clínica Roca. “No sólo estuve a cargo del servicio de terapia, sino que también fui paciente de terapia por una papera que se complicó por inflamación de páncreas”, relata.

Consultado sobre cómo serán sus días a partir de ahora, no duda y dice: “le he quitado mucho tiempo a mi familia y es hora de darle este tiempo para disfrutar con ellos. Tengo tres hijos y cinco nietos. Al menos por un año, no pienso hacer nada”, ríe y se despide.

“¿Qué voy a hacer ahora que estoy jubilado? Dedicarme a mi familia, porque le he quitado muchas horas. Quiero estar con mis nietos”.

Hugo Américo Isa, licenciado en Enfermería y exjefe de Terapia Intensiva

La historia de Hugo

1953: nació en Cerro Policía.

1970: ingresó a estudiar en el hospital de Roca.

1971: se recibe como auxiliar de Enfermería.

1972: se desempeñó como agente sanitario en El Cuy, siendo el primero en esta localidad.

A los 20 años realizó el Servicio Militar Obligatorio en Bariloche, siendo el enfermero del Cuartel.

Hasta 1977 trabajó como enfermero en el hospital de Roca.

1978: ingresó a la Clínica Roca donde trabaja por 40 años hasta su jubilación.

Tiene tres hijos y 5 nietos.

Gerónima, una paciente perdida en el medio de campo

Durante los primeros años de su carrera en la medicina, Hugo Isa fue Agente Sanitario en El Cuy, donde tenía que asistir a los pacientes de los parajes.

Entre los recuerdos que afloran surge uno muy particular que tiene que ver con su adiestramiento, con su preparación en medio del desierto patagónico.

Fue en Trapalcó, un perdido paraje en la Línea Sur, donde vivía una mujer con sus cuatro hijos. Su triste historia fue reflejada en una película llamada “Gerónima” (ver aparte), dirigida por Raúl Tosso.

La historia cuenta que Gerónima fue una mujer mapuche y por problemas de salud fue derivada al hospital de Roca, donde finalmente murió al igual que sus hijos, al n o poder adaptarse a nuevo lugar .

“Cuando fui agente sanitario en la región sur me tocó asistir a Gerónima. Ella vivía en una precaria casa al pie del cerro Encallapao. Tenía expectoración con sangre. Le hicimos una abreugrafía (radiografía pequeña) y detecte que tenía tuberculosis. Había que derivarla al hospital pero no quería ir. La única manera de convencerla fue decirle que le entregaríamos tres kilos de leche por cada uno de sus cuatro hijos”, cuenta Hugo.

Durante los últimos 40 años, Hugo Américo Isa trabajó en la Clínica Roca, donde se desempeñó como jefe del servicio de Terapia Intensiva.

Datos

“¿Qué voy a hacer ahora que estoy jubilado? Dedicarme a mi familia, porque le he quitado muchas horas. Quiero estar con mis nietos”.
Durante los últimos 40 años, Hugo Américo Isa trabajó en la Clínica Roca, donde se desempeñó como jefe del servicio de Terapia Intensiva.

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