Estrategia para profesionalizar el riego gravitacional
El encargado de los tambos más grandes de la Patagonia relata cómo reorganizaron y modernizaron el riego por gravedad en el Valle Inferior. Logran eficiencia en agua, mano de obra y producción forrajera.
Cuando cursé la materia Hidrología, tuve el primer contacto con el tema del riego, ya que crecí en una zona donde se produce en secano. Esta primera experiencia teórica sirvió para despertar mi inquietud por el tema. En 2011 tuve la oportunidad de radicarme en Viedma, siendo parte de un proyecto lechero que proponía desarrollar a gran escala una actividad existente en la zona, pero a baja escala.
El primer tiempo en Idevi me dediqué a conocer cómo se hacían los trabajos y de a poco a plantear una forma alternativa de riego, conjugando lo visto con ideas propias. En cuanto a operatoria de riego, vi que se asigna una superficie de entre 50 y 100 hectáreas a una persona (regador) que en algunos casos vive en una casilla al pie del lote que está regando.
Mi primera pregunta fue: si el agua entra las 24 horas a la chacra, ¿cómo hace esa persona para atender las 24 horas el riego? Pronto entendí que la estrategia pasa por distribuir el agua, en un frente de riego amplio para que el agua avance lento y permita cumplir con necesidades básicas del regador, como descansar y dormir. Esta distribución del agua tiene innumerables consecuencias negativas para los cultivos, porque genera láminas de riego elevadas.
Distribuir el agua, en un frente de riego amplio para que el agua avance lento tiene innumerables consecuencias negativas para los cultivos, porque genera láminas de riego elevadas.
Joaquín Imaz.
Río Negro: cómo profesionalizamos el riego gravitacional
El proyecto lechero decía que la superficie a explotar sería de 1.200 hectáreas, con lo cual si replicaba el sistema de un regador cada 100 hectáreas, tendría un gran equipo de regadores. Fue así que en 2012 comenzamos la primera temporada de riego con tres regadores, que cubrían el riego de 600 hectáreas. Cada regador regaba 8 horas y al terminar su turno seguía el siguiente regador, así sucesivamente. Con esto logramos una mayor productividad de la mano de obra (200 hectáreas por regador) y láminas de riego de 130 mm por riego (con los años fuimos bajando los mm por riego).
En este esquema, al regador que le tocaba en el turno tenía que realizar el traslado de sifones a los lotes que se seguirían regando. A diferencia del sistema con casilla, este sistema que aplicamos demanda motos para trasladarse ya que el regador encargado del turno debe atender el riego de al menos 3 puntos de riego. Con el paso del tiempo y haciendo foco en la eficiencia del uso del agua, vimos que era necesario renivelar lotes cada 9 años.

Con la renivelación incorporamos variantes en el diseño, pasando de tablones de 25 metros de ancho a 50, y luego a 100. También incorporamos la construcción de taipas (bordos) de 4 metros de ancho por 40 cm de alto, que nos permite aplicar toda el agua que circula en la acequia a un solo tablón por vez sin que se derive agua a los tablones vecinos y sin la necesidad de mover cúbicos de tierra dentro del tablón para generar pendiente, en nuestro caso la pendiente la genera el agua. Estas taipas se construyen con palas cargadoras o con champion.
Las hectáreas fueron creciendo. En la actualidad manejamos 1500 hectáreas con el siguiente equipo de gente: un capataz, un franquero, una persona de logística y dos equipos de 3 personas cada equipo. El equipo 1 tiene asignada igual superficie que el equipo 2.
- Números de la temporada 24-25 (datos de 1.200 hectáreas): 14.620 has regadas y 85 mm por riego (año anterior 88).
La eficiencia en el uso de agua bajo riego gravitacional impacta positivamente en los siguientes aspectos fundamentalmente:
- Mayor productividad: si el riego aplicado tuvo una lámina de 150 mm o más (muy común en la zona) el cultivo detendrá su crecimiento hasta tanto el suelo esté drenado. Supongamos una detención de 2 días post-riego: si a un cultivo de maíz le aplicamos 7 riegos en su ciclo, matemáticamente podemos decir que en su ciclo no creció durante 14 días debido a una lámina excesiva.
- Menor compactación del suelo.
- Reducción de los costos de mano de obra.
Nuestro esquema es intensivo y requiere una coordinación muy ajustada. Tenemos un esquema fijo de frecuencia de riego que se va modificando de acuerdo con la época del año: de agosto a octubre son 20 días entre riego y de octubre a febrero son 10. Esto se va modificando semanalmente, en el caso de pasturas, con las mediciones de pasto que determinan qué lote está para ser consumido.
Cuando el tambero tiene la planificación semanal se junta con el capataz de riego. Esto evita que el agua y las vacas coincidan en un lote. Tratamos de regar antes de comer, ya que esto maximiza la producción de pasto.
(*) Ingeniero agrónomo – Email: joaquinimaz86@gmail.com
Cuando cursé la materia Hidrología, tuve el primer contacto con el tema del riego, ya que crecí en una zona donde se produce en secano. Esta primera experiencia teórica sirvió para despertar mi inquietud por el tema. En 2011 tuve la oportunidad de radicarme en Viedma, siendo parte de un proyecto lechero que proponía desarrollar a gran escala una actividad existente en la zona, pero a baja escala.
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