Sigue el cepo para exportar carne: qué pasa con los precios

El gobierno extendió hasta fines de octubre la medida que vencía la semana pasada. Las entidades agrarias amenazan con medidas de fuerza en el mercado interno. Los datos muestran que si bien los precios en góndola no bajaron, dejaron de subir.

Al consumidor. Los precios minoristas de la carne no bajaron, pero dejaron de subir.

“El impacto de las medidas que limitaron la venta al exterior de manera temporal ha comenzado a mostrar resultados positivos. Tras DOS (2) meses de vigencia, los precios se estabilizaron”, reza la Resolución Conjunta 7/2021 del Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Agricultura de la Nación, con la cual se extendió hasta el 31 de octubre la vigencia del Decreto 408/21, que establece el denominado “cepo a la exportación de carne”.
“Incluso, (los precios) mostraron cierta retracción en distintos eslabones de la cadena. En consecuencia puede observarse que las medidas tomadas han cumplido el objetivo de reducir la dinámica de precios”, agrega el texto oficial publicado el último día del mes de agosto, cuando vencía la vigencia del Decreto 408/21.


La medida desató la inmediata reacción del campo, que ya amenza con un cese a la comercialización de carne. “Si no se levanta la medida, tomaremos, muy a nuestro pesar, un plan de acción fuerte y contundente. Decidiremos con nuestras bases qué hacer. No nos dejan otro camino que pasar a medidas de acción más concretas y profundas” señaló el presidente de Coninagro Elbio Laucirica. “La obligación de la Mesa de Enlace es medir el humor de los productores y hoy están muy mal”, indicó Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Mesa de enlace. Las entidades agrarias ya piensan en medidas de fuerza.


Un informe publicado por la SRA días antes de la prórroga anunciada por el gobierno, da cuenta de que la cadena de producción de la carne pierde u$s 8 millones diarios a raíz de las restricciones para exportar, y que en 2021 ya acumula pérdidas por u$s 1.084 millones.
La disputa entre el campo y el gobierno inició cuando a fines de mayo el Presidente Alberto Fernández anunció el cierre de las exportaciones de carne por 30 días a fin de contener el avance de los precios de la carne en el mostrador. Transcurrido ese lapso, se promulgó el Decreto 408/21 que venció la semana pasada, el cual establecía un cupo mensual de exportación de carne de hasta el 50% del promedio exportado por cada productor durante el segundo semestre de 2020. Esa es la medida que acaba de ser extendida hasta fines de octubre.


De parte del gobierno quien recogió el guante del reclamo rural fue la Secretaria de Comercio Paula Español. “No están dadas las condiciones ni hay razón para tener este tipo de medidas” indicó la funcionaria en relación a las posibles medidas de fuerza anunciadas por la Mesa de Enlace rural. “Los convocamos a seguir trabajando en medidas estructurales importantes que nos permitan pensar en un Plan Ganadero y una solución estructural para el sector”, agregó Español.


Sabido es que la Secretaría de Comercio que comanda Español depende del Ministerio de Desarrollo Productivo a cargo de Matías Kulfas, pero que políticamente Español responde al ala kirchnerista del gobierno. En efecto, el rumor que circuló horas antes del anuncio de la medida, es que la decisión de prorrogar las restricciones provino del despacho del propio Máximo Kirchner.

“Decidiremos con nuestras bases qué hacer. No nos dejan otro camino que pasar a medidas de acción más profundas”

Elbio Laucirica – Presidente Coninagro


De ser cierto el rumor, cabe entender que la tensión política no surge solo de la medida puntual, sino de la histórica disputa que el kirchnerismo sostiene con el campo desde la discusión por las retenciones móviles en 2008.
No obstante, más allá de la política y del impacto que la medida pueda tener en el debate electoral a una semana de las elecciones PASO, vale repasar el efecto concreto que las restricciones a la exportación de carne que rigen desde mayo tuvieron en relación a la rentabilidad empresaria y al bolsillo de los consumidores.


Un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), da cuenta de la evolución en los precios de la carne en mostrador, la hacienda, y el maíz (insumo clave en la cría, cuyo precio está directamente ligado a la dinámica ganadera). Los resultados pueden apreciarse en el gráfico que acompaña la nota, y del mismo se desprenden algunas conclusiones.


La primera es que al observar la dinámica de precios hasta agosto de 2021, resulta que la carne en mostrador aumentó su precio un 82,7% en los últimos doce meses, la hacienda lo hizo un 76,8%, y el maíz un 78,9%. Con una inflación acumulada del 51,8% en el último año, implica que ninguno de los eslabones de la cadena de producción de la carne puede aducir a priori problemas de rentabilidad, aún después de las medidas adoptadas en mayo.


La segunda refiere al precio en el mostrador. Si la intención era que los precios bajaran, la medida no funcionó. Pero si por el contrario era que los precios “dejaran de subir”, el objetivo se cumplió, tal como lo revela el informe del CEPA. Al respecto, un relevamiento de precios realizado por RÍO NEGROen Viedma y publicado esta semana, confirma en boca de los carniceros que los precios minoristas se estabilizaron en agosto.


La tercera es que los precios de la hacienda y el maíz, sí experimentaron una baja sensible luego de las medidas. Desde agosto 2020 y hasta el Decreto 408/21 (10 meses), el precio de la hacienda se había incrementado un 88% y el del maíz un 91,8%. El interrogante es entonces porque esa baja en los costos mayoristas no se tradujo en una rebaja en los precios al mostrador, y en qué eslabones quedó la diferencia.


Un punto no menor, es el de los stock de carne que se acumulan en el mercado interno ante la restricción para exportar. “El problema se derrama en la industria, que ya no tiene espacio en sus heladeras para guardar la carne” indicó Pino. “De seguir así, estaremos frente a un cuello de botella, donde no se va a vender hacienda porque los frigoríficos ya no tienen capacidad de almacenamiento”, agregó .


El punto es evidente: el impedimento para exportar, genera sobreoferta de carne a nivel interno. Lo que no queda claro en el planteo de los ruralistas, es por qué razón, y al igual que sucede en cualquier mercado, el exceso de oferta que Pino describe, no se traduce en una baja de precios que permita a la demanda absorver el excedente.

Datos

u$s 1.400
Los millones que habría perdido la cadena de valor de la carne a raíz de las restricciones para exportar.
82,7%
Lo que aumentó la carne en mostrador durante los últimos doce meses.

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