Se multiplican las protestas contra el nuevo ajuste en España

Marchan empleados públicos e “indignados”

AP

Las manifestaciones de ayer podrían ser el anticipo de la gran huelga general prevista para el 19 de este mes.

MADRID (AP/AFP).- Una manifestación convocada por las redes sociales reunió ayer a miles de personas en las calles de Madrid indignadas por el nuevo ajuste anunciado por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, el mayor de la era democrática. Los funcionarios, vestidos de negro en señal de luto, protestaron airados por los recortes de beneficios sociales y laborales, fueron reprimidos por la policía cuando intentaron avanzar sobre las sedes de los partidos tradicionales.

Las disposiciones incluyen una nueva reducción salarial a los empleados públicos y alzas de impuestos en momentos en que el país atraviesa dificultades a causa de la recesión y padece una tasa de desempleo de casi 25%. En todo el país, con Madrid y Barcelona a la cabeza, varios cientos de personas, convocadas por el movimiento de los “indignados” se congregaron ante las sedes del gobernante y derechista Partido Popular (PP) para exigir la renuncia de Rajoy. “Dimisión, dimisión”, “El próximo parado, será un diputado” o el ya famoso “que no, que no, que no nos representan” fueron algunas de las consignas que repitieron los manifestantes en las distintas concentraciones.

En Madrid, luego de protestar en la sede nacional de la calle Génova, los manifestantes se dirigieron a la sede del opositor Partido Socialista (PSOE), en cuyas inmediaciones fueron reprimidos por la policía. Varias personas sufrieron heridas leves y unas 10 fueron detenidas, entre ellas una mujer de 60 años, según informó el diario El País en su edición on-line. Los ciudadanos indignados se dirigieron posteriormente al Congreso de los Diputados, que estaba fuertemente custodiado por la policía, donde también se enfrentaron con los agentes. Hubo quema de contenedores y al no poder acercarse al Parlamento, los manifestantes se dirigieron hacia la calle Atocha.

España afronta las exigencias de que ponga en orden sus finanzas públicas en medio de las preocupaciones de los mercados por la situación de los bancos y de la economía en general del país. Los servidores públicos a menudo son ridiculizados en España y se les considera holgazanes puntuales para registrar su hora de entrada y de salida, que tienen el lujo de tener un empleo vitalicio. Sin embargo, muchos de ellos ganan menos de mil euros al mes.


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