“Se busca mano de obra”

La tecnología está produciendo mejoras sustanciales en la vida del ser humano. Al buen pasar general hay que sumar la prolongación de la expectativa de vida, que se aproxima a los 80 años. Ello es motivo de alborozo pero hay que destacar que a un buen número de ciudadanos los acerca a la marginalidad porque no se adecuan al citado progreso generalizado. Las máquinas, robots, van reemplazando al hombre en las labores en que la rutina es el modo operativo. El fenómeno tiene cada vez mayor incidencia porque la tecnología avanza muy rápido mientras que la capacitación del ciudadano es lenta y no se planifica su adecuación. Así, los marginales van aumentando con el incremento tecnológico. Más robotización significa precarización laboral para un número creciente de operarios que pasan a ser desocupados o subocupados. Las consecuencias son las peores. Los gobiernos, ante tal situación, muchos sin percatarse del fenómeno, no saben cómo resolver el problema y apelan entonces a incorporar desocupados en algún cargo público, sumando personal al que está desde antes y que paulatinamente también va siendo reemplazado por los programas computarizados que ahora se utilizan en las tareas cotidianas. Hay entonces una acumulación de personas en las oficinas públicas, con superposición de tareas, más livianas, que requieren un sueldo digno. Los gobiernos que se alinean detrás de un “líder sabelotodo” terminan improvisando y las consecuencias, con las que lamentablemente nos estamos acostumbrando a convivir casi calladamente, son nefastas. Al resultado lo venimos padeciendo y repitiendo desde el advenimiento de la democracia en 1983, con una excesiva paciencia o indolencia ciudadana. El problema es enorme y, para no improvisar, la clase dirigente debería apelar a una adecuada planificación y proyectarse al mediano y largo plazo abarcando todos los aspectos que hacen al buen pasar ciudadano. No es sencillo y en la solución deberían intervenir todos los estamentos, como organizaciones e instituciones representativas de la sociedad. Es necesario que los partidos políticos modernicen sus estructuras partidarias renovando sus dirigentes, que deben estar imbuidos de los avances tecnológicos y los modos de encarar las soluciones requeridas para que no haya marginados. Deben constituir equipos técnicos de alta idoneidad. Es un desafío enorme y, si no lo encaramos entre todos, va a ser difícil progresar para acompañar al mundo civilizado. Todos merecemos vivir dignamente y nuestro país tiene sobradamente los ingredientes para que así sea, sólo falta mano de obra especializada. Omar A. González, DNI 5.749.340 – Neuquén

Omar A. González, DNI 5.749.340 – Neuquén


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