Siria: 15 horas de terror y más de 160 muertos

Nuevo reclamo a ONU para frenar el baño de sangre.

AP

DAMASCO (DPA/AFP).- Cuando las tropas de gobierno avanzaron poco antes de la salida del sol desde el oeste sobre Tremisa, Ibrahim, oriundo de Hama, temió lo peor. “Llamé a nuestra gente en el pueblo y les dije que todas las familias abandonaran el pueblo de inmediato”, dijo el activista. “Pero en los campos ya estaban los militares, que mataron a muchas personas y arrojaron sus cuerpos en el río Al Asi”. Según distintas fuentes, unas 160 personas, la mayoría civiles, murió en esa ciudad.

Lo que sucedió, según los opositores al régimen, en las 15 horas siguientes demuestra claramente que la guerra civil ya es una realidad. E incrementó los reclamos de acción internacional inmediata, mientras en la ONU sigue el bloqueo diplomático sobre sanciones al régimen. (Ver aparte)

En Siria, en el nombre del régimen, hoy día se viola, asesina y saquea. Y en el nombre de la libertad, los rebeldes secuestran funcionarios. Soldados y supuestos defensores del presidente Bashar al Assad son maltratados o fusilados por ellos.

De las declaraciones de los activistas y los defensores de los derechos humanos sirios se puede reconstruir, más o menos, la masacre que ocurrió en Tremisa.

Tropas gubernamentales bombardearon la localidad, en la provincia de Hama, echando mano de artillería, tanques y helicópteros, sin discriminar civiles o rebeldes. En tanto, la agencia de noticias oficial Sana habla de “grandes pérdidas” en las filas de los “terroristas” opositores al régimen y de “ametralladoras de construcción israelí” encontradas.

Unos 250 combatientes -desertores y otros rebeldes armados- habrían estado en Tremisa cuando comenzó la ofensiva. Un edificio escolar sin uso debido a las vacaciones de verano les sirvió de depósito de armas, según cuenta Ibrahim. Allí también cayeron las primeras granadas cuando el Ejército comenzó a las seis de la mañana con sus ataques contra la comunidad de 10.000 almas, con armamento pesado y apoyo aéreo.

Los combates se iniciaron a la mañana, según comentaron opositores al régimen de forma coincidente. Varios civiles que intentaron huir fueron masacrados en campos aledaños.

El intento de los rebeldes de detener el ataque de los soldados fue infructuoso. Los soldados tomaron el pueblo y controlaron los documentos de los habitantes. Algunos activistas fueron detenidos. Varios civiles fueron al parecer fusilados en el lugar en que eran encontrados.

Dado que entre los más de 160 cadáveres que fueron reunidos por los habitantes en las calles, casas y campos aledaños, había 50 de los 250 combatientes, se estima que gran parte de los rebeldes logró huir. A las 20, hora local, el Ejército se retiró.

No hay dudas de que muchos habitantes de este pueblo sunnita apoyan la revolución. En los últimos meses hubo varias manifestaciones contrarias al régimen.

Lo único que queda claro es que el operativo de la milicia Shabiha, leal al régimen, aportó mucho a que ya no se pueda hablar de una convivencia pacífica de los distintos grupos religiosos. Algunos pueblos y sobre todo los cristianos se mantienen alejados del conflicto.

Sin embargo, a los ojos de los defensores de la línea dura de ambos bandos, la neutralidad también es sinónimo de traición.

Miles de personas salieron ayer de nuevo a la calle en todo el país para protestar contra Al Assad. Algunos de los manifestantes insultaron al enviado especial de la ONU Kofi Annan, que no ha logrado avances.

El Ejército sirio usa armamento cada vez más pesado contra las poblaciones donde actúan los rebeldes, mezclados con la población.


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