Seguirá preso el marido violento

Los especialistas en violencia de género aseguran que hay un ciclo que se marca especialmente en los casos más graves y extendidos en el tiempo.

Que comienza ante una explosión de violencia que lleva a la mujer a radicar la denuncia, pero que luego de un distanciamiento de las partes conduce a lo que se conoce como “luna de miel”, una especie de reconciliación en la que actúan múltiples factores y en la que muchas mujeres dicen que mintieron para levantar la denuncia.

Ese escenario describió ayer la funcionaria de la fiscalía de Delitos Sexuales y Violencia de Género, Noelia Stillger, al pedir junto a Gustavo Mastracci que se rechace el pedido para sobreseer o dejar en libertad a Jorge García, acusado de violar y mantener cautiva a su mujer, Ángela Garro, cinco meses y violarla.

Ángela jura que mintió en su denuncia original, que nunca estuvo secuestrada y que el hijo que espera fue buscado. Eso declaró ante el juez Cristian Piana, quien rechazó el pedido de cerrar la causa y liberar a García.

Consideró que se debe seguir investigando, que los dichos de Ángela no se sustentan en las demás pruebas que logró la fiscalía.

La mujer contó que el 21 de enero cuando escapó corriendo de su marido por Ciudad Industrial, en realidad estaba enojada porque el día anterior habían peleado y que no pensó que su denuncia fuera a tener un tratamiento distinto a las varias anteriores, también por violencia.

Mastracci detalló que “Ángela podría estar influenciada o presionada” y enumeró las múltiples pruebas que daban apoyo a la primera denuncia.

Explicó que la revisión médica ratificó que había sido golpeada en la cabeza con un objeto contuso, que ella había dicho que era una tenaza.

Y así como en los centros médicos hay registros de las múltiples atenciones que tuvo por lesiones violentas, esa vez también le encontraron marcas de golpes en gran parte del cuerpo.

El fiscal destacó que “el viernes cuando fue a la fiscalía a retractarse la acompañó el secretario del abogado de García”.

Contó que ayer mismo la tía de Ángela les aseguró que García desde la cárcel estaría amenazando a Ángela y sus hijos.

Algo que Ángela había denunciado en la fiscalía apenas una semana antes, el 23 de marzo, cuando contó que familiares de García estuvieron merodeando la casa en la que vive ahora.

Fiscal Gustavo Mastracci,

fiscal de Delitos Sexuales

y Violencia de Género.

Antes de ingresar a la audiencia Ángela contó que teme que intenten quitarle la casa que le brindó el Estado y explicó por qué cambió su declaración.

“Ese día me quería ir pero me salió mal y el policía que me tomó la denuncia en el hospital puso lo que quiso, no lo que yo le decía”, indicó.

Agregó que “para cuando tuve que ir a la fiscalía ya estaba en todos los medios que yo había sido secuestrada, violada”.

Y con tono de confesión señaló que “me dio miedo decir la verdad y mentí”.

Días después de conocerse el caso la mujer dio entrevistas a los medios periodísticos en las que relató, con pesadumbre y sin que sospechara que pudiera estar mintiendo, las penurias que había vivido.

Sin embargo y volviendo sobre sus propias palabras, ayer aseguró que “fueron más mentiras, porque mi familia y gente que se me acercó me decían que no diga la verdad y creí que cuando investigaran se iban a dar cuenta que era mentira”.

Mientras acaricia su vientre –su hijo se llamará León–, Ángela cuenta que no quiere volver a estar en pareja con Jorge García: “Ya fue, ahora sí se terminó”.

Dijo que quiere seguir viviendo junto a sus hijos en su nueva casa.

“Pensé que me la habían dado porque tengo siete hijos y no tenía donde vivir”, señaló.